Luego de una tutoría, un profesor de Física llevó en su vehículo a una alumna y le propuso “tener una aventura”, pese a que sabía que ella era menor de edad. Le dijo que si no accedía, después se arrepentiría, pues con él “podía ser más mujer”.
A otra estudiante del campus de Pérez Zeledón, un docente de Ética Profesional se le acercó por detrás y le dio un beso en una oreja, en un teléfono público. Días después, el mismo sujeto se agachó junto a la muchacha, durante un examen, para pedirle al oído que le permitiera contarle todos los lunares del cuerpo.
En la carrera de Promoción de la Salud Física, varias estudiantes denunciaron que un profesor les dirigía miradas y comentarios de connotación sexual sobre su atuendo, cabello, piernas y glúteos; además, les dijo que no debían ir a clases en pantalones cortos porque “podrían ponerlo en situaciones provocadoras” si se sentaban en ciertas posiciones, durante las prácticas.
Y a una funcionaria que salió de gira hacia la zona sur del país, el chofer que le propuso, durante el camino, que durmiera con él. Le dijo que ella le gustaba “porque se veía muy güila” y que le agradaba realizar giras “solitos los dos”.
Actos de acoso sexual como los anteriores los cometieron funcionarios de la Universidad Nacional (UNA) y, pese a que fueron comprobados por las autoridades universitarias, no fueron castigados con el despido.
En su lugar, uno de los ofensores recibió una amonestación escrita y los demás fueron suspendidos entre cinco y quince días, al cabo de los cuales pudieron regresar a trabajar a la casa de enseñanza pública.
Entre 1997 y el 2019, la UNA tramitó 54 denuncias por tocamientos, miradas, preguntas, proposiciones y comentarios de caracter sexual de funcionarios universitarios a alumnas, principalmente, pero también a empleadas administrativas
En 29 casos, la institución optó por castigar a los ofensores con sanciones moderadas, como suspensiones que van de los tres a los 30 días, así como regaños por escrito.
En otros 10 procedimientos, los presuntos ofensores se salvaron del procedimiento porque renunciaron o se jubilaron. También, en tres expedientes se absolvió al denunciado y, en dos, se procedió al archivo por acciones interpuestas por las denunciantes.
Castigos por actos de hostigamiento
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"Sin que lo hubiera llamado se acercó a mi escritorio, poniéndose al lado izquierdo mío en una posición tal que le permitió estirar su brazo y rozar mi pecho izquierdo".
"Prácticamente desde que iniciaron las clases, él mantuvo una actitud distinta hacia mí y mi compañera, pues mientras actuaba con cierta grosería hacia los varones, en nuestro caso aparentaba un trato especial, al punto que me decía "mi chiquita e insistentemente veía mis pechos".
Sanción: suspensión de 30 días.
"La gira inició de forma normal y puntualmente (...) Conforme avanzaba el camino, mencionó que en la Sección de Transportes manejan una ley que establece que "lo que pasó en la gira se queda en la gira".
"Antes de llegar al destino previsto para ese día de gira, el denunciado le dijo expresamente, que ella le gustaba, que se veía muy chiquilla, muy "güila", y que "así si es bonito venir a las giras, solitos los dos".
"Durante ese almuerzo, le dijo que si cuando llegaran al hotel si no quería que se quedara con ella".
Sanción: suspensión de 15 días.
"En 2006, aún sin ser estudiante del profesor denunciado, él se le acercó, la tomó del brazo y le dijo: "qué linda que es usted", mientras le miraba la cara y el cuerpo".
"En 2007, cuando ya era alumna de él, el profesor le hacía continuas referencias y le pregunta constantemente: "y aquel pantaloncito, cuándo te lo ponés?".
"Mientras se dirigía a una de las mesas ubicadas al otro lado del aula, habiendo muy poco espacio para caminar entre el pasillo y la pizarra, el profesor al verla caminar por ahí, se interpuso en el camino y la abrazó y le dijo que ella lo tenía loco y que ella le gustaba mucho".
"Aún sentado con la lupa, empezó a ver sus senos, y dijo mientras lo hacía '¡qué bárbara!'".
Sanción: : suspensión de 15 días.
"Otro día le volvió a decir 'vos me gustás, me gustás'. ¿No querés portarte mal?' Ella le dijo que no, que tenía novio, entonces él le decía 'vos sos bien difícil, si te decidís aquí estoy'.
"El profesor la invitó a almorzar y ella aceptó, mientras ingerían los alimentos el profesor le dijo 'que ella sabía muy bien cómo podía pasar el curso sin ningún problema'. prometiéndole expresamente que si ella aceptaba tener relaciones sexuales con él tendría un trato preferencial y pasaría el curso sin ningún problema.
Ella le dijo que no estaba interesada. Ante la negativa de tener relaciones sexuales con él, perdió el curso".
Sanción: despido sin responsabilidad patronal.
"Un día que estaba hablando en un teléfono público, el profesor Zúñiga se le acercó por atrás y de forma desprevenida le dio un beso en la oreja".
"Un día que estaban en examen, el profesor Zúñiga se le acercó a la etsudiante y le dijo al oído: que si el lunar del cuello era verdadero y que cuándo se los contaba porque él estaba seguro de que ese lunar no estaba zonto y que debía tener más".
"Coincidió con este en el bus que iba para San José, lo cual fue aprovechado por él para ofrecerle su apartamento".
Sanción: suspensión de 15 días.
FUENTE: RESOLUCIONES DE PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVOS POR HOSTIGAMIENTO SEXUAL EN LA UNA || J.C. / LA NACIÓN.
El despido, como pena máxima, se aplicó en 10 casos.
La UNA tramita las denuncias de acoso sexual con base en el Reglamento para Prevenir, Investigar y Sancionar el Hostigamiento Sexual.
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El documento incluye una lista de criterios que debe considerar la Comisión de Resolución de Denuncias sobre Hostigamiento Sexual a la hora de calificar el tipo de falta cometida, como posición jerárquica del hostigador, reincidencia, trascendencia del acto en la persona violentada y cantidad de víctimas.
No obstante, el criterio de los encargados de investigar cada caso puede variar ante hechos similares. En unos casos, pueden considerar gravísima una proposición sexual y, en otro, no.
También ha ocurrido que el rector de turno –quien debe avalar los despidos por hostigamiento– o el Tribunal Universitario de Apelaciones (TUA) consideran excesivo el castigo impuesto originalmente, lo que permitió que nueve ofensores vieran reducida su sanción.
Así lo encontró La Nación luego de revisar las resoluciones de las 54 investigaciones, las cuales fueron facilitadas por la Universidad Nacional. De este reportaje se omiten los nombres y datos personales de las mujeres que denunciaron las agresiones.
Diferentes castigos
Por ejemplo, en el 2013, la UNA despidió a un conserje de apellido Araya que le hacía preguntas a una funcionaria sobre su vida íntima. Ella testificó que el hombre llegó a hacerle un comentario de tipo sexual sobre su apariencia y que también le preguntó si se había operado los senos. La administrativa declaró que, además, una estudiante asistente le comentó que el conserje le dijo que le quería tocar los senos.
Originalmente, la Comisión dictó en contra de Araya una suspensión de 15 días, pero tanto el TUA como la Rectoría consideraron que los hechos fueron graves y reiterados, por lo cual lo despidieron.
Pero al docente de Promoción de la Salud Física, quien fue denunciado por tres alumnas por dirigir miradas y comentarios a sus cuerpos, se le impuso una de las amonestaciones más leves que ha dictado la institución: cinco días de suspensión.
Una de las afectadas dijo que, en una ocasión, ella le dijo al profesor que temía haber salido mal en una presentación y el docente, de apellido Rodríguez, la tomó del brazo, la inclinó y se quedó mirando sus glúteos para decirle: “Tranquila, si usted está muy bien”.
Suspensiones por sugerir encuentros sexuales a alumnas
Otros docentes de la UNA fueron castigados con suspensiones por sugerir encuentros sexuales a alumnas que se encontraban en situaciones de indefensión en el momento de los hechos.
Uno de los casos lo denunció, en 2016, una alumna de primer año. Ella declaró que un profesor de Matemática, en la sede de Liberia, de apellido Castrillo, empezó a acosarla durante un examen en el que solo quedaba ella, cuando le empezó a decir “qué miedo quedarme solo con usted”.
La estudiante relató que otro día, al salir de la clase, Castrillo le dijo “vos tenés cara de que te portás mal” y, más tarde, faltando 20 minutos para las medianoche, le empezó a enviar mensajes de texto. Primero fueron íconos de caras con sueño, seguidos de frases como “¿Se portó bien?”, “no creo que usted sí” y “me avisa cuando no lo haga”.
Al día siguiente, fue igual: “Y cuándo se porta mal jaja” y “Bueno nos portamos mal juntos así se ahorra más... ¡¡¡imagínese cómo se va a portar mal usted por allá y yo por acá...!!! Como que no... mejor juntos”.
Luego de analizar y de dar probados tales hechos, así como la afectación en el rendimiento académico que sufrió la muchacha, la Comisión le impuso a Castrillo una suspensión de 30 días sin goce de salario, basado en “el principio de proporcionabilidad y razonabilidad entre la falta cometida y las sanciones que pueden imponerse”.
Distintas sanciones por represalias contra estudiantes
En el 2007, la UNA despidió a un docente de Matemática de apellido Acuña, cuatro años después de que una alumna denunciara que, en un almuerzo, él le dijo “que ella sabía muy bien cómo podía pasar el curso sin problema”, prometiéndole que pasaría el curso si tenía relaciones sexuales con él en un hotel. Ella se negó y perdió la materia.
En cambio, solo fue amonestado por escrito un docente de Física, de apellido Betancurt, que reprobó a una menor de edad que se negó a “tener una aventura” en el 2005.
De acuerdo con la joven, la proposición de “una aventura” se la hizo cuando la llevaba a la casa en su vehículo, luego de una tutoría previa a un examen. Ella relató que, pese a que se negó, él insistió en “correr el riesgo”.
Después, le envió un mensaje diciendo que había soñado con ella y, el día de la evaluación final, le pidió que se despidieran en un lugar donde nadie los viera.
Según la joven, después de la prueba, el profesor le indicó que había aprobado el curso, pero al día siguiente le envió un mensaje de texto en el que le dijo que reprobó.
El caso se denunció a mediados del 2005. Tres meses después, la Comisión ordenó la suspensión del docente por 15 días, pero Betancurt apeló la resolución y el Tribunal Universitario de Apelaciones (TUA) redujo la sanción a una amonestación escrita bajo el argumento de que no hubo contacto físico.
“Este Tribunal tiene por demostrado que no hubo acercamientos corporales u otras físicas de naturaleza sexual, sino más bien manifestaciones y mensajes escritos por parte del recurrente (...). De acuerdo con el principio de legalidad que rige nuestro ordenamiento jurídico, no puede imponerse una sanción que exceda la gravedad de los hechos demostrados”, concluyó el TUA.
39 funcionarios sancionados en 22 años
Otros 15 procesos se cerraron sin sanciones
FUENTE: RESOLUCIONES DE LA COMISIÓN DE RESOLUCIÓN DE DENUNCIAS SOBRE HOSTIGAMIENTO SEXUAL. || ÉDGAR JIMÉNEZ Y SOFÍA CHINCHILLA. / LA NACIÓN.
Cinco con la pena mínima
En cinco casos, los hostigadores recibieron solo amonestaciones escritas, en una ocasión porque la Comisión encontró que los hechos no fueron tan graves y, en los otros cuatro, porque los denunciados apelaron y consiguieron bajar el castigo.
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Así ocurrió, por ejemplo, con un profesor de apellido Cano que, en el 2006, impartía el curso Derechos Humanos en el Nuevo Milenio en la sede de Pérez Zeledón.
Según la denunciante, el primer día de clases, el docente le dijo que no fuera con enagua ni blusas escotadas porque, “si no, tenía que atenerse a que la viera”, y que constantemente se quedaba observando su cuerpo.
La joven contó que, en otra ocasión, el docente estaba hablando sobre relaciones coitales y cómo las mujeres eran culpables de dejar que los hombres hicieran lo que quisieran, cuando se le acercó al pupitre y le dijo “es como decir que usted es una cualquiera, que no vale un cinco, que es fea” y la hizo sentir muy ofendida.
A él también se le dictó inicialmente una suspensión de 15 días, que en la instancia de apelación se redujo a un regaño por escrito.
“El profesor investigado no solicitó favores o conductas de naturaleza sexual, ni tampoco incurrió en acercamientos corporales o roces indebidos”, razonó el Tribunal.
Este medio solicitó, desde el lunes, una entrevista para conocer la opinión de Alberto Salom, rector de la UNA, sobre las sanciones que impone esa casa de enseñanza a los hostigadores sexuales.
No obstante, la directora de la oficina de comunicación institucional informó de que el rector se encuentra fuera del país, pues la entidad se encuentra en el receso de medio año.
10 se refugiaron en renuncia o jubilación
Diez procedimientos administrativos tuvieron que cerrarse porque los presuntos hostigadores renunciaron o se jubilaron en medio de los procedimientos, y así lograron evadirlos.
Fue el caso de un profesor de Matemática que, según la denuncia, en el 2003 convenció a una alumna de ir a un bar con él y, en el lugar, le dijo que era muy linda, le tomó la cabeza con las manos y le dio un beso encima de la cabeza e insistió en que lo besara en la boca, a lo cual ella se negó. La joven declaró que, cuando el docente la fue a dejar en su vehículo, extendió una mano para tocarle el vientre.
Luego de iniciado el procedimiento administrativo, el profesor se jubiló y truncó la investigación.
Otra denuncia indica que, en el 2002, una joven fue a pedir ayuda a un funcionario en quien sentía confianza, pues recién había visto a su exnovio, de quien sentía miedo. Según la joven, él la llevó a almorzar y después fueron a su oficina, donde el funcionario le insistió en que tuvieran relaciones sexuales, pues, según le dijo, ya había tenido relaciones con otras alumnas.
La denuncia de ese caso se presentó en marzo y él renunció un mes después, luego de ser notificado del inicio del procedimiento administrativo. Ese mismo funcionario fue amonestado por hostigamiento cuatro años antes.