El sábado 6 de noviembre del 2010, un grupo de partidarios del PAC tenía preparada una “emboscada” para 30 de los principales dirigentes del Partido.
Nueve meses antes, Acción Ciudadana (PAC) había perdido una elección nacional por más de 400.000 votos, frente a Liberación Nacional (PLN), y su líder histórico, Ottón Solís, no solo había desistido de postularse de nuevo a la Presidencia, sino que se fue a Estados Unidos a trabajar por un año.
Coordinados por el exdiputado Alberto Salom, un conjunto de asesores externos del PAC, al que llamaban el “no grupo” (por su carácter informal), se dio a la tarea de buscar un líder que representara al Partido en las elecciones del 2014.
Según Salom, se requería una “persona de pensamiento amplio, que tuviera la ética del PAC”.
El equipo se reunía con frecuencia en un apartamento diminuto en el que vivía el periodista Enrique Sánchez, en Montes de Oca.
Entre otros, asistían Salom, el politólogo Harold Villegas, el comunicador Carlos Alvarado y el internacionalista Eduardo Trejos.
Allí se pensó en el nombre de Luis Guillermo Solís Rivera, un profesor universitario, politólogo, e historiador que se acercó al PAC tras renunciar en el 2005 a la secretaría general del PLN.
Solís, también conocido como analista político e internacional, militó en Liberación desde 1977 y trabajó en mandos medios de la Cancillería en los gobiernos de Óscar Arias (1986-1990) y José María Figueres Olsen (1994-1998).
Dejó el PLN al argumentar que Liberación estaba dominado por la euforia electoral y la politiquería.
Dos años más tarde, en el 2007, fue parte del movimiento que se opuso al TLC con Estados Unidos.
El “no grupo” supuso que Solís podría llenar el vacío que dejó Ottón pues lo consideraban carismático y unificador, dijo Villegas.
En el 2009, Villegas y Trejos pensaron en él, pero no para presidente, sino para que empezara a hacer carrera política.
En una reunión con Salom, Trejos, la exdiputada Elizabeth Fonseca y el actual alcalde de Aserrí, Víctor Morales Mora, Villegas propuso a Ottón Solís postular a Luis Guillermo en el primer lugar de la papeleta de San José para diputados.
Aunque el excandidato alega no recordar ese hecho, lo cierto es que se inclinó por María Eugenia Venegas. Sin embargo, luego propuso a Luis Guillermo una candidatura a vicepresidente para el 2010.
De acuerdo con Trejos, el hoy presidente electo se emocionó y estaba dispuesto a aceptar, pero, tras conversarlo con la familia, declinó. “No podía o tal vez no se sentía tranquilo”, agregó Ottón Solís.
En ese momento, Luis Guillermo trabajaba como director de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), en Panamá, y no podía participar en política electoral.
A finales del 2010, una vez que el “no grupo” pensó seriamente en el politólogo, a Alberto Salom le correspondió presentarle la idea. Se reunieron en el café Giacomin, en Montes de Oca. “Él creía que yo le iba a pedir apoyo para una candidatura mía. Se sorprendió y empezamos a sostener conversaciones con todo el grupo”, recordó Salom.
Solís aceptó y se integraron otras personas como Olga Marta Sánchez, actual secretaria general del PAC; el economista Juan Manuel Villasuso; el obispo luterano Melvin Jiménez (jefe de campaña y exdirigente del No al TLC), y el líder cooperativo Víctor Hugo Morales Zapata, hoy diputado electo, pero separado de la fracción del PAC.
Las reuniones continuaron en la iglesia luterana. Según Villegas, Solís no era una figura conocida y el primer reto era que el Partido supiera quién era.
“Se nos ocurrió hacer un encuentro con diputados y exdiputados del PAC, para analizar la situación política, y llevar a Luis Guillermo como conferencista de fondo. Yo lo llamo una emboscada. Fue una invitación inocente para gente del PAC. La intención era presentar a Luis Guillermo”, comentó el también funcionario legislativo.
La reunión tuvo lugar en la casa de la hoy diputada electa y futura jefa de fracción del PAC, Emilia Molina. Luego se emprendió un plan de giras. La primera fue a Guanacaste. Morales Zapata recordó que viajaron Solís, Villegas y él.
A Morales, Villegas lo describe como el “operador político” de Luis Guillermo, el enlace con dirigentes partidarios y sectores.
Solís ya había regresado al país para laborar en consultorías y en la Universidad de Costa Rica (UCR).
Para financiar las giras, crearon una sociedad llamada Cedac. Esta publicaba el boletín digital Istmo Semanal sobre la situación de Centroamérica y, a cambio, se pedían donaciones a los lectores. Tiraron 154 ediciones en más de tres años.
Trejos también recordó que tardó dos semanas en convencer a Solís de que entrase en Facebook.
Luego de dos años y medio de trabajo, llegó la convención del PAC en julio del 2013, y Solís ganó la candidatura con poco más de 8.000 votos y solo 110 de diferencia sobre el diputado Juan Carlos Mendoza.
Ahora venía la elección nacional y, para setiembre del 2013, solo un 17% de la gente sabía quién era Solís, según Unimer. Algunos lo llamaron el “candidato del margen de error”. Él, de 55 años, respondió con la campaña “Conózcame”.
En una visita a La Nación en enero pasado, cuando aún recibía un 5% de apoyo en las encuestas, Solís hablaba sin derrotismo y advertía de que ganar la campaña no se comparaba en nada con lo que implicaba organizar un gobierno bajo la situación política actual.
Tras ganar el 2 de febrero, admitió que se benefició de un voto de protesta contra el PLN y estimó que este crecería el 6 de abril.
“Uno se cree las responsabilidades”, comentó el sábado anterior al recordar lo ocurrido desde los tiempos de la “emboscada”.