El indígena costarricense Byron Reyes Ortiz es investigado en Nicaragua por supuesta tenencia ilegal de explosivos, según confirmó este domingo Javier Sancho, embajador de Costa Rica en Managua.
Reyes, de 31 años y perteneciente a la etina térraba, fue detenido el pasado sábado junto a otros 12 ambientalistas de diversas nacionalidades.
Así lo confirmó la Policía Nacional de Nicaragua, mediante un comunicado que fue reproducido íntegro por El 19 Digital, un portal de noticias ligado al oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
El documento señala que el sábado, Reyes estaba en la casa de habitación de Francisca Ramírez Torres, del Movimiento Anti Canal, en Colonia La Fonseca, municipio de Nueva Guinea, junto con ciudadanos nicaragüenses y otras nacionalidades “manipulando sustancias explosivas y se produjo una explosión, resultando lesionado Alexander Marenco de 25 años”.
El informe apunta que la Policía Nacional se hizo presente al lugar con un equipo de investigadores, acompañados de la Dirección General de Bomberos del Ministerio de Gobernación, comprobando que los ahora detenidos “realizaban manipulación de sustancias explosivas sin ninguna autorización policial, poniendo en peligro la vida y la integridad física de las personas y la comunidad”.
El embajador Sancho precisó, la tarde del domingo, que Reyes Ortiz y los otros detenidos fueron llevados a la cárcel El Chipote, en Managua.
Horas antes, había manifestado que mantiene estrecho contacto con autoridades diplomáticas nicaragüenses y que solicitó información por escrito sobre el estado del costarricense.
Reyes llegó a Nicaragua a mediados de este mes como parte de la denominada “Caravana Mesoamericana para el Buen Vivir”, dedicada a impartir talleres sobre tecnologías accesibles y amigables con el ambiente.
El indígena térraba realizaba la gira junto a otros cinco extranjeros detenidos por la Policía nicaragüense, identificados como Daniel Espinoza Jiménez (español), Emmanuel de la Luz Ruiz, Salvador Péres y Eugenio Pacelly Chávez Macedo (mexicanos), además de Ana Laura Rodríguez (argentina).
A ellos se suma la detención de otros siete ciudadanos nicaragüenses, entre quienes resalta la líder activista en contra de la construcción del canal interoceánico en Nicaragua, Francisca Ramírez Torres.
La detención provocó la reacción de los movimientos ambientalistas quienes demandan la liberación de sus colegas, como la organización indígena costarricense Ditsö.
“Esta detención es a todas luces arbitraria, en esas condiciones la vida de los detenidos corre peligro”, señala la organización en una nota enviada a la Embajada de Costa Rica en Managua.
El movimiento contrario al canal de Nicaragua, denominado Consejo Nacional de Defensa de Nuestra Tierra, Lago y Soberanía, emitió un comunicado en el que acusa a la Policía de acosar a los ambientalistas y utilizar un accidente para arrestarlos.
Argumentan que la supuesta explosión de la que fue víctima Marenco (una de las personas reunidas con Reyes), se dio cuando trataba de utilizar un barril con restos de gasolina para fabricar un horno para ahorrar leña, como parte del curso de “tecnologías alternativas”.
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