Ocho diputados del Partido Acción Ciudadana (PAC) votaron en contra del Presupuesto Nacional del 2020, propuesto por el gobierno de Carlos Alvarado, durante el primer debate al que fue sometido este lunes en el plenario.
No obstante, la iniciativa fue aprobada por 32 legisladores, todos de oposición.
La jefa de la bancada del partido de Gobierno, Nielsen Pérez, justificó la votación negativa. “Votamos en contra del informe de mayoría porque apoyábamos el informe de minoría, que por el fondo del presupuesto era lo mismo, pero recuperaba los ¢255 millones del Ministerio de Cultura”, dijo la legisladora.
Según Laura Guido, diputada oficialista que integra la Comisión de Hacendarios, el dictamen del Presupuesto Nacional aprobado este lunes mantiene el recorte a Cultura que ella misma pudo haber frenado, pero que por un error suyo y de varios legisladores, se mantuvo finalmente.
“El dictamen de minoría hubiese permitido eliminar el recorte. Sin embargo, al aprobarse el informe de mayoría, no se entró a conocer el de minoría”, indicó la diputada.
En el momento de la votación, solamente estaban ocho de los nueve legisladores oficialistas, pues la herediana Catalina Montero no estaba.
Mientras, el diputado Víctor Morales Mora se mantiene fuera de la fracción legislativa, por sus funciones de ministro de la Presidencia.
El Presupuesto del 2020 es por ¢10,5 billones, un 4,3% menor al plan de gastos de este 2019, que era de ¢10,9 billones.
Se trata del primero y último plan de gastos que propiamente planteó la ahora exministra de Hacienda, Rocío Aguilar, el cual se apegó a las reglas de contención del gasto fijadas por la reforma fiscal, ley 9635.
El proyecto fue aprobado con 12 votos de Liberación Nacional (PLN), cinco de la Unidad Social Cristiana (PUSC), seis de Restauración Nacional (PRN), cinco del bloque Nueva República (PNR), tres de Integración Nacional (PIN) y uno del Republicano Social Cristiano (PRSC).
Además del PAC, votaron en contra las independientes Ivonne Acuña y Marolin Azofeifa, así como de Dragos Dolanescu, del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC), y de José María Villalta, del Frente Amplio.
A pesar de haber dado el voto negativo, la bancada oficialista alega que sí apoya el Presupuesto 2020. Así lo argumentó en un comunicado difundido minutos después del primer debate.
“El dictamen de minoría contiene las justificaciones para recuperar los recursos del Ministerio de Cultura y Juventud, con lo cual se estaría respetando el acuerdo adoptando por la Comisión de Hacendarios”, arguyen los legisladores.
A pesar de dar sus votos negativos, mediante nota de prensa, los oficialistas alabaron el plan de gastos que votaron en contra.
“Este presupuesto es la expresión genuina de la administración Alvarado Quesada de fortalecer la educación, la seguridad social y la inversión en obras públicas para fortalecer la defensa de poblaciones vulnerables, reactivar la economía, generar empleo y fomentar el bienestar en todo el país”, destacaron en su posición oficial.
La presidenta de la Comisión de Hacendarios, la liberacionista Ana Lucía Delgado, destacó las normas presupuestarias que se introdujeron en el plan de gastos, pero también criticó que la mayoría de los jerarcas de ministerios desconocen cuáles son los resultados obtenidos por las transferencias que reciben por vía presupuestaria.
María Inés Solís, jefa del PUSC, dijo que la complace que se apruebe el plan de gastos “como se arregló en Hacendarios”, pero dijo que le deja un sinsabor que la fracción del PAC haya votado en contra el proyecto de ley.
Error garrafal
El recorte al Ministerio de Cultura pudo haberse echado atrás durante la discusión de mociones del Presupuesto Nacional, en la Comisión de Hacendarios.
El pasado 16 de octubre, se aprobó una moción que recortó ¢255 millones al Ministerio de Cultura y Juventud, principalmente en gestión y apoyo a actividades culturales y contratación de artistas (¢100 millones) y transferencias al Centro Costarricense de Producción Cinematográfica para proyectos de creadores audiovisuales y cinematográficos costarricenses (¢100 millones).
La moción, además, eliminó ¢10 millones en horas extra, ¢10 millones para pagos en el rubro información, ¢15 millones para consultorías en Ciencias Económicas y Sociales, ¢10 millones en transporte dentro del país, ¢5 millones para viáticos en el exterior y ¢5 millones para capacitación.
La propuesta fue de la socialcristiana Shirley Díaz y tuvo el apoyo de los liberacionistas Wagner Jiménez, Yorleny León, Jorge Fonseca y Ana Lucía Delgado; los socialcristianos María Vita Monge y María Inés Solís, el independiente Harllan Hoepelman y el republicano Otto Roberto Vargas.
Laura Guido y Welmer Ramos, del PAC, plantearon una moción de revisión para deshacer el recorte. La comisión votó a favor de hacer la revisión, pero cuando ya tenían que votar la moción de recorte de nuevo, la votaron a favor por segunda vez en vez de rechazarla, debido a una confusión, aunque tenían los votos para hacerlo.
El PAC intentó que, ya en el plenario, se aprobara un dictamen de minoría sobre el Presupuesto 2020, pero no lograron el apoyo suficiente, porque había otras modificaciones en que tampoco tenían acuerdo con los demás legisladores.
Presupuesto contenido
El gasto corriente del Gobierno crecería un 3,9%, que es la menor variación de un plan de gastos gubernamental de la última década.
Según había informado la exministra Aguilar, en agosto, la variación del Presupuesto Nacional se debe principalmente a la reducción en las amortizaciones de deuda pública para el próximo año, debido a que se logró extender el plazo de los vencimientos de los bonos de deuda.
Por otra parte, el menor crecimiento de las remuneraciones ayudó a moderar el aumento de los gastos previstos, debido a la nueva forma de calcular los pluses salariales y los incentivos para el sector público.
Según Hacienda, se eliminaron 158 plazas y ello ayuda a reducir el crecimiento neto de puestos en el sector público, de casi 700 este año a 360 en el 2020.
El total destinado para gastos de capital (infraestructura y equipo) asciende a ¢640.973 millones, o sea, un 16,1% más que el año actual. Mientras tanto, el 15% del Presupuesto 2020 se destina a pensiones y programas sociales, mientras que el 38,2% va para el servicio de la deuda y un 25,4% para educación.
El 52% de ese plan de gastos se financia con impuestos y el 48% con deuda. En el caso del déficit, Hacienda prevé una reducción, pues mientras para el 2019 se estima que termine en un 8,1% del producto interno bruto (PIB), para el 2020 se espera que llegue a un 7,8%.