“Antes del 15 de noviembre Nicaragua había permitido el tránsito de cubanos por su frontera. La decisión de cerrar las fronteras atropella los derechos humanos, ofende los principios y valores universales y pretende disminuir la dimensión de este drama”.
Con esa declaración, la noche de este domingo, en cadena nacional, el presidente Luis Guillermo Solís, culpó al Gobierno de Nicaragua de la crisis migratoria que vive la región.
Ya son casi 3.000 los cubanos que han recibido visa de tránsito para entrar a Costa Rica y salir del país pocos días después, como lo venían haciendo desde hace casi tres años.
Sin embargo, ahora la administración de Daniel Ortega les ha cerrado la frontera, precisamente luego de que Costa Rica desarticuló una red de tráfico de personas que operaba con estas personas procedentes de la isla.
Tanto para Solís, como para el ministro de Relaciones Exteriores, Manuel González, la solución a esta crisis debe salir de la cita de cancilleres de la región, por realizarse este martes en El Salvador.
González explicó que los jerarcas debe hallar una solución definitiva y no promesas de seguir dialogando sobre el tema.
A la reunión acudirán los cancilleres de los países centroamericanos y luego se les unirán los de Colombia, Ecuador y México.
El de Cuba, por su parte, no confirmó su presencia, pero el Gobierno costarricense conoce que ha estado en contacto con Nicaragua y Ecuador.
3.000 visas. Cuatro horas antes de la cadena presidencial, las autoridades que atienden a los cubanos varados en la frontera con Nicaragua, cerrada desde el lunes 15 de noviembre, explicaron que ya se han emitido 2.837 visas de tránsito para quienes pasan por nuestro país buscando llegar a Estados Unidos.
De esos permisos temporales, ya se gestiona la renovación de unos 1.087, informó la directora de Migración, Kathya Rodríguez, este domingo por la tarde.
El ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, comentó que cada día llegan a la frontera sur cerca de 250 migrantes cubanos, que han hecho la ruta por Ecuador, Colombia y Panamá.
De los que están varados en el norte, 1.996 están en 11 albergues establecidos por el Gobierno, en La Cruz, Liberia y Upala.