El ministro de Hacienda, Rodrigo Chaves, lanzó una propuesta para que el impuesto sobre el valor agregado (IVA) se cobre sobre los servicios turísticos a partir del 1.° de julio, pero generando una mayor ganancia bruta para las empresas del sector.
El planteamiento es una alternativa al proyecto de ley del diputado liberacionista Roberto Thompson, el cual eximiría al sector turístico del pago del IVA por un año más, en el marco de la crisis del coronavirus.
Según una carta enviada por el ministro Chaves a este legislador, el efecto de esa iniciativa de ley sería contraproducente, pues más bien reduciría el margen de ganancia bruta de las empresas turísticas.
La ley actual establece que el IVA se empezará a cobrar sobre estos servicios a partir de este 1.° de julio en forma escalonada: un 4% el primer año, un 8% el segundo y un 13% a partir del tercero.
Para el titular de Hacienda, el problema tanto en el escenario actual como en el propuesto por Thompson, es que los empresarios no podrían trasladarles a los consumidores la totalidad del IVA que ellos pagan por los bienes y servicios que compran para desarrollar su negocio.
“Si el consumidor de servicios de turismo paga un IVA del 4%, la empresa tiene dos opciones: transferir al consumidor final la diferencia del 9% vía precio o asumir la diferencia. Cualquiera de esas dos opciones reduce las utilidades de la empresa”, escribió Chaves en la carta al diputado.
A su vez, en el escenario propuesto por Thompson, de eximir del IVA los servicios turísticos por un año más, el empresario tendría que tomar la misma decisión, pero con la totalidad del 13% que pagó por sus insumos, de acuerdo con el jerarca de Hacienda.
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Rodrigo Chaves puso los siguientes ejemplos. Una empresa le cobra a un cliente ¢100.000 por un servicio turístico que requirió insumos por ¢30.000, lo que le demandó ¢3.900 adicionales por el 13% del IVA. Entonces, los bienes y servicios le costaron ¢33.900 en total.
Si la empresa turística no cobra el IVA a sus clientes, como propone Thomson, el margen de ganancia bruta es de ¢66.100, a lo que habrá que descontarle otros costos que no pagan impuesto sobre el valor agregado, como la planilla.
Si esa misma compañía cobra un 4% del IVA a sus clientes a partir del 1.° de julio, como lo prevé la ley actual, entonces el servicio costará ¢104.000. Y, a la hora de entregarle a Hacienda los ¢4.000 del IVA, la empresa podrá aplicar un crédito fiscal del 4% por el IVA que pagó en sus insumos.
Es decir, de los ¢3.900 de impuesto del 13% que había pagado por ¢30.000 en bienes y servicios, podrá descontar ¢1.200 equivalentes al 4%, lo que le exigirá entregar a Hacienda ¢2.800. Así, su ganancia bruta será de ¢67.300.
El ministro Rodrigo Chaves les propone a los diputados una tercera opción: mantener la entrada en vigor del IVA para los servicios turísticos, pero otorgarles excepcionalmente a las empresas del sector un crédito fiscal pleno del 13%.
De esta forma, el empresario cobra ¢104.000 por el mismo servicio turístico, de los cuales ¢4.000 corresponderían al 4% de IVA con la ventaja de que, de esos ¢4.000 que debe pasar a Hacienda, la compañía podrá restar los ¢3.900 del 13% de impuesto que pagó por las compras previas, para una diferencia de ¢100.
Así, la ganancia bruta subiría a ¢70.000.
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Priscilla Piedra, socia de impuestos de Deloitte, explicó que “el crédito fiscal son los montos de IVA pagados por la empresa y que puede descontar de los IVA cobrados (débito). La diferencia entre el débito y el crédito es lo que la empresa paga a Hacienda”.
Roberto Thompson afirmó que la propuesta de Hacienda podría complementar, en una segunda etapa, el proyecto original.
“Sigo pensando que el sector requiere evitar todo aumento en los costos de los servicios con el propósito de arrancar de nuevo en mejores condiciones competitivas. Sin embargo, estoy en un proceso de consultas con sus representantes (de Hacienda) para valorarla y construir la mejor opción de apoyo a la brevedad posible”, declaró el diputado.
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) no se ha pronunciado sobre la reciente iniciativa. Sin embargo, previamente ha defendido la exoneración para evitar que precios más altos desincentiven el regreso de turistas que reprogramaron sus viajes por la pandemia.