El presidente, Luis Guillermo Solís, se distanció ayer de los alcances del pacto político firmado el viernes trasanterior entre el PAC, el Frente Amplio y la coalición sindical Patria Justa.
Consultado por La Nación , Solís se refirió por primera vez a su posición frente al acuerdo denominado Una agenda patriótica para el bien común.
El pacto, negociado por el jefe de fracción del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC) , Marco Redondo, y la presidenta de esa agrupación, Margarita Bolaños, con el Frente Amplio y la coalición sindical de izquierda, se hizo, según Solís, a espaldas de la Casa Presidencial.
Ayer se intentó conocer el criterio de Redondo, pero se encuentra fuera del país. Tampoco contestaron la subjefa de la bancada, Nidia González, ni la anterior coordinadora, Emilia Molina.
“No hay de parte del Gobierno, participación en ese pacto político”, señaló el mandatario.
A pesar de que se negoció a sus espaldas, Solís recalcó que el pacto no mina su liderazgo desde la casa de gobierno y recalcó que la agenda pactada en el acuerdo, no afectará las prioridades del Poder Ejecutivo para el periodo de sesiones extraordinarias que se inicia el próximo 1.° de agosto y en que la Presidencia tiene el control sobre la agenda legislativa.
El pacto implica el impulso de proyectos de ley que fortalecen el régimen de beneficios salariales que afectan las arcas del Estado, y que van contra las políticas de austeridad del propio Gobierno.
Además, se señala la necesidad de frenar iniciativas de ley que, según sus gestores, atentan contra la institucionalidad y la prestación de servicios públicos, como el del aumento de la participación privada en la generación eléctrica.
Solís reiteró este martes su compromiso con la reducción del gasto público y sus prioridades.
“El Gobierno tiene claras sus prioridades, incluido el debate en temas de gasto, que no están contemplados y más bien parecieran ser rechazados en ese marco del pacto entre el Frente Amplio, el PAC y lo que significa Patria Justa”, afirmó Solís.
Lo anterior, pese a que el Partido que lo llevó al poder se comporte como oposición si cristaliza el acuerdo.
A ciegas. Solís reiteró que desconocía sobre las negociaciones del pacto, el cual, según la presidenta del PAC, es una respuesta a la conformación de un bloque opositor dentro del Congreso, encabezado por Liberación Nacional (PLN), junto a la Unidad Social Cristiana (PUSC), el Movimiento Libertario y los partidos evangélicos, que le arrebató al oficialismo el control del Congreso.
En criterio de Solís, ni el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, ni el viceministro encargado de los asuntos parlamentarios, Luis Paulino Mora, conocieron de las negociaciones.
De acuerdo con Mora, los diputados del PAC hasta les pidieron ayuda para alquilar el Teatro Melico Salazar, donde se firmó el acuerdo, aunque no le dijeron para qué era.