En poco tiempo, la cantidad de trabajadores activos en el país será insuficiente para pagar las pensiones del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la CCSS, el mayor del país.
Para el año 2030, solo habrá 3,9 cotizantes por cada pensionado, con el gran inconveniente de que el mínimo requerido para sostener cada jubilación es de 6 trabajadores.
El fenónemo es congruente con el envejecimiento de la población de Costa Rica. El segmento mayor de 65 años creció en un 50% entre el 2010 y el 2018, mientras que los menores de 20 años decrecieron en un 4%.
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La sostenibilidad de un sistema de jubilación se mide, entre otros aspectos, por la relación entre cotizantes y pensionados. Es decir, cuanto mayor sea el número de afiliados frente al de pensionados, más estable será el régimen.
Esta proporción está a punto de romperse en el IVM. En el 2018, la relación fue de 6,5 afiliados por cada jubilado.
Después de bajar a un 3,9 en el 2030, la proporción bajará aún más a 3,4 en el 2035.
Así lo reporta el Informe Impacto fiscal del cambio demográfico: retos para una Costa Rica que envejece, elaborado por la Contraloría General de la República (CGR) y publicado este lunes 1.° de abril.
El documento, que plantea los retos del país para crear políticas públicas en función del envejecimiento, se basó en estudios elaborados en el seno de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Estos son el Informe de Gestión del IVM del 2017 y el Informe de Valuación Actuarial de Largo Plazo de ese mismo régimen, del 30 de junio de 2015.
“El cambio demográfico implica mayor presión sobre los regímenes de pensiones, debido al aumento de la demanda y disminución de la población que financia el régimen”, reza el informe del ente contralor.
Riesgo conocido
Esa vulnerabilidad del IVM que alude la Contraloría es un asunto que la Caja ha interiorizado.
“Si esa relación (cotizantes-pensionados) baja a menos de 6, tenemos un serio problema”, reconoció a La Nación Ubaldo Carrillo, director de Pensiones de la entidad de salud, en una entrevista en febrero de 2019.
El jerarca mantiene esa posición hoy, a pesar de que la ecuación mejoró levemente en diciembre de 2018, cuando el IVM reportó 6,8 trabajadores por cada jubilado.
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“Cuando se analiza el comportamiento del ingreso de esas 6,5 personas, ese ingreso que ellos generan (los trabajadores) nos da apenas para pagar las pensiones que están en curso de pago (las que se cancelan en la actualidad)”, enfatizó Carrillo.
Con él coincide el superintendente de Pensiones, Álvaro Ramos, quien se refirió al asunto en una entrevista en el programa Diálogos, de La Nación.
“Hay muchísima evidencia de que la transición demográfica que hemos tenido es irreversible. ¿A qué me refiero con eso? En 1970, teníamos 32 trabajadores por cada pensionado. Hoy tenemos 6 trabajadores por cada pensionado. Y en el año 2050, menos de 1,5 trabajadores por pensionado. Esto es irreversible, prácticamente”, comentó Ramos.
¿Se puede hacer algo para salvar al IVM? Según el superintendente es necesario hacer ajustes en tres ejes específicos: aumentar la edad de retiro, subir el porcentaje de cotización (trabajador-patrono-Estado) y reducir los beneficios, es decir, disminuir el porcentaje del salario que se otorga a los jubilados.
Para Ramos, los datos que refleja el Informe actuarial sobre el IVM, elaborado por la Universidad de Costa Rica (UCR) en el 2015, son “espeluznantes”.
Ese régimen cuenta con tres fuentes de financiamiento. Una es los ingresos corrientes, o bien, el dinero que aportan trabajadores, patronos y Estado por cada afiliado, también conocido como flujo salarial. Otra corresponde a los intereses que se generan producto de esos recursos. La tercera es la reserva con la que cuenta ese sistema de pensiones.
Del archivo:
El superintendente explicó que el régimen empezó a comerse el dinero de los intereses.
“Eventualmente, habrá que usar la reserva si no se hacen cambios y, finalmente, la reserva se extinguirá y sólo dispondremos de los salarios para cubrir los gastos”, agregó.
“(El estudio de la UCR) tiene un indicador, que es el gasto en pensiones como parte de la masa salarial (la suma de los salarios de todos los cotizantes). Los números que se ven ahí son espeluznantes”, enfatizó.
El gasto en pensiones crecerá a un ritmo mucho más acelerado de lo que crecerán las cotizaciones provenientes de los trabajadores activos.
“Del 2015 al 2040, el gasto sube 10 puntos... Pero del 2040 al 2050 sube otros 10 puntos. En otras palabras, la pendiente dura 25 años en subir 10 puntos, pero del 40 al 50, en solo 10 años, sube 10 puntos”, argumentó Ramos.
“La masa salarial crece poco porque hay pocos trabajadores, mientras que el gasto en pensiones crece mucho porque hay muchos pensionados, y eso se va viendo donde se incrementa el gasto”, agregó el superintendente.
¿Ha tomado acciones la Caja?
Según el director de Pensiones de la Caja, si bien la Junta Directiva de la institución no ha contemplado subir la edad de retiro o bajar el porcentaje de pensión que se otorga a los jubilados, sí ha tomado acciones en otros sentidos.
Una de esas medidas, afirmó Carrillo, es que se aceleró el calendario de incrementos a la cotización global, que incluye a los trabajadores, a los patronos y al Estado.
En el 2017, la mesa de diálogo que se conformó para evaluar el futuro del IVM recomendó hacer aumentos en la cotización de los tres actores cada tres años, entre 2020 y 2029.
No obstante, dijo el director de Pensiones de la Caja, ese primer ajuste se adelantó.
“A partir de junio de este año (2019), la prima sube medio punto porcentual… Vamos a pasar de un 10,16% que hay ahorita a un 10,66%. Lo que se hizo fue acelerar el escalón”, comentó.
Las cotizaciones sobre el salario del trabajador cambiarán así este año:
-Patrono: de un 5,08% a un 5,25%
-Trabajador: de un 3,84% a un 4%
-Estado: de un 1,24% a un 1,41%
La idea es que, paulatinamente, para el 2029, los aportes suban a estos porcentajes:
-Patrono: 5,75%
-Trabajador: 4,50%
-Estado: 1,91%
En el 2017, la cotización era del 9,66%. Luego, pasó a 10,16%, porcentaje que se mantiene en la actualidad.
La recomendación era aplicar el próximo incremento –para llegar a 10,66%– entre enero de 2020 y diciembre de 2022. Sin embargo, la Caja adelantó el ajuste para el segundo semestre de 2019.
El resto de aumentos se irá haciendo, gradualmente, hasta el 2029, para llegar al 12,16% de cotización global.
Otra de las acciones de contingencia que ha tomado la Junta Directiva de la Caja, afirmó Carrillo, es la eliminación del retiro anticipado con pensión reducida, opción que desaparecerá a partir del 1.° de marzo de 2021.
Esa alternativa, que permite pensionarse antes de tiempo con el IVM, pagando por ello un castigo en el monto de la pensión, viene reduciéndose en forma gradual desde el 2016 y se extinguirá en menos de dos años.
De hecho, el 1.° de setiembre de este 2019, la CCSS aplicará uno de los cambios previstos. Ahora, la cantidad de cuotas exigidas para jubilarse con esta modalidad será de 420 (35 años laborados) y no 360 (30 años trabajados) como antes.
No obstante, dijo Carrillo, Costa Rica no puede dar sostenibilidad a sus sistemas de pensiones solamente ajustando edad de retiro, porcentajes de contribución y los beneficios que otorga a los jubilados.
“También tienen que tomarse políticas públicas que permitan aumentar la masa salarial, que se generen más empleos y que estos sean de calidad (bien remunerados), además de hacer algo con los (trabajadores) informales”, concluyó el jerarca.
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