El gobierno de Daniel Ortega envió al embajador en Costa Rica, Duilio Hernández, como su representante a la cumbre de presidentes centroamericanos con el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez.
Hernández, quien lleva tres años en el cargo, fue el funcionario nicaragüense de más alto nivel que asistió de forma presencial a la sesión extraordinaria del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) con España.
Al diplomático se le vio este jueves en la mesa, a la par de la canciller de Panamá. Por un momento se levantó de su silla para atender una llamada por teléfono, según observó La Nación.
De forma oficial, el máximo representante de Nicaragua que se registró fue Orlando Solórzano, ministro de Fomento, Industria y Comercio de Nicaragua, pero este participó de forma virtual.
A este tipo de actividades Daniel Ortega no suele asistir y, en algunas ocasiones, envía en su lugar al canciller Denis Moncada.
Pero a la cumbre realizada en San José tampoco asistió Moncada, general de brigada retirado del Ejército de Nicaragua y otrora encargado de un órgano responsable de juzgar los delitos de los militares.
Ausencia notoria
La ausencia del canciller Moncada en la cumbre realizada este jueves en el hotel Real Intercontinental, en Escazú, fue notoria en vista del sensible momento que atraviesa Nicaragua.
El país vecino vive una nueva ola de convulsión política, debido a la decisión del gobierno de Managua de arrestar a cuatro posibles adversarios de Ortega en las próximas elecciones presidenciales.
La medida ha desatado una fuerte condena internacional. Estados Unidos anunció, este miércoles, sanciones económicas contra cuatro funcionarios del régimen sandinista, entre estos una hija de Ortega, Camila.
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, pidió suspender la participación de Nicaragua en ese foro regional.
La cita en San José sirvió para fortalecer el diálogo político, la integración económica y la cooperación, con particular énfasis en los efectos causados por la covid-19 y la posterior recuperación de los países.
Como presidentes o jefes de Gobierno asistieron Sánchez, de España; Carlos Alvarado, de Costa Rica; Juan Orlando Hernández, de Honduras; Alejandro Giammattei, de Guatemala; y John Briceño, primer ministro de Belice.
Igual asistió Félix Ulloa Garay, vicepresidente de El Salvador; y los cancilleres de Panamá y República Dominicana, Erika Mouynes y Roberto Álvarez Gil.
Moncada sí asistió a la reunión de cancilleres centroamericanos desarrollada también en San José, la semana anterior, con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.
En esa oportunidad, de acuerdo con una publicación de El 19 Digital, un órgano de comunicación oficial del Gobierno de Nicaragua, Moncada pidió frenar toda medida coercitiva unilateral.
También abogó por sustituir dichas acciones por relaciones respetuosas y de cooperación solidaria con los países, incluidos Cuba y Venezuela.
A nivel bilateral, de acuerdo con la misma publicación, Moncada le transmitió a Blinken la posición del gobierno de Ortega “de mantener una relación amistosa, de respeto y de igualdad soberana entre los Estados, con todos los Países del mundo, incluyendo Estados Unidos”.
En una entrevista con La Nación, durante la visita de dos días a Costa Rica, Blinken acusó al gobierno del líder sandinista de moverse “en la dirección opuesta”.
“En la Organización de Estados Americanos (OEA), se llamó a Nicaragua a tomar los pasos necesarios para tener elecciones libres y justas, y en vez de hacer eso, en vez de cumplir con sus responsabilidades, incluidas las responsabilidades con las que se comprometieron al firmar la Carta Americana hace 20 años, se está moviendo en la dirección equivocada”, criticó el secretario de Estado.
Poco antes de esas declaraciones, el gobierno sandinista detuvo a la precandidata presidencial Cristiana Chamorro, por una investigación por el manejo de fondos de cooperación internacional.
Giammattei golpea la mesa
Quien disparó fuertes declaraciones este jueves sobre la situación de Nicaragua fue el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei.
Al término de la cumbre, Giammattei y su homólogo de Costa Rica, Carlos Alvarado, se refirieron a la crisis en ese país. El primero de ellos se limitó a recordar que su postura la había dado un día antes.
Por su parte, el mandatario guatemalteco pidió esperar la convocatoria del Consejo Permanente de la OEA solicitada por el secretario Almagro, para evaluar la expulsión de Nicaragua del organismo.
“Primero ver si se alcanzan los 24 votos para suspender a Nicaragua. Si no hay el número mágico de 24 no se le podría aplicar la expulsión”, explicó.
Sin embargo, el presidente guatemalteco consideró que expulsando a Nicaragua de ese foro “no se van a resolver los problemas” de ese país.
“Hay que hacer un llamado al gobierno actual (de Ortega) a que permita la participación libre y soberana del pueblo nicaragüense, desde aspirar a un puesto (de elección popular) hasta la hora de ir a votar.
“Los cancilleres van a trabajar fuertemente en esto y asegurarnos que la observación internacional, luego de la liberación de los que han sido detenidos, pueda traducirse en la participación (en las elecciones) en noviembre.
“Que se lleve a cabo de todas las normas mínimas de un proceso democrático real”, instó Giammattei.
Para el mandatario de Guatemala, las acciones de Ortega no solo socavan la constitucionalidad nicaragüense.
Consideró que afectan también a la región, principalmente a sus vecinos, Costa Rica y Honduras, por la eventual llegada de cientos de miles de migrantes que estos países no podrían asimilar.
“La recomendación al Gobierno de Nicaragua es que cese la persecución y libere a las personas que han sido detenidas por delitos que realmente pareciera que no tienen sustento”, finalizó Giammattei.
El pasado miércoles, Carlos Alvarado calificó de “lamentable, repudiable” y “terrible” la persecusión de Ortega contra opositores, e instó a la comunidad internacional a realizar acciones coordinadas en el seno de la OEA.