Apenas se abrió la sesión del Consejo de Gobierno del 29 de setiembre del año pasado, la polémica se hizo presente entre los ministros que asistieron.
El jerarca de Ambiente y Energía (Minae), Édgar Gutiérrez, evidenció su molestia por la decisión de las autoridades de Casa Presidencial de permitir, un día antes, el 28 de setiembre, el uso del auditorio para que se obsequiaran biblias al personal que allí labora.
Las biblias las aportó el diputado evangélico Fabricio Alvarado, del Partido Restauración Nacional (PRN), por la conmemoración del Día Nacional de la Biblia (una ley del año 2000 detalla que se celebrará el primer sábado del mes de setiembre).
La protesta de Gutiérrez consumió el arranque de la sesión y se mantuvo pese a que el ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, le aclaró que la iniciativa había sido aprobada por él y por el presidente Luis Guillermo Solís, quien no presidió la sesión del Consejo de Gobierno de ese día por estar fuera del país.
El reclamo consta en el acta de esa sesión del gabinete.
Explicaciones. Este lunes, el ministro Gutiérrez comentó que levantó la voz porque considera que la Presidencia, al representar a todo el país, no debe prestarse para promover un credo religioso específico, en este caso, el cristianismo.
“Yo no quisiera que la Casa Presidencial se convierta en una distribuidora de fe. Mi protesta fue para buscar ese equilibrio en cuanto al respeto que se les debe tener a todos”, fundamentó.
Gutiérrez explicó que él y un grupo de ministros consideran necesario que el Estado no favorezca ninguna religión.
“Se debe mantener el precepto de un Estado laico en el sentido de que la Casa Presidencial es de todos”, afirmó.
El Poder Ejecutivo ha impulsado, aunque sin mucha prioridad, el proyecto de ley para declarar como laico el Estado costarricense, condición que el papa Francisco ha dicho que es deseable en todas las naciones.
En tanto, el viceministro de la Presidencia, Luis Paulino Mora, dijo que el obsequio de biblias se autorizó después de que el diputado Alvarado le solicitó permiso para distribuir gratuitamente varias copias del libro sagrado del cristianismo.
“Yo pedí autorización y la obtuve del presidente, vicepresidentes, ministros y viceministros. Sobre la protesta de don Édgar, no la conozco en profundidad pero la respeto”, señaló Mora.
Agregó que a los organizadores de la actividad no se les permitió interrumpir la jornada laboral de los empleados de la Presidencia y se les pidió limitarse al uso del auditorio.
Intolerancia. Por su parte, el diputado Alvarado afirmó que la ley que creó el Día Nacional de la Biblia ampara la actividad que criticó el ministro de Ambiente.
Apuntó que su motivación no fue crear ninguna polémica y que no obligó a ninguno de los funcionarios de Casa Presidencial a recibir el libro.
Por eso, acusó a un sector del Gobierno de practicar la intolerancia religiosa.
“Al ministro Gutiérrez le digo que tratemos de no perder tiempo en cosas que, si bien pueden ser importantes, para efectos de lo que el país necesita, lo que provocan es perder tiempo”, dijo.
El legislador dijo que en el 2014, primer año del actual periodo constitucional, también obsequió biblias, pero en la Asamblea Legislativa, y sin que se desatara polémica alguna.
“Reclamar por reclamar, por intolerancia, es hacernos un daño a todos en momentos en que el país necesita otro tipo de discusiones y de debates”, manifestó Alvarado.
Adelantó que este año se prepara para regalar biblias, esta vez en el Poder Judicial.