Luis Amador, ministro de Obras Públicas y Transportes, afirmó este sábado que la tragedia ocurrida en Cambronero, en la que se contabilizan nueve muertos por la caída de un bus y una motocicleta a un precipicio a causa de un derrumbe, no es culpa del Gobierno.
A su vez, Amador declaró que, luego de que el viernes ocurrió un nuevo deslizamiento en este tramo de la ruta 1, entre San Ramón y Esparza, él solicitó que la limpieza terminara lo antes posible para reabrir la ruta este sábado. Así lo dijo en un video enviado a los medios.
“Desde el 14 de septiembre, experimentamos fuertes lluvias en todo el territorio nacional. Desde ese día, enviamos a señalizar todos los puntos donde pudieran ocurrir accidentes producto de los deslizamientos y los hundimientos en las carreteras. Mandamos a monitorear constantemente para obtener información de primera mano; solicitamos a la Policía de Tránsito que se movilizará y a Obras Públicas que estuviera atento y que su labor fuera expedita.
“El día de ayer (el viernes), ocurrió desde un deslizamiento en Cambronero en otro sitio diferente. Ese deslizamiento hoy en la mañana (sábado) no había terminado de limpiarse. Solicité que, por favor, terminaran lo antes posible sabiendo que la ruta 1 es la única ruta alterna que existe a la ruta 27, sabiendo también que le habíamos pedido al concesionario de la ruta 27, Globalvia, que por favor liberalizara los peajes para poder mejorar la fluidez y no habían accedido hacerlo.
“A la 1:30 de la tarde, se habilitó la ruta 1. Sin embargo a las 4:30 p. m. ocurrió el accidente que todos lamentamos tan profundamente.
“Este tipo de situaciones son imprevisibles no son la culpa del Gobierno, no son la culpa de la empresa autobusera. Es una situación que no podemos predecir”, argumentó.
El accidente se produjo en el sector de Los Chorros, a 10 kilómetros de San Ramón. Hasta el momento, la Cruz Roja confirma nueve fallecidos y 55 heridos, de ellos se reporta un paciente en estado crítico, cinco categorizados como urgentes y 19 estables.
El autobús y la motocicleta fueron empujados al guindo por un derrumbe de tierra y árboles que cayó desde un paredón sobre la vía; los carros, a su vez, golpearon al autobús, el cual procedía de San José hacia Guanacaste, y este también fue lanzado al precipicio.