La ausencia de límites marítimos entre Costa Rica y Nicaragua pareciera encajar en los intereses expansionistas del gobierno de Daniel Ortega sobre sus vecinos.
Managua saca provecho de esa situación, ahora, para promover concesiones de exploración y explotación petrolera en ambas costas, con la amenaza de usurpar bloques de mar costarricenses, según denunció la Cancillería el lunes 22 de julio.
El problema con los límites marítimos es que si uno de los Estados no quiere definirlos en conjunto, las otras partes no pueden hacer nada al respecto.
Sergio Ugalde, abogado de la Cancillería, recordó que ya en 2002 el Gobierno de Nicaragua publicó los mapas con su propuesta de explotación petrolera.
En aquel momento, Costa Rica reaccionó y pidió encuentros bilaterales para definir las fronteras en el mar.
Sin embargo, no pasó más allá de la quinta reunión pues, en el 2005, Daniel Ortega dio la espalda, luego de que se presentó el reclamo costarricense ante la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, Holanda, por la navegación sobre el río San Juan, litigio que se resolvió en julio de 2009.
El llamado Folder Promocional de Petróleo de Nicaragua de 2012 es la más reciente señal de la pretensión por apropiarse de territorio ajeno por la vía de la confusión, y gracias a una resolución de noviembre de la misma Corte Internacional.
Dicho fallo, que resolvió un conflicto entre Managua y Bogotá, afectó la posesión marítima colombiana en el Caribe, y extendió las posibilidades nicaragüenses de explotación petrolera.
Predecible. De acuerdo con el canciller costarricense, Enrique Castillo, era predecible que Nicaragua se aprovechara de esa resolución contra Colombia.
“Sabíamos que podría existir la tentación de que Nicaragua quisiera acaparar territorio marítimo y tierra firme. Por eso estamos construyendo la ruta 1856 (vía paralela al borde fronterizo)”, dijo Castillo.
Las evidencias del expansionismo nicaragüense son, a su juicio, las disputas por territorio contra Colombia, Honduras, El Salvador y, desde octubre de 2010, también contra Costa Rica.
En criterio d el oceanógrafo Guillermo Quirós, cada uno de los pasos de Nicaragua sobre territorio vecino es parte de la estrategia por “beneficio financiero”.
“Están valiéndose de que Costa Rica y Nicaragua no han fijado los límites”, dijo el experto.
Eso sí, enfatizó que la opinión pública olvida que no se trata solo de pretensiones en el Caribe, sino que también peligran los bordes pacíficos.
Para Quirós, la línea que traza Nicaragua en aguas occidentales parte en dos el domo térmico en aguas costarricenses. Se trata de una especie de formación geológica rica en recursos como el atún aleta amarilla, en el caso tico y, por debajo de él, se encuentran hidrantes de metano y petróleo.
El oceanógrafo aseguró que la línea que traza Nicaragua hace perder a nuestro país cerca de un 40% de esas riquezas marinas.
Para él, lo mismo ocurre con isla Calero, en Pococí de Limón.
Ahí, dijo, el reclamo nica no va sobre el petróleo por debajo del terreno, sino por la línea que puede dibujar a partir del punto donde termina el territorio y empieza el mar, en línea perpendicular de 90 grados.
Hasta ahora, Costa Rica pareciera ser el vecino más afectado por las pretensiones de expansión, que además no han sido estrategia solo de la actual administración nicaragüense, según Enrique Castillo.
Nicaragua también ha tenido conflictos territoriales con Costa Rica en repetidas ocasiones en las últimas cuatro décadas y media.
Defensa. Cada nueva oleada de invasiones temporales activa los mecanismos de defensa ticos.
Los ministros de seguridad, por tanto, ya se acostumbraron a los operativos para defender población civil e incluso para enfrentar conflictos como el de 1985, cuando un ataque del Ejército Popular Sandinista terminó con la muerte de dos guardias civiles.
En el caso de Mario Zamora, jerarca de Seguridad de Laura Chinchilla, ya está en alerta, pero niega que haya tomado previsiones luego de la protesta enviada por Costa Rica la semana pasada.
“Sabemos que esto (proyecto de concesiones petroleras) será presentado a La Haya. Por ahora, lo que se da es un licenciamiento para explotación, pero no ingreso posicionado de la fuerza naval nicaragüense sobre esas zonas”, dijo.
Zamora insistió en que, por el momento, la vigilancia es normal.
No obstante, hay nuevos equipos para patrullar la zona y, más que centinelas, apuestan por el recorrido en los límites, entre otras rutas, por la trocha fronteriza.
Por ahora, la Cancillería permanece a la espera de alguna respuesta del gobierno de Ortega a la nota de “enérgica protesta” que le hizo llegar la semana pasada.