El ministro de Comunicación, Juan Carlos Mendoza, contrató como su segundo a bordo en Zapote al exdirector general del Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart), quien acababa de ser destituido del cargo luego de que los directivos de la empresa estatal le perdieron confianza.
Se trata de Pablo Cárdenas, quien funge como director de Comunicación de Casa Presidencial desde el 8 de mayo.
El Sinart despidió a Cárdenas con responsabilidad laboral 34 días antes de asumir el puesto en Zapote, pero la destitución no tuvo efecto sino hasta el 7 de mayo. Así lo acordó, por unanimidad, el Consejo Ejecutivo del Sistema Nacional, el pasado 5 de abril.
La discusión que dio pie al despido involucró la forma en que salió del Sinart el actual diputado del PAC, Enrique Sánchez, luego de ganar una curul en las elecciones del 4 de febrero.
El actual legislador era asesor de Cárdenas en la dirección general del Sinart. Durante la campaña, él gozó de un permiso para ausentarse de sus labores y debía regresar a trabajar el 12 de febrero, después de las elecciones.
Sin embargo, no lo hizo y los directivos recibieron información de que Pablo Cárdenas lo despidió con responsabilidad patronal, lo que pudo implicar un pago de prestaciones por parte del Sinart.
Una investigación preliminar del asesor legal, José Antonio Miranda, no encontró ninguna anomalía que ameritara la apertura de un procedimiento administrativo por este caso, por lo cual fue archivado.
Sin embargo, miembros del Consejo Ejecutivo coincidieron en que quedaban "dudas razonables" sobre lo acontecido.
El secretario general del Consejo, Eduardo Amador, quien representa a la Asociación Unidad de Rectores de las Universidades Privadas de Costa Rica (Unire), relató que Cárdenas primero les dijo que le había entregado una carta de despido a Sánchez, lo que según la ley hubiese implicado el pago de prestaciones.
Sin embargo, al final la misiva nunca apareció y el ahora diputado dice que no se la entregaron.
Pablo Cárdenas alegó que, por un error de su asistente, la carta no fue entregada. Así lo expuso el asesor legal Miranda, en sesión del Consejo del 5 de abril.
Posteriormente, el 22 de febrero, Enrique Sánchez presentó su renuncia retroactiva, luego de que Cárdenas le pidiera dimitir en una conversación telefónica.
Adalberto Fonseca, representante de la Federación de Colegios Profesionales Universitarios (Fecoprou), fue quien planteó el despido por perdida de confianza. Su propuesta fue secundada por otros miembros del Consejo que estuvieron presentes en la sesión N.° 9-2018.
"Lo digo con toda la vehemencia del caso y acentos necesarios, que debemos de prescindir por falta de confianza para el Consejo de la figura del director general con los derechos laborales tutelados en los códigos y la legislación laboral vigente que corresponda. Esa es mi propuesta", expresó Fonseca.
Ese planteamiento también lo formuló Maribelle Quirós, la representante del Consejo Nacional de Rectores (Conare): "Definitivamente, al ser un asunto ético, moral y al haber una duda razonable que no calza ahí, porque no hay un papel que lo pruebe, moralmente hay algo que no calza; para mí hay dudas razonables y por ser un puesto de confianza yo estaría de acuerdo con lo que propone don Adalberto".
'Mi despido no fue por perdida de confianza'
Pablo Cárdenas niega que el despido haya sido por pérdida de confianza. Asegura que así no se consignó en la carta de despido que se le entregó, aunque en la discusión previa al acuerdo del Consejo Ejecutivo sí aparece.
Asegura que solo fueron algunos miembros de ese órgano quienes expresaron algunas reservas sobre su gestión y que su salida responde exclusivamente al cambio de gobierno.
"No hubo un acuerdo por parte del Consejo fundamentado en razones que algunos miembros expresaron durante la sesión, es decir, el hecho de que algunos miembros hayan manifestado alguna duda, alguna reserva sobre actuaciones de mi parte, no significa que eso diera paso al acuerdo del Consejo; el acuerdo del Consejo habría tenido que consignarlo y no lo hizo.
"El único motivo que se manifiesta en la carta que a mí me entregan es la finalización de la actual administración (de Luis Guillermo Solís), que se quería dejar a la nueva administración abierto el espacio para la decisión del nombramiento en la Dirección General.
"Si el Consejo hubiera tomado como base algunos de los motivos que sus miembros plantearon habría tenido que abrir una investigación o un procedimiento al respecto y, como mínimo, hubiera tenido que escuchar mi versión de los hechos, que no me escuchó", expresó Cárdenas.
Aseguró, además, que en la sesión siguiente del Consejo Ejecutivo, él se pronunció sobre cada uno de esos aspectos y que todos son "absolutamente falsos" y "delicados", amén de que no tienen sustento probatorio.
"Se habla por ejemplo, que hay una situación de hostigamiento contra trabajadores, no existe en cuatro años que yo estuve ahí, una sola denuncia ni ante el Consejo Ejecutivo, ni ante el Ministerio de Trabajo, ni ante la Junta de Relaciones Laborales, por razones de hostigamiento, por razones de maltrato, ni nada parecido. Ni una sola denuncia".
"Entonces, uno se pregunta, ¿cómo sería que el Consejo podría seriamente tomar una decisión sobre razones que nunca fueron llevadas a procesos debidamente ventilados en las instancias que correspondía y por casos en los cuales, en toda el acta, no aparece ni un solo caso y ni un solo nombre?", enfatizó el nuevo director de Comunicación de Casa Presidencial.
Discusión en acta
En el acta de la sesión de ese día –de la cual La Nación tiene copia–, consta la discusión que hubo en torno a esa decisión y se mencionan, al menos, tres de las razones por las cuales se concluyó que hubo pérdida de confianza y era necesaria su salida.
Sobre el caso del diputado Sánchez, el director Eduardo Amador expresó: "Él (Cárdenas) indica 'le entregué la carta de despido' y resulta que después no la entregó, así está en el acta, él no la entregó; luego viene un arrepentimiento, se discute el tema con profundidad, se le hace ver el daño que estaría provocando y, a la semana siguiente, se le comunica a este Consejo, casualidades de la vida, que la carta de despido no se había entregado".
Quirós, del Conare, agregó en esa sesión: "Para mí hay dudas razonables, es una situación muy completa, el señor sabía que estaba despedido. Después negocian entre ellos, ellos negocian, no se puede decir, pero negocian, él renuncia para evitar el escándalo".
En esa sesión del Consejo Ejecutivo, también se mencionó que Pablo Cárdenas habría promovido a lo interno de ese órgano, modificaciones para cambiar la modalidad en que se nombran personas en los puestos de confianza, para transformarlas en plazas permanentes de la planilla y que habían quejas sobre la forma en que trataba al personal, pues había "favorecimiento" para algunos de sus amigos.
El presidente del Sinart, Mario Alfaro, fue una de las personas que habló sobre el ambiente que se vivía a lo interno de la institución, dijo que Cárdenas había promovido cambios positivos, pero que también incidió en esa tensión a lo interno.
Alfaro insistió en que el puesto de director ejecutivo del Sinart es un puesto de confianza y si se carece de ella, el Consejo tiene la potestad para quitarlo.
"En lo personal, me doy por satisfecho con el informe del asesor legal, aunque personalmente también tengo dudas razonables alrededor de lo que ocurrió, pero tengo claro que hay una investigación seria de por medio y yo, en lo personal, acogería la recomendación que hace el asesor legal.
"Otra cosa muy distinta es la naturaleza del puesto que ocupa Pablo Cárdenas, que es de confianza y de resorte exclusivo –nombramiento y remoción–, de este Consejo Ejecutivo y el ambiente generalizado que ha quedado planteado sobre la mesa", declaró Mario Alfaro.