La comunidad islámica costarricense prestó colaboración al Gobierno para atender a los más de 650 migrantes africanos que intentan cruzar el país de forma irregular desde Paso Canoas, frontera con Panamá.
Entre los elementos por cuidar, se cuenta el trato con las mujeres, la alimentación y los espacios para los momentos de oración de los musulmanes.
“Antes de hablar con ellos (los africanos), hablé con el personal que va a tratar con ellos. Hay costumbres culturales y religiosas que es necesario tomar en cuenta a la hora de tratarlos”, dijo a La Nación el médico y líder islámico Abdulfatah Sasa, un egipcio con más de 40 años de residir en Costa Rica, profesor de islam y miembro de la comunidad islámica del país.
Sasa viajó a Paso Canoas el martes, junto con la enfermera Thais Solano; allí se reunió con autoridades y migrantes que siguen en la línea de la frontera con Panamá.
De esta forma, la comunidad musulmana, que está integrada por unas 1.500 personas en el país, se suma a la ayuda que otras organizaciones, religiosas o no, han prestado a los migrantes.
El fin de la visita fue apoyar a las autoridades y darles asesoramiento sobre el trato hacia esta población, en vista de las diferencias respecto de la cultura tica.
“El marido defiende a su mujer y el solo hecho de que un hombre, sea policía o funcionario, hable con ella, lo puede enfadar. Es preferible que el personal nuestro femenino sea el encargado de tratar con las mujeres”, sostuvo Sasa.
“Estos migrantes tienen que respetar las leyes de Costa Rica antes de pedir ayuda al país. Mi misión fue conversar con los migrantes de esto, y hablar con los funcionarios. Hemos hablado con el ministro de Comunicación, la viceministra de Salud y el ministro Gustavo Mata”, dijo.
El especialista asesoró a las autoridades de Migración, y a personal de Fuerza Pública, Cruz Roja, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), para que les den un trato digno.
Diferencias que cuentan. El presidente Solís dijo el martes que hay consideraciones especiales en el trato con esta población, en las que Sasa podía dar su aporte.
En este sentido, Sasa explicó que aunque los musulmanes son una minoría dentro del grupo de migrantes que están en Paso Canoas, las barreras culturales son coincidentes, en la mayoría, respecto de los costarricenses.
De esta forma, un trato adecuado hacia las mujeres, ha permitido una mejor comprensión, por parte de los migrantes, de que deben apegarse al marco jurídico costarricense.
Otro elemento que hay que tomar en cuenta son los tiempos de oración, que, en el caso de los musulmanes, incluyen cinco momentos específicos del día.
El primero es antes de la salida del Sol; el segundo, desde antes del mediodía hasta las 2:45 p. m.; luego, de las 2:45 p. m. hasta la caída del Sol; el cuarto rezo lo hacen entre 5:30 p. m. y 7 p. m. y el último, de las 7 p. m. hasta el fin del día.
El líder islámico aclaró que estos tiempos de oración no duran más de cinco minutos, pero agregó que antes de cada oración, hacen todo un ritual de limpieza que se debe conocer para evitar confusiones con las autoridades.
El ministro de Comunicación, Mauricio Herrera, afirmó que el apoyo de los musulmanes ha permitido una mejor coordinación con los migrantes. Se prevé que estos serán llevados a centros de detención a partir de mañana.