Nogui Acosta, ministro de Hacienda, afirmó que el Gobierno no buscará un aumento en los ingresos públicos con la introducción de la renta global, esquema tributario que planteará a la Asamblea Legislativa a finales de diciembre o principios de enero.
La renta global consiste en cobrar el impuesto de renta sobre la totalidad de los ingresos de las personas, en lugar de hacerlo por separado, como ocurre hoy. Por ejemplo, un profesional que hoy tiene un empleo y a la vez ejerce de manera independiente tendría que sumar los ingresos de ambas actividades para calcular su impuesto.
Al cobrarse por separado, como se hace actualmente, el tributo es menor.
La administración anterior presentó un proyecto de ley que aumentaría la recaudación fiscal en 0,43% del producto interno bruto (PIB). Ese plan bajaba el impuesto a los trabajadores independientes, que hoy tributan a partir de los ¢319.000 mensuales.
Sin embargo, para beneficiar a los independientes, se aumentaba el impuesto a los asalariados, a fin de equiparar el impuesto entre los dos tipos de trabajadores.
El ministro de Hacienda dijo que el Ejecutivo tratará de que los salarios inferiores a ¢863.000 mensuales queden exentos del impuesto, como ocurre hoy. Solo los ingresos superiores a ese monto pagan el tributo.
Sin embargo, Acosta no aclaró qué pasará con los independientes, si seguirán pagando como hoy o se equipararía la tasa con los asalariados.
“Lo que quisiéramos es que las personas que hoy no pagan impuestos continúen igual o que el efecto (del cambio) sea mínimo, pero nuestro interés es no perjudicar a la gente que hoy recibe un ingreso superior a los ¢863.000. Ese es el interés”, comentó el ministro.
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Agregó que Hacienda se encuentra realizando los cálculos sobre el nuevo esquema, “para que tampoco sea perjudicial para las arcas del Estado”.
“En ese sentido, lo que queremos hacer es un proyecto de ley que sea neutro en el efecto recaudatorio”, adelantó el ministro, sin ampliar detalles.
El anterior plan de renta global equiparaba en ¢683.000 mensuales (8,2 millones anuales) el monto a partir del cual independientes y asalariados tendrían que tributar.
Una de las críticas que recibió el proyecto fue la disminución de la base exenta para los asalariados, que los hacía tributar más.
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Elian Villegas, exministro de Hacienda, explicó en su oportunidad que se buscaba un equilibrio que garantiza la progresividad del impuesto. “Esto nos permite poder generar ese espacio donde la globalización sea beneficiosa para ambos”, dijo en agosto del 2021, en el Congreso.
Esa iniciativa fue sepultada a finales del mes de setiembre por la actual comisión de Hacendarios. Paulina Ramírez, presidenta de este órgano legislativo aseguró que el expediente rechazado tenía debilidades técnicas y jurídicas. Aseguró que no globalizaba el cobro del impuesto y solo afectaba a personas físicas, no a personas jurídicas (empresas).
“Por otro lado, consideramos que implicaba nuevos impuestos porque bajaba el mínimo exento a los asalariados, es decir, hacía pagar más impuestos a los asalariados”, dijo Ramírez, diputada liberacionista.