Los diputados del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y su candidata presidencial, Lineth Saborío, incurren en constantes contradicciones sobre cómo abordar los proyectos de la agenda de ajuste fiscal negociada por el Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Tan es así que el legislador José María Guevara afirmó que ni siquiera conoce el nombre del candidato a vicepresidente de su partido, Franco Pacheco, aunque una fotografía evidencia que se reunió con él y con Saborío en agosto pasado.
Así reaccionó el legislador guanacasteco cuando se le consultó su opinión sobre el llamado de Pacheco a aprobar la reforma al empleo público en primer debate.
La campaña y los diputados también discrepan sobre los planes de salario escolar, impuesto a casas de lujo y tributo a los premios de la lotería, pero, sobre todo, evidencian la poca coordinación entre las partes.
El equipo de la candidata aboga por el avance del programa del FMI con el fin de enviar un mensaje positivo a los mercados financieros y garantizar la estabilidad económica del país, siempre que se busque minimizar el efecto de cada proyecto de impuestos. En la fracción del PUSC, en tanto, cada diputado pareciera andar por su lado, pues ni siquiera han definido posiciones de forma unificada y sus integrantes exponen contradicciones.
“No hemos hablado en fracción del tema”, respondió el jefe de bancada, Pablo Heriberto Abarca. De hecho, de acuerdo con el legislador rojiazul José María Guevara, la fracción tiene tres semanas de no sostener reuniones. “Estamos con una tapa en el ojo”, aseguró.
Abarca sostuvo que no se opone al acuerdo con el FMI, pero sí a sus componentes. No explicó qué significa esa posición, pues el acuerdo está compuesto, precisamente, por los proyectos de ley de control de gasto y mejora de ingresos.
Reiteró su oposición a más impuestos, bajo el argumento de que existen otras alternativas para mejorar las finanzas públicas, como renegociar deuda pública o recortar el gasto a través de reformas estructurales. Sin embargo, a la vez rechaza la principal reforma estructural en materia de control de gasto: el plan de empleo público.
En entrevista con La Nación, el candidato a la vicepresidencia del PUSC, Franco Arturo Pacheco, propuso a los diputados aprobar esta reforma en primer debate en busca de alcanzar 38 votos en el plenario y enviarla de nuevo a consulta en la Sala IV.
Sobre ese llamado, Pablo Heriberto Abarca indicó que aún no ha decidido su voto, pero confirmó que sí firmaría una nueva consulta, en caso de que se apruebe en primer debate. Por su parte, Guevara comentó que se inclina por votar en contra, pues considera que el proyecto es desequilibrado.
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Este último legislador añadió que la bancada no tienen nada que ver con la campaña de Lineth Saborío. “Nosotros hacemos nuestro trabajo legislativo conforme manda la ley. Apostamos a lo que más conviene a nuestro país”, se desligó Guevara.
“Con sinceridad, aquí no se ha arrimado el señor ni conozco el nombre del vicepresidente Pacheco. Aquí no se ha reunido”, aseveró.
Sin embargo, el equipo de campaña comunicó que, en el mes de agosto, sostuvo un encuentro con la fracción en la Asamblea Legislativa, en el que participaron José María Guevara, Erwen Masís y Pablo Heriberto Abarca junto con la candidata Lineth Saborío, Franco Pacheco y la aspirante a la segunda vicepresidencia Gabriela de San Román. De hecho, quedó registrada la siguiente fotografía:
Abarca insiste en que “todo esto está coordinado y conversado” con el equipo de campaña. “No tiene que ser diferente”, apuntó.
Las partes concuerdan en la negativa general a más impuestos, en apoyar que las empresas públicas aporten al pago de la deuda pública y en evaluar el plan de renta global, pero al consultar posiciones sobre los demás proyecto se observan más fisuras, como en el caso de salario escolar.
Salario escolar
El candidato a vicepresidente dijo con claridad que la campaña de Lineth Saborío se opone a todo el proyecto para reducir exoneraciones fiscales. Añadió que optan por que el salario escolar de los funcionarios públicos siga exento del impuesto de renta.
Abarca, en tanto, respondió que está a favor de que el salario escolar pague impuesto, pero no en el resto de la iniciativa que contiene más tributos, como en el caso del tributo a las ganancias de capital. Por su lado, Guevara reaccionó con un “Dios guarde” gravar esa remuneración. “¿Por qué vamos a meterle impuestos a las personas más pobres?”, cuestionó.
Esta última afirmación del diputado del PUSC choca con las estadísticas. El plan original del Gobierno era eliminar la exoneración a los salarios escolares superiores a los ¢842.000, como ocurre con todos los asalariados del país.
Sin embargo, las diferencias son grandes entre los sectores públicos y privado. En el Estado, el 56% de los funcionarios gana por encima ese umbral, mientras que, a nivel de todos los asalariados del país, solo el 18% supera esa cifra.
El 10% de la planilla estatal, unos 32.000 servidores, ganan más de ¢2 millones y existen salarios públicos hasta de ¢18 millones.
Sin embargo, los funcionarios públicos, los únicos que reciben el salario escolar, tienen la ventaja de que no deben tributar por uno de sus salarios gracias a una exoneración aprobada en el 2008.
Los legisladores Aracelly Salas, Oscar Cascante, María Inés Solís y Erwen Masís, no respondieron consultas sobre la agenda del FMI. En tanto, María Vita Monge dijo que analizaba las iniciativas y que, en su momento, emitiría criterio sobre cada uno.
Pedro Muñoz, quien se opone al plan de empleo público e incluso intentó frenarlo en plenario, afirmó respondió que la próxima semana se podría referir a los planes del FMI, aunque recordó cómo ha votado las iniciativas que se han discutido en comisiones y en el plenario.
Impuesto a premios de lotería
El candidato a la vicepresidencia adelantó que apoyaría el impuesto a los premios de lotería siempre que no signifique una reducción en los ingresos de la Junta de Protección Social que, a su vez, subvenciona programas sociales.
Guevara se mostró anuente a avalar este proyecto, dado que el recurso proviene de un premio de un juego de azar, no de un trabajo, según explicó. En cambio, Abarca afirma que sí impactaría los ingresos de la Junta y reiteró la negativa a más tributos.
Casas de lujo
Pacheco y Abarca se oponen rotundamente al ajuste del impuesto a las casas de lujo. Guevara dijo que solo lo apoyaría si se tasan las casas “de lujo de verdad” como algunas ubicadas en la playa, no de la clase media como afirma que lo haría el proyecto.
Tanto el candidato a la vicepresidencia como Abarca y Guevara están anuentes con que se avance con el proyecto para destinar porcentajes de las utilidades de las empresas estatales al pago de deuda pública, por un periodo de cuatro años. “Más bien soy la idea de cerrar Recope”, finalizó Guevara.