El próximo lunes, el Gobierno presentará a los diputados un texto sustitutivo para el proyecto de ley de jornadas excepcionales que introduce una nueva modalidad que permite a las empresas aplicar jornadas de 12 horas diarias durante cuatro días y con tres días de descanso consecutivos.
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En las últimas dos semanas, la administración Chaves ha recibido a distintos sectores para escuchar sus inquietudes sobre este proyecto, que si bien cuenta con el respaldo político de Casa Presidencial y de la oposición, genera dudas entre ellos mismos, en especial, en cuanto a las posibles barreras de entrada que podrían afrontar ciertas poblaciones como las personas con responsabilidad de cuido.
Marta Esquivel, ministra de Trabajo, aseguró que el nuevo texto traería seguridad jurídica a las empresas, aunque no precisa datos que den una idea sobre cuántos puestos de trabajo se podrían generar a partir de esta reforma al Código de Trabajo.
Lo que sí está claro es que la aplicación de esta jornada debe respetar la Constitución Política en cuanto a su “excepcionalidad”, por lo que considera necesario que los diputados dejen claro, desde la ley, sin sujeto a interpretaciones posteriores, a cuáles industrias aplicará esta nueva norma.
En una conversación con La Nación, el pasado miércoles, Esquivel estimó que si esta ley se aprobara hoy, tal vez de 10 a 15 empresas podrían usarla, aunque un día después señaló que la cantidad final se sabrá cuando se identifiquen las actividades que califican para ese formato. A continuación, un extracto de la entrevista:
-¿Dónde está la mayor discusión en este momento en cuanto a esta reforma?
-El texto sustitutivo mantiene la esencia que son cuatro días, 12 horas, con tres días consecutivos de descanso. Eso no va a variar, aunque haya sectores que evidentemente están molestos o disconformes con esa variación.
“El punto medular de esto es aplicar lo que dice el criterio que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó. Ellos hacen aquí el comentario y dicen que ‘se recomienda restringir la aplicación de la jornada excepcional ampliada, tal como está prevista en el artículo 145 del proyecto de ley, a los casos de trabajo por equipos en procesos continuos. En todos los demás, se recomienda no superar las nueve horas de trabajo’.
“La excepción, y por lo menos así lo entendemos desde este Ministerio, no debe quedar a criterio de los exámenes o de criterios técnicos de salud ocupacional, sino que debe ser el legislador el que defina”.
-Los industriales señalan que es importante integrar a todo aquel que colabore con el equipo de trabajo calificado que está en el proceso continuo de las 24 horas.
-La OIT habla de equipos. Entonces, lo complejo para la industria es establecer esos equipos.
-¿Ustedes ven la aplicación de estas jornadas en el turismo, por ejemplo?
- El turismo no entra ahí.
-Parece mucho más limitado el proyecto de lo que parecía inicialmente como “excepcional’'.
-Esta es la clave de esto. Determinar cuáles industrias, que existan ahora o que eventualmente puedan existir, podrían entrar dentro de esa industria que trabaja por equipos en turnos de 24 horas. Yo casi me atrevería a decir que si esta ley se aprobara hoy, tal vez de 10 a 15 empresas podrían usarla.
-¿Cuál es la estimación de la fuerza laboral que pueda integrarse en esto?
-No lo tenemos tan mapeado y tal vez es un trabajo que no se ha hecho tan específico. Pero incluso puede haber empresas que de repente hoy digan ‘sí, a mí me interesa ese proceso’, y cuando empiecen a moverse para ver si se puede trasladar, descubran que no les conviene.
-En la jornada anualizada que establece el proyecto, ¿se pueden superar las 48 horas como jornada ordinaria en las temporadas de alta demanda laboral para recuperar las horas que no se trabajaron en temporada baja?
-El proyecto dice que no se pueden superar las 48 horas semanales, esos son los límites. Si lo pasan, ya podría existir un incumplimiento.
-La jornada de cuatro días no es nueva en otros países, pero se implementa con menos cantidad de horas por semana. De acuerdo con OCDE somos el tercer país con peor balance vida-trabajo y el segundo con más horas de trabajo por semana. Las sociedades modernas avanzan hacia jornadas menos extensas por lo que implican en la salud, en la productividad, en el balance. Se dice que entre más horas, menor productividad. ¿Cómo valora esta reforma en este contexto?
-Hay muchos retos, definitivamente. A mí me parece que hay que darle la oportunidad a tener esta opción, que como yo le decía es una más de las opciones y en el proyecto vienen más aspectos que son relevantes para el Estado, para los trabajadores, para los empleadores y para los jueces; para tener una claridad sobre las reglas del juego. Si queremos que las empresas generen empleo, requerimos que las reglas sean claras.
“Puede ser cierto que los países desarrollados estén bajando la cantidad de horas laborales. Nuestro país puede revisar más adelante esa opción. Creo que aún hoy no es el momento; venimos pasando de una pandemia, estamos atravesando una guerra (…). Nosotros no competimos con Europa, sino con Centroamérica, Latinoamérica y países de la región. Primero tenemos que hacer un gran esfuerzo por desarrollar la empleabilidad y eso está en la cabeza en la rectoría de este Ministerio”.
-¿Cuál es el sustento técnico para decir que la flexibilización laboral va a generar más empleo? El constitucionalista Carlos Arguedas señalo que no existen estudios que sustenten esa decisión.
-Es muy difícil para nosotros asegurar eso después de una pandemia que nunca creímos que fuera a pasar. Lo que a nosotros nos interesa de la flexibilización, y hablemos de la excepcionalidad de jornada, es la seguridad jurídica y tener reglas claras en cuanto a las jornadas. Que eso pueda generar mayor empleo es el mayor deseo que nosotros tenemos, pero que eso solo lo vaya a hacer, no. Necesitamos articular muchos aspectos.
-Hay diputados que consideran que estas jornadas pueden plantear barreras para personas con responsabilidad de cuido, ¿comparte ese criterio?
-Claro que eso puede ser una barrera (...). Por eso nosotros como Estado, como gobierno, tenemos que apoyar eventualmente a esas personas que estimen que tienen barreras. Y por eso digo que hasta que nosotros no tengamos claro cuáles van a ser esas industrias, no podríamos apoyar el tema de redes de cuido y, eventualmente, redes de apoyo a los adultos mayores.
“Creo que ahí está la clave; que venga primero la implementación. Si no, estaríamos en avanzada sin entender hacia dónde vamos. Entonces, hasta que no tengamos el primer punto, el de determinar cuáles son esas industrias de procesos continuos que trabajan en equipos y que los diputados puedan definir como excluidas conforme a nuestra Constitución, hasta que no tengamos eso claro, nosotros no podríamos avanzar ni siquiera como inspección de trabajo, porque tengo que saber cómo está el mapa de industrias que van a apostar por estas jornadas”.