El abogado constitucionalista Manrique Jiménez fue uno de los seis integrantes de la denominada comisión de notables que durante medio año trabajó en una propuesta para mejorar la gobernabilidad del país. Él, sin embargo, pareciera haber sido el disidente pues no estuvo de acuerdo con algunas de las más importantes recomendaciones planteadas por el grupo al Poder Ejecutivo.
Fue el único que se opuso a la propuesta de que el presidente disuelva el Congreso si cree que este entorpece la marcha del país. Fue el único que se opuso de manera radical a la reelección consecutiva del presidente. Fue el único que se opuso a tener más diputados. Fue el único miembro de la comisión de notables sobre gobernabilidad que no ha ejercido un puesto político.
Se trata del abogado constitucionalista Manrique Jiménez Meza, quien argumentó que ve la amenaza de la concentración del poder tanto en permitir la reelección consecutiva del mandatario como en la posibilidad de que este llame a elecciones anticipadas de diputados.
Sin embargo, sí cree en la reelección inmediata de legisladores y en que estos puedan destituir a los ministros. ¿Quién controla la Asamblea entonces? Jiménez propone que la ciudadanía pueda revocar por referendo tanto a los diputados como al presidente:
¿Por qué se introduce la posibilidad de que el Parlamento pueda emitir un voto de censura vinculante que haga caer al gabinete?
Estuve de acuerdo en la posibilidad de que el Parlamento tenga un mayor control en la designación de los ministros, incluso darse la posibilidad de la caída de ministros que no sirvan y que el presidente tenga la posibilidad de nombrar un nuevo gabinete.
”En lo que no estoy de acuerdo es en la posibilidad de que el presidente pueda, vía directa o vía indirecta, a través de una solicitud que se haga al Tribunal Supremo de Elecciones, cerrar el Parlamento”.
¿Sea en respuesta a un voto de censura o unilateralmente?
Ninguna de las dos formas porque para mí, por medio de una conducta administrativa, no puede afectarse los derechos fundamentales por el principio de reserva legal que dispone el artículo 19 de la Ley General de la Administración Pública y, en una democracia, la actividad de un parlamento es el corazón del sistema que, a la vez, es la base de un Estado de derecho.
”Podríamos caer en la tentación de una concentración de poder muy peligrosa en el Ejecutivo”.
Pero el documento dice que lo introducen para dar equilibrio...
Yo entiendo en el sentido de que si el Parlamento puede hacer A, entonces el Ejecutivo puede hacer B, si usted me solicita la caída del gabinete, yo puedo solicitar el cierre del Parlamento y convocar a nuevas elecciones.
¿Por qué no justifica ese equilibrio planteado?
No, es que yo no creo que ahí pueda existir un equilibrio. Es decir, me parece que es una amenaza latente en contra de la democracia y que por ahí puede perfectamente estarse afectando la esfera de los derechos fundamentales.
”Mi propuesta es distinta. Yo creo en la revocatoria del mandato del presidente y los vicepresidentes y del conjunto del parlamento, vía referendo. Que exista un control efectivo por parte de los ciudadanos ante el mal desempeño”.
Usted dice que la posibilidad de que el presidente convoque a elecciones anticipadas es una amenaza, pero que el Parlamento pueda quitar ministros no. ¿Es por el hecho de que los ministros no son electos popularmente?
Bueno, en gran parte eso, pero sobre todo que la democracia descansa sobre el Parlamento, además de que son electos popularmente. No se está pidiendo la caída del presidente y de los vicepresidentes, solamente los ministros.
¿Y quién controla al Congreso?
El pueblo, a mí me parece que hay que ampliarlo con la posibilidad de la revocatoria de mandato vía referendo. Sé que los instrumentos son difíciles de ponerlos en práctica, pero me parece que es una necesaria oxigenación del sistema democrático en aras de una mayor participación ciudadana.
El día que llegaron a Casa Presidencial, cuando salen a dar declaraciones y preguntan sobre el aumento de diputados, usted hizo señas de que no estaba de acuerdo...
Sí, realmente hice señas porque se estaba hablando como si todos estuviéramos de acuerdo y no se hizo mención de que había un voto salvado, yo hacía señas para que no nos metieran en el mismo saco. Yo siempre me he opuesto al aumento de los diputados y que nos mantengamos con los 57. El problema no es de cantidad, es de calidad.
Lo que se alega es que la carga de trabajo es grande y que mucho trabajo termina en manos de asesores legislativos...
Estoy de acuerdo en que hay mucho trabajo, pero también estoy de acuerdo con reformar el reglamento legislativo para que la Asamblea sea más eficiente.
Usted se opone al aumento en el número de diputados, pero aprueba la reelección consecutiva...
Apruebo la reelección consecutiva hasta cuatro períodos porque sí me parece que la carrera parlamentaria es importante cuando hay buenos diputados.
¿Y por qué no está de acuerdo con la reelección consecutiva del presidente?
No me gusta. Creo en la reelección respetando dos períodos. No me gusta porque, desde el punto de vista histórico, ha habido una tendencia a la concentración del poder por parte del Ejecutivo. Una cosa son los parlamentarios, que tienen un mayor control, pero cuando se trata del Ejecutivo yo soy un poco más desconfiado. Si un buen presidente podría aspirar a ocho años, un mal presidente utilizando todos los mecanismos de propaganda y participación y poder, me parece que sería muy importante tener un control.
”Imagínese todo el aparato del Estado... No me gusta la idea de la reelección consecutiva ante un presidente populista que concentre poder y que esto sea las puertas para un régimen autocrático”.
Se ha hablado de que las propuestas pueden ser impracticables, ¿qué opina?
Incorporar ciertos elementos del parlamentarismo dentro del presidencialismo es sano porque la democracia se vuelve más efectiva. Hay una interacción activa entre el Ejecutivo y el Legislativo. El régimen parlamentario es una mayor garantía de una democracia más efectiva, incluso es muy difícil encontrar en un régimen parlamentario un populismo, pero sí lo encontramos mucho en los regímenes presidencialistas.
¿Por qué cree importante mantener la consulta a la Sala Constitucional sobre el procedimiento de proyectos de ley?
Los procedimientos válidos son una garantía de la democracia, porque no se puede abusar de vicios de procedimiento que vayan a obstaculizar y cercenar el correcto funcionamiento de la democracia en la aprobación de leyes.