José Alfredo Sánchez Zumbado, presidente de la constructora MECO, aseguró este 13 de marzo que el presidente Rodrigo Chaves Robles “estuvo involucrado” en todo el proceso de contratación para reparar la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, Guanacaste.
Fue precisamente ese contrato la razón por la cual el mandatario destituyó un día antes, el 12 de marzo, al ingeniero civil Luis Amador Jiménez como jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes.
Según la justificación que dio Chaves, decidió separar a Amador del cargo porque hay indicios de que la licitación habría sido diseñada como un “traje a la medida” de MECO, que obtuvo el contrato pese a presentar la oferta más costosa: ¢21.800 millones.
El presidente de la constructora, sin embargo, dijo estar sorprendido por las manifestaciones del mandatario, pues asegura que Chaves siguió muy de cerca el proceso.
“El presidente estuvo involucrado personalmente en todo este proceso. Que ahora esto le parezca a él una barbaridad, deja muchas dudas y no tenemos ni la más remota idea a qué se debe, pero él conocía el proceso, estuvo involucrado, sabía que se había adjudicado, sabía de la firma y también de la orden de inicio”, aseveró Sánchez Zumbado en entrevista con La Nación.
El empresario señaló que fue tanta la participación de Rodrigo Chaves que incluso hizo algo que a su juicio fue “muy inusual”.
Sánchez se refirió a la emisión de un comunicado de prensa donde el gobierno hizo pública la petición planteada a las dos empresas precalificadas, MECO y Pedregal, para que bajaran sus ofertas.
Se trató del comunicado CP-381-2023 que Casa Presidencial envió el pasado 13 de diciembre. Ahí daba cuenta de que solo esas dos constructoras cumplieron con la totalidad de requisitos para el procedimiento de contratación por emergencia mediante Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop), bajo el número de contratación 2023PX-000239-0006500001.
“Cuidando cada centavo de los recursos públicos, vamos a solicitar a las empresas calificadas una mejora de precios a las ofertas que presentaron inicialmente, con el fin de bajarle el costo de la obra a los costarricenses”, se lee textualmente en la nota de prensa.
Al final, la oferta de Pedregal quedó en ¢20.900 millones y la de MECO por ¢21.800 millones.
“Lo que pasó ayer y su razón de fondo no lo conocemos. Es muy inusual que un presidente de la República intervenga directamente en una licitación, pida rebajas y luego aparezca en público como ayer (martes). El comunicado salió de Zapote y ahí está la prueba, nos pusieron a correr desde antes de Navidad. Él sabía y estuvo involucrado en todo, es para nosotros sorprendente y sorpresivo lo ocurrido ayer”, enfatizó.
Finalmente, el 12 de enero, el MOPT informó de que MECO había ganado la licitación al obtener mayor puntaje por experiencia.
A partir de ese momento, dijo Sánchez, hubo mucha presión. Las autoridades de Aviación Civil, narró, los apuraron para ejecutar en tiempo y forma las labores porque supuestamente el presidente tenía “mucha ilusión de ir a verlas”.
“Por el contrato, nuestro personal tiene que atender reuniones frecuentes con funcionarios involucrados y siempre el mensaje de estos era que había mucho interés del presidente y que deseaba ir a ver las obras; que estaba atento al asunto. Eso es lo que nos decía nuestra gente”, explicó.
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Aunque insistió en el involucramiento de Chaves, fue enfático en que nunca tuvo contacto alguno con él, tampoco con Luis Amador o con el director de Aviación Civil, Fernando Naranjo, también destituido en relación con el contrato.
Rechaza manifestaciones de Chaves
Sánchez Zumbado rechazó, además, las afirmaciones del presidente Chaves, según las cuales, el pliego de condiciones de la contratación 2023PX-000239-0006500001 fue a la medida de MECO.
De acuerdo con el empresario, el requisito de tener experiencia en obras dentro de pistas aéreas en áreas de al menos 20.000 metros cuadrados (m2) es una medida pequeña y fue a pedido de Pedregal, recalcó. “Todo está ahí en el Sicop, fue la competencia quien así lo solicitó”, declaró.
El empresario precisó que el aeropuerto Daniel Oduber cubre un área de unos 150.000 m² por lo que en su criterio el requisito resultaba pequeño, pues para una pista de ese tamaño, suele exigirse experiencia en áreas similares, no inferiores.
Insistió en que el requisito de experiencia era muy bajo y la constructora lo cumplía sobradamente. Además, señaló, la empresa competidora pidió que se permitiera la participación en consorcio, pero al final esa firma optó por no hacerlo.
“No tuvimos nada que ver en la redacción de los términos y, quien diga lo contrario, que lo diga con pruebas y no con insinuaciones, porque eso no se vale. Lo que pidió el cartel fue demasiado bajo; ni siquiera era cercano al área de trabajo a atender; se suavizaron radicalmente los requisitos”, expresó.