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La oficina de Patrimonio del Ministerio de Cultura les ganó el pulso a los diputados, y el Directorio legislativo acordó ayer pedir cambios en el diseño del nuevo edificio de la Asamblea para no tocar ni siquiera el aire que pasa por encima de los edificios del Congreso.
El primer secretario de la Asamblea, el socialcristiano Luis Vásquez, explicó que están en conversaciones con la firma de Javier Salinas Arquitectos –que ganó el concurso para el diseño del nuevo edificio legislativo– para hacer los cambios necesarios, de manera que el plan de $76 millones no afecte las estructuras declaradas patrimonio nacional.
“Hemos conversado (con la firma arquitectónica); ellos se tienen que sentar con el fideicomiso para ponerse de acuerdo, y él, como proyecto ganador, sabe que lo que hay que hacer es reubicar el proyecto, pero manteniendo el mismo diseño, y él está deseoso de construir el primer poder de la República”, explicó el primer secretario.
El legislador explicó que la idea es continuar con el proyecto sin necesidad de abrir un nuevo concurso o iniciar un diseño de cero, por lo que prefieren hacer los ajustes.
Desde febrero del 2014, el Centro de Conservación del Patrimonio Cultural negó el permiso para iniciar la construcción, con el argumento de que el diseño escogido “opacaría” la vista de otros edificios legislativos que están declarados patrimonio arquitectónico.
Tanto la Oficina de Patrimonio como la ministra de Cultura, la exdiputada Elizabeth Fonseca, han insistido en que sería ilegal que los diputados levanten una estructura aérea por encima de las viejas edificaciones pues se violentaría el espacio patrimonial.
Esta disputa, que se inició en la anterior administración, tiene varado el proyecto para la construcción del nuevo complejo legislativo, considerada urgente en vista de las condiciones de las actuales edificaciones, declaradas inhabitables por el Ministerio de Salud.