El diputado Otto Guevara perdió una finca de su propiedad, en Puntarenas, por una deuda que el Movimiento Libertario tenía con el banco BCT.
Guevara hipotecó el terreno en noviembre del 2010, en favor del partido, para que la agrupación consiguiera un financiamiento de cara a las elecciones municipales de ese año y cancelara otros dos préstamos adquiridos para la campaña presidencial de ese mismo 2010.
Cinco años después, a finales del año pasado, el legislador debió entregar su terreno de 7.000 metros cuadrados al BCT, luego de que el Libertario incumpliera el pago del crédito de ¢357 millones, el cual se había comprometido a cancelar en su totalidad a finales del 2011.
En noviembre pasado, el partido todavía le debía al BCT ¢124 millones y fue por ese monto que el legislador perdió la finca en Chacarita, la cual estaba valorada en una suma similar.
Ahora, Guevara le cobra el terreno perdido al Movimiento Libertario más intereses y los gastos de formalización del arreglo firmado con el Banco, para un total de ¢131 millones. Esta gestión la hace a través de la sociedad Aluviones de Costa Rica, expropietaria registral de la finca.
Así consta en una carta que envió el excandidato presidencial al partido, hace tres meses, el mismo día que acordó la “dación de pago” con el BCT.
“A partir de este momento, la empresa Aluviones de Costa Rica S. A. se subroga de pleno derecho todos los derechos que posee el banco BCT S. A. sobre la hipoteca antes indicada en los mismos términos y condiciones indicados en la misma”, señala la misiva.
El préstamo bancario exigía un interés del 9,25% por encima de la tasa básica pasiva. Incluía una cláusula según la cual la tasa no podía ser inferior al 18% anual, durante su vigencia.
Sin dinero. El tesorero del Libertario, Carlos Herrera, asegura que el partido carece de recursos para saldar esa deuda.
“¿Cómo pagarla? La democracia debe buscarle salida a los partidos y aquí tiene que haber un acuerdo para que los partidos limpien sus deudas, y para esto, pueden existir mecanismos cambiando la legislación (electoral)”, declaró Herrera, quien aboga por una reforma para que los partidos puedan usar la contribución que les otorga el Estado para pagar deudas antiguas.
Guevara dijo que es consciente de que el Libertario carece de dinero y, por ende, esperará a que la situación financiera mejore para hacer el cobro.
Él centra sus esperanzas en el proceso electoral del 2018. Espera que, para ese momento, el grupo repunte y, al menos, pueda hacer un abono a la deuda mediante la captación de donaciones.
No se arrepiente. “Espero que en un futuro el partido repunte y pueda cancelar sus deudas, pero no me desvela. Me tomo esto como parte de una inversión que hice en un proyecto que me dio felicidad en cuanto a promover las ideas en que creo”, expresó el legislador libertario que decidió renunciar a una nueva aspiración presidencial para dar paso a nuevos liderazgos.
Lo ocurrido con la finca coincide con la debacle financiera del Libertario que sumó pasivos por unos ¢1.000 millones luego de que sus resultados electorales no alcanzaron sus expectativas.
En el 2014, por ejemplo, la cantidad de votos obtenida (11% para presidente y 8% para diputados) le alcanzó al partido para cobrarle ¢1.829 millones al Estado, pero solo con el Banco Lafise se había endeudado en ¢2.500 millones.
Para ese financiamiento, Guevara también tuvo que poner a responder una propiedad familiar, del negocio Cabinas San Isidro, en Puntarenas.