La periodista Nono Antillón, quien hizo carrera en televisión y hoy tiene 60 años, leyó la noticia de la médica que denunció al expresidente Óscar Arias Sánchez por violación y decidió contar lo que le pasó, hace 35 años, cuando laboraba con él.
Ella tenía 25 años y era la asesora en comunicación del entonces precandidato presidencial por el Partido Liberación Nacional (PLN), con miras a los comicios de 1986, donde triunfó.
“¿Qué me hizo a mi Óscar Arias?"
"Fue en la Casa de la Victoria (sede de la precampaña). Yo era su asesora. Entonces coordinaba la comunicación, las relaciones con la prensa. Me reunía con él todos los días en su oficina.
“Estaba sentada frente a su escritorio, se me acercó, me tomó la mano y me la puso en su pene que estaba erecto. Yo lo empujé y me puse de pie y él se me lanzó. Me cogió por los hombros, me tiró contra un ropero y me empezó a toquetear. Con el ruido, comenzaron a tocar la puerta. De ahí en adelante no volví a aceptar estar sola con él cuando me citaba a solas.
"Después lo intentó en el restaurante Ana, en paseo Colón. Yo le andaba huyendo. Estábamos en una reunión y me cogía la parte de atrás del brasier”, contó la noche de este martes a La Nación.
Antillón solo estuvo tres meses con el movimiento de Arias y volvió a su trabajo regular como reportera en el entonces noticiero Notiseis, de canal 6, donde había pedido una licencia para realizar ese trabajo en política electoral.
“Él me dijo que ya era candidato, qué cómo me iba a ir cuando ya venía lo bueno. ‘Con usted nunca más en la vida’, le dije'”, contó la periodista, que antes de hablar con La Nación expuso el caso en una página de Facebook.
“¿Por qué hasta ahora (hablo de esto)? Porque la sociedad no está preparada para creernos. Hay tribunales pero las cosas se atrasan. No denuncié porque jamás en aquella época hubiera podido hacerme escuchar y la verdad es que ahora me parece que yo me debía esto. Me lo debía porque me lo callé y me afectó siempre. Me dio una furia, una impotencia, un asco, una vergüenza, ver rodar cátedra de honestidad, de ética, el gran político, el premio de la paz. Entonces, cuando veo esta muchacha...”.
La reportera también contó que esta y otras experiencias influyeron en su forma de vestir. “Yo me quité todo aquello con lo que pudiera parecer una mujer deseable, porque estaba harta de las reacciones invariables masculinas hacia mí. La cosa era con las piernas y yo me preguntaba por qué”.
Agregó: “35 años después puedo decir esto, porque ya estoy pacificada, aunque me costó muchísimo superar esa impotencia, ese no saber qué se hace o cómo se hace”, declaró a La Nación en conversación telefónica.
“Si me llaman a declarar, ni lo pienso"
Previamente, a las 9 a. m., en el Facebook de otra periodista que había reproducido la información publicada por el Semanario Universidad, Antillón describió su experiencia a los 25 años.
“Todas las que padecimos algo similar por parte de él y que callamos por temor al poder del que hace gala deberíamos decir presente (...).
”Si se habla de sacerdotes, médicos, profesores que se desenmascare a los que se creen intocables en política (...)".
Agregó que si la llamaran a declarar lo haría con todo gusto y recalcó que ya una persona se atrevió a denunciar.
“Si me llaman a declarar, ni lo pienso. Cuando actuó así conmigo iba a ser presidente de la República por primera vez y cuando venció mi contrato de tres meses como asesora en comunicación me desaparecí de su lado asqueada.
”Eran otras circunstancias, el acoso contra las mujeres era abordaje masculino normal por coquetería femenina.
“Esta es la primera vez que lo comento, justamente porque los argumentos ajenos terminan generando más dolor y rabia.
”Yo elijo para mi vida otra cosa, pero si con mi testimonio, viéndole a él de frente colabora con que realmente se desenmascare impostores de la paz y justicia, claro que lo hago".