Con una mirada más optimista hacia Venezuela y más desalentadora hacia Nicaragua, el director de las Américas de la Unión Europea, Bryan Glynn, hizo un repaso por los desafíos políticos de la región, en una jornada de reuniones bilaterales, incluido Costa Rica, esta semana.
Su visita a la región coincide con crisis políticas en Perú, una ola de migrantes venezolanos recorriendo Centroamérica y una Nicaragua “cada vez más aislada” por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Lo peor de lo que está pasando en Nicaragua es que da malas ideas a otros países y no son ideas que deberían ser seguidas”, señaló el diplomático.
A finales de setiembre pasado, el régimen orteguista expulsó a la representante de la Unión Europea, Bettina Muscheidt, no sin antes declararla “no grata” por supuesta injerencia en la soberanía nacional. Con el mismo gesto respondió la asociación de países europeos.
“Son actos de gobiernos que carecen de ideas”, indicó el representante de la Unión Europea, quien confía en las presiones diplomáticas, como las sanciones por parte de los europeos hacia los miembros del régimen, particularmente de tránsito.
Sin embargo, Glynn no manifiesta una preocupación especial por los demás países de la región, aunque insiste en que hay señales preocupantes para la democracia en todo el mundo.
En Costa Rica, en tanto, es visto por la Unión Europea como el “aliado más fiel” en democracia, en derechos humanos y multilateralismo, según Glynn.
De hecho, resaltó que América Latina ha sido su mayor aliada en el rechazo a las agresiones de Rusia hacia Ucrania. Costa Rica se ha pronunciado en contra de este conflicto.
A diferencia de Nicaragua, donde percibe un panorama “desalentador”, Glynn se inclina por una salida política en Venezuela, por las conversaciones entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro, no reconocido por los miembros de la comunidad. “A lo mejor estamos al borde de buenas noticias”, indicó.
Una salida a la situación política que termine en elecciones libres en Venezuela resolvería otro de los mayores desafíos de la región que es el flujo de migrantes de ese país que realiza una travesía para llegar a Estados Unidos en búsqueda de oportunidades.
Migración: ‘Nadie debería utilizar el tapón de Darién’
La Unión Europea tiene un especial interés por cooperar con la atención de migrantes venezolanos en la región, una situación que lamenta Glynn, quien asegura que “nadie nunca debería utilizar el tapón de Darién”, la selva entre Colombia y Panamá, que atraviesan los venezolanos en su travesía migratoria.
Desde el 2018, la cooperación para los migrantes venezolanos supera los 460 millones de euros, de los cuales 14 millones de euros han sido para Costa Rica, que atiende a miles de migrantes en tránsito, una situación que tiene alarmadas a las autoridades políticas costarricenses.
“Venezuela es una de las fuentes de esos flujos migratorios, una solución a la crisis política puede ayudar a detener ese flujo”, dijo.
Recordó que las crisis políticas en el mundo están generando el mismo efecto y, en el caso europeo, la guerra en Ucrania que provoca desplazamiento en esos países.
El próximo año, la Unión Europea planea una cumbre birregional para abordar estos y otros desafíos que atañen a ambas comunidades.