Estados Unidos y Cuba tienen mucho que decir en el cuento de la crisis migratoria cubana que hoy enfrenta a Costa Rica y Nicaragua y que apunta ya a un dilema regional debido a que el flujo de los caribeños no cesa.
Esa es la opinión del presidente de la República, Luis Guillermo Solís, para quien es importante que, tanto las autoridades del país de origen de los migrantes como las de la nación de su destino, trabajen junto con los cancilleres de la región para buscar una solución definitiva.
Solís insistió este viernes por la mañana, durante la inauguración de la planta hidroeléctrica Torito, en Jabillos de Turrialba, en que la reunión de la próxima semana puede derivar en una solución definitiva, con el compromiso de los cancilleres de todos los países de la llamada ruta cubana.
De esta forma, Solís cree que las autoridades estadounidenses y cubanas se deben sentar con Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala y México, en la cita en la que el Gobierno costarricense propondrá crear un corredor humanitario libre de violaciones, robos y otras vejaciones que generalmente se les ha causado a estos migrantes cubanos por parte de los traficantes de personas.
Responde a Managua. Las declaraciones del Gobierno de Daniel Ortega, según el cual Costa Rica se victimiza y se autoproclama defensor de los derechos humanos, no cayeron bien en Solís.
El presidente aseguró que ni el país se victimiza ni cambiará de política sobre la entrega de visas, así como tampoco en cuanto a la lucha contra las redes de tráfico de personas que se aprovechan de la situación irregular de los migrantes cubanos.
“Este es un conflicto de orden humanitario, no geopolítico. Nuestros temas bilaterales (con Nicaragua) se están resolviendo donde se debe, en los tribunales internacionales de justicia. La población migrante no debe sufrir por los problemas entre ambos países”, añadió.
Solís añadió que el país no requiere de excusas para llamar la atención de la comunidad internacional, ni utilizar los subterfugios de una crisis migratoria que no tiene origen ni en Costa Rica ni en Nicaragua.
En la reunión de los cancilleres, por realizarse la próxima semana en El Salvador, también participaría Rosario Murillo, la primera dama nicaragüense, de quien el Gobierno de Costa Rica espera una posición solidaria con la población migrante para permitir el paso hacia su destino final: Estados Unidos.
La opinión de Solís es que la propuesta que llevará al ancuentro el canciller Manuel González, podría no ser la única salida, por lo que se espera una serie de propuestas para acabar la crisis.
Además, el mandatario comparó el liderazgo del país en materia de derechos humanos con el liderazgo en materia de generación eléctrica limpia, pues su discurso lo hizo en el marco de la inauguración de la planta hidroeléctrica Torito.
Esa central nació de una alianza del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y las empresas privadas Gas Natural Fenosa, de España, y la nacional Grupo Cuesta de Moras, con una inversión de $190 millones.