Marcha toma calles de San José para exigir un alto a la violencia contra las mujeres

Organizaciones feministas, familiares de víctimas de femicidio y otros grupos de la sociedad civil tomaron este sábado las calles del centro de San José para exigir un alto a la violencia contra las mujeres. La manifestación salió a las 2:00 p. m. desde el parque la Merced con rumbo a la plaza de la Democracia.

“Estamos denunciando el aumento en los femicidios y en los casos por violencia doméstica, así como en las desapariciones de mujeres”, explicó Paola Zeledón, integrante del grupo Pan y Rosas.

Las manifestantes también demandaron respuestas al gobierno para frenar estas problemáticas, particularmente solicitaron la declaratoria de un estado de emergencia por la ola de violencia contra las mujeres que enfrenta el país.

Esta solicitud también había sido planteada por 22 diputadas y rechazada el pasado 10 de julio por la ministra de la Condición de la Mujer, Cindy Quesada, durante una comparecencia en la Asamblea Legislativa. En ese momento, la jerarca afirmó que no se puede decir que hay una emergencia nacional, “aunque sí lo sentimos”.

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“Quiero ser muy clara: cuando se declara una emergencia, debe haber un vínculo de causalidad entre lo solicitado y una situación que no se pueda manejar de manera ordinaria. Además, debe ser una situación imprevista, totalmente sobrevenida. En el caso de la violencia de género, es una situación prevenible y conocida”, continuó.

Zeledón criticó la postura del Poder Ejecutivo y aseguró que no depondrán la lucha, ni abandonarán a las víctimas de violencia y tampoco a los familiares de víctimas de femicidio, quienes aún no reciben los recursos del fondo, que se creó por ley, para brindar subsidios económicos a los hijos, adultos mayores y personas con discapacidad que dependían de mujeres asesinadas.

“En concreto, estamos exigiendo un alto a la violencia y diciéndole al gobierno que si ellos no quieren declarar emergencia nacional, nosotras la declaramos acá en las calles”, indicó la activista.

Familiares de Fernanda y Raisha piden justicia

El movimiento fue acompañado por familiares de víctimas de femidicio, quienes levantaron la voz para demandar justicia para sus seres queridos. Ese es el caso de Xavier Sánchez, hermano de Fernanda Sánchez Aguilar, de 31 años, y tío de Raisha, de 12. Madre e hija fueron asesinadas a golpes el 30 de julio del 2020, en San Pablo de León Cortés.

Sánchez reclamó que, a pocos días de cumplirse cuatro años desde el violento crimen, los hechos siguen impunes. Además, pidió a las instituciones y a la sociedad, dar mayor visibilización a los casos que se presentan en las zonas rurales, para que no queden en el olvido.

“Generar presión es lo único que nos queda a las víctimas sobrevivientes de femicidio, es la única forma que tenemos para que ciertas instituciones nos escuchen. Es nuestra lucha, que en muchas es invisibilizada, pero es como podemos dar a conocer casos como el de Fernanda y Raisha”, mencionó.

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Niñas se sumaron a la marcha

La marcha contó con la participación de personas de todas las edades, incluidas algunas niñas que caminaron todo el recorrido por las calles josefinas, como fue el caso de Gabriela Rojas Vásquez, de 6 años, y Bryanna Astúa Arce, de 10 años.

Gabriela fue una de las manifestantes más pequeñas, estuvo acompañada por su padre, Fabricio Rojas, y su madre, Laura Vásquez, quien destacó la importancia que las niñas y las mujeres entiendan la importancia de alzar la voz y exigir el respeto de sus derechos.

“Nunca es muy temprano para empezar a marchar, hemos visto que a las niñas las violentan desde que nacen y nunca va a ser muy temprano para aprender a defenderse y exigir derechos”, añadió.

Por su parte, Bryanna declaró a La Nación que consideró importante asistir para “representar a las mujeres fallecidas” y recordar a la sociedad que “las mujeres no se tocan sin su permiso”. Esta es la segunda marcha en la que participa la menor, la primera fue a los cuatro años.

Su mamá, Laura Arce, señaló que involucrarse en este tipo de actividades es útil para la pequeña, pues le sirve para aprender sobre su valor propio y los derechos que le asisten, de forma tal que “de grande crezca con eso”.