Mauricio Víquez, vocero de la Iglesia Católica en temas de Familia, reconocido por sus fuertes planteamientos y apariciones públicas en pos del matrimonio tradicional, habló con La Nación sobre las denuncias de doble discurso que le achacan grupos de defensa de los homosexuales. El sacerdote accedió a hablar sobre conversaciones digitales (de las cuales este medio tiene copia) que muestran un flirteo de su parte con personas gais. En la entrevista, Víquez incluso se refiere al debate sobre la forma en que la Iglesia aborda la homosexualidad entre curas. De seguido, un extracto del diálogo:
-¿Maneja usted un doble discurso sobre el tema homosexual? ¿Tiene usted una doble vida tal y como se denuncia?
Lo que pasa es que, digamos, mi discurso, sobre todo en los últimos años, me ha tocado abordar temas difíciles. Es una perspectiva agarrada de lo que la Iglesia enseña. No me he apartado ni un milímetro, ¿verdad? Entonces, sobre todo por mi función de ser vocero, en algunos temas de ese tipo, el discurso mío es el discurso de la Iglesia.(...).
Sobre el tema de la homosexualidad, por ejemplo, ya hace muchos años la Iglesia afirmó que la condición homosexual no se puede concebir como pecado, eso está en el catecismo y la teología moral ahorita lo tiene en sus manos. Ese es el discurso de la Iglesia, y el discurso de la teología moral, y me he mantenido ahí.
Ahora, con respecto a amistades y esto, en realidad, como usted dice, ahí no hay... no hay digamos, que ocultar gran cosa. Muy probablemente por mi tipo de trabajo, verdad... por muchos años, por haberme movido en el ambiente universitario y demás, tenemos mucha cercanía con gente más o menos joven.
-En el rango entre 18 y 25 años.
Por ahí anda la cosa, entonces, evidentemente yo no tengo inconveniente en amistades hetero-homosexuales.
-Pero un tema es la amistad y otro son las parejas, ¿no?
Claro, sí, sí, sí.
-Me refiero a personas que han estado con usted, pues, en actividades íntimas. Tengo un testimonio que afirma que en varias ocasiones sostuvo encuentros íntimos con usted, y que le molestó mucho darse cuenta de quién era usted porque lo vio en televisión.
Yo lo que pienso es que, bueno, una pareja, bueno, digamos, esa es una realidad que no he vivido. Si usted me dice que si he tenido una pareja, yo le digo, jamás.
-Pareja en el sentido como yo con mi esposa o con una novia, no. Me refiero a personas que han compartido con usted íntimamente, es que no es una ni son dos (las que dan testimonios).
Lo que pasa es que yo, lo que siento, y algunos conocidos me han advertido, es que en los últimos días ha habido pues un ambiente, no sé si de coordinación o qué, para hablar de esto. Me han advertido conocidos de esto, que hay una molestia y que, a la de menos, sea una forma de sacarme del camino, entonces yo tiendo un poco a sentirlo así; verdad, amistades que de alguna forma se alejaron y que han planteado, pues una forma de trato en esa línea.
Ahora, evidentemente, uno pues a veces comete errores, a la hora de decir una cosa, una frase, que tal vez uno pueda considerar inadecuada, o que se puede entender mal, pero este, ciertamente uno se asume en ese proceso.
-El problema, padre, es que tenemos imágenes desde octubre pasado. No es una cuestión de hace unos días. Hay testimonios que coinciden unos y otros, de personas que son unas de San José, otras de Alajuela, y responden a un patrón. El tema no es crucificarlo, es ser franco.
Sí, sí, yo sé, pero casualmente por eso lo que le planteo es: las preguntas que hemos visto ahorita. ¿Cuál es mi discurso? Bueno, yo tengo que ser coherente con lo que me toca decir y, en ese sentido, los temas que se han abordado, sobre todo los temas de familia, de protección a la vida, con hijos y esas cosas, y el tema relativo a la condición homosexual, eso es un tema que yo evidentemente he tratado siempre de alguna manera en público, por ser vocero, y siempre se ha vendido el tema de qué pasa con las parejas del mismo sexo y con todo esto. En ese sentido, en el discurso, creo que he sido bastante coherente.
-La pregunta es: ¿usted es coherente con su accionar?
Yo, yo creo...
-Los testimonios apuntan a que usted critica la forma de vida de las personas homosexuales, mientras usted también lleva una vida de encuentros homosexuales, que no son malos ante los ojos de Dios, evidentemente.
-Yo siento que hay una, una calificación, digamos, un encuentro homosexual ¿qué es? ¿Una amistad, un diálogo? ¿Qué es? Porque yo digo, si alguien dice algo, respecto a mí, creo que tendría que ser ciego para no darse cuenta de que yo normalmente cuando tengo una amistad, se sale, se conversa, creo que todos tienen muy claro qué soy y qué hago.
-¿Entonces son mentiras?
No, vamos a ver, vea, yo, yo lo que percibo de todo esto es que efectivamente son amistades que uno ha tenido. No sé exactamente cuáles son, pero me hago a la idea. No sé qué pretenden al irse de forma directa a medios, y no haber hablado las cosas antes, no sé. Percibo que tienen alguna intención. La primera es 'usted se va a callar, porque ha hablado muchas cosas que nos afectan'.
-Sí, usted no puede dejar de reproducir el discurso.
No, además porque con frecuencia se me ha pedido a mí en concreto que lo diga, que sea el que hable del tema.
-No voy a ser explícito con lo que me han dicho sobre esos encuentros íntimos, y tendré cuidado con eso, pero no me mienta.
Yo tengo que ver que son amistades que uno ha tenido en años, verdad, que se han acercado y luego se han ido o se han resentido, por alguna cosa (...). Lo que percibo es que han exagerado algunas cosas, yo no sé con qué intención, la verdad, puede ser esa, 'cállese', por ejemplo.
-Pero no debe callarse.
Sí, pero cuando cerré la cuenta de Twitter le dije a la periodista que me preguntó, le dije: 'Es mi cuenta y hago lo que quiero'. La cerré porque se llegó a un punto donde gente que no conocía decía cosas, amenazaba con cosas (...). El asunto es que uno está muy claro que, como el tema se maneja a nivel de Iglesia, por ejemplo el hecho de decir 'yo me apunto en esta forma de vida', o acepto lo que esta persona diga, eso sería un suicidio absoluto, literalmente. Y no solamente a nivel de Iglesia, sino a nivel de otros trabajos que uno tiene (...). Ahora, que yo haya tenido amistades y que hayan ido donde yo vivo, uno dice, claro, por supuesto, este, el tema es que obviamente, uno dice, 'yo no puedo', este... digamos, considerar, sino otra cosa, que exageraron en algunas cosas.
-¿Tiene claro cuántos muchachos han ido a su apartamento?
Pues no, una estadística... no.
-¿Están mintiendo?
Por lo que han dicho antes, están exagerando. Porque si los he conocido y los he tratado, creo que eso es clarísimo.
-¿Usted nunca se ha enamorado?
No, nada de eso. No, no no. Por el mismo tema de parejas, si usted tiene una pareja, pues se enamoró.
-A veces uno se enamora de una persona con la que se sostiene una relación, sin que sean pareja, pero uno de los dos queda enamorado, o resentido.
Lo que pasa es que yo siempre he manejado todo esto en términos de amistades, ¿no?
-En el ambiente gay, muchos son amigos, y se califican entre sí como amigos, aunque tengan encuentros íntimos ocasionales. Yo no juzgo, pregunto, su respuesta es la que establece el grado de situación.
Yo lo que tengo que decir es esto: con respecto al tema del discurso siento que no he atacado a nadie, yo creo que nada más he presentado lo que la Iglesia opina sobre el tema, y a la par de no atacar a nadie, también he sido muy claro sobre lo que dice la Iglesia sobre el tema de la condición homosexual, verdad, sabiendo pues que desde el catecismo es una realidad que no se considera pecado, y que los actos se siguen discutiendo sobre todo a través de los teólogos de la moral.
-Usted es un teólogo de la moral.
Por eso, sigue discutiéndose. Es un tema que está abierto.
-¿Qué opina usted?
Es un tema muy abierto, ahorita, por ejemplo. En cuanto al tema de las relaciones de conviviencia, en el último sínodo se habló mucho de valorar los puntos positivos de la relación conviviencia, y eso dio mucho de qué hablar, pero abrió también a la reflexión a futuro. Dio pie de valorar la experiencia de convivencia, y es un tema que sigue discutiéndose.
En cuanto a lo que pasó en los últimos días fue complicado, ya no sabía como reaccionar, tanto en una entrevisa que me hizo La Nación sobre fecundación in vitro, como la entrevista de canal 7 sobre la familia y luego esto de la película (una crítica del sacerdote, en Twitter, a Spotlight, cinta que trata sobre los casos de abusos de sacerdotes a menores de edad). Son temas que no tienen que ver con comunidades o personas, pero son justamente las que han reaccionado, pero fue muy difícil, fue un ataque masivo y demasiado fuerte.
Con respecto a amistades, como le digo mi grupo de amigos no es muy grande, bueno, amigos y amigas, obviamente. Siempre se ha mantenido un grupo pequeño, que es gente joven, pues sí, es gente más o menos joven que uno ha conocido en la universidad, en la parroquia, en redes sociales. Entonces, uno más o menos tiene claro el grupo que es. Nunca he tenido a mis amistades en un closet, o disimuladas.
En eso hay claridad, la gente que me ve con el que esté, o con la persona que esté, en eso he sido muy transparente. Ahora, que en algún momento haya habido alguna amistad, por ejemplo que ha implicado un tipo de conversación así un poco pasada o lo que fuera y que uno haya dado pie para que eso siguiera, me parece que también es posible, verdad, eh... lo que sí siento es que algunas de esas personas con las que uno ha tenido relación de amistad y que luego se separaron, tal vez hayan exagerado un poco la versión de la relación que teníamos.
-O de los sucesos...
O de los sucesos. Porque yo asocio eso con lo que hemos hablado: ha habido como un interés muy fuerte las últimas semanas, de callarme. Me he callado.
-Un apóstol no se calla.
No, estamos de acuerdo, pero estoy condicionado.
-¿Qué piensa de las prácticas homosexuales de sacerdotes?
Es complicado. La experiencia pastoral con sacerdotes, demuestra que es muy real, y que este... a raíz con lo pasado con el monseñor polaco (monseñor Krysztof Olaf, quien fue expulsado por declararse homosexual), el tema salió de nuevo. Hoy se está trabajando mucho este tema, de hecho hasta la Santa Sede ha sacado un instructivo de posibles cambios. Es un hecho que está ahí, pero ciertamente se maneja inadecuadamente, porque se maneja el hecho de lo afectivo y lo emocional, sobre todo desde la perspectiva de relaciones con mujeres.
-No se puede obviar lo evidente.
La pastoral sacerdotal no puede obviar una realidad que porcentualmente se ha visto que es importante. Ahora, le repito, el celibato no significa soledad. En lo fundamental significa no mantener compromisos con una persona que haga más difícil la labor pastoral. Eso es lo que pretende el celibato a fin de cuentas, una mayor libertad para poder hacer lo que hay que hacer y no implica soledad. Dónde vive uno, qué hace, qué no hace, con quién sale... eso no afecta el tema del celibato. Incluso se puede dar el caso de que una persona falle y se pueda rehacer y salir adelante. Eso ha sucedido.
-Con hombres o con mujeres.
Por eso le digo, ahora que estamos en el tema del año de la misericordia, la misericordia también se ha hablado que es importante tomar en cuenta de que, este... la misericordia también es para un sacerdote que ha tenido una falla, igual para un religioso, para una religiosa, ¿verdad? Lo que pasa es muchas veces esa posibilidad de rehacerse se liquida, y una de las cosas que los sacerdotes tienen más dificultad es eso: ¿qué hacer para enfrentar la realidad que sería el fallo de alguien para que retome su camino y se convierta? Cuesta manejar eso un poco hoy en día.
-Cuando un sacerdote falla, no debería ser excluido del cuerpo de la Iglesia.
La praxis más bien va en otra dirección, si lo hace público, y si además de eso, haya un disfrute adicional, no hay muchas posibilidades de que se le reconozca la posibilidad de convertirse.
-Bajo ese argumento, usted no aceptaría que ha sostenido encuentros homosexuales.
Si encuentro es la parte sexual, digamos, física, le voy a decir que no, pero ahora, el tema es si eso implica salir, estar en el departamento conversando, tomando algo, que un abrazo, obviamente es otra cosa. Incluso, por ejemplo lo que hablábamos, de decir cosas, de pronto uno dice 'ya no quiero más ese tipo de conversaciones'; uno dice, quiero estar en otra onda, cortar con cosas que de alguna forma lo afectan a uno o lo que fuera, y efectivamente se hacen esos cortes.
-¿Un abrazo, un beso, una caricia?
Un abrazo, un beso, bueno, esas cosas pueden ser.
Elconvertirse es un poco extremo, pero entonces, bajo ese argumento,usted no aceptaría que ha sostenido encuentros homosexuales.
Siencuentro es la parte sexual, digamos, física, le voy a decir queno, pero ahora, el tema es si eso implica salir, estar en eldepartamento conversando, tomando algo, que un abrazo, obviamente esotra cosa. Incluso, por ejemplo lo que hablábamos, de decir cosas,de pronto uno dice ‘ya no quiero más ese tipo de conversaciones’;uno dice ‘quiero estar en otra onda’, cortar con esas cosas que dealguna forma lo afectaban a uno negativamente o lo que fuera, yentonces, efectivamente se hacen esos cortes.