En una entrevista que realizó en el 2013, la actual candidata a diputada, Pilar Cisneros, criticó los bonos de deuda política al afirmar que eran un “muy buen negocio para los compradores”. Lo dijo frente a Héctor Fernández, director de Registro Electoral del TSE, quien explicaba los problemas de transparencia de este mecanismo de financiamiento de campañas electorales.
La conversación fue transmitida por Telenoticias de Canal 7. Casi nueve años después, ya no como periodista sino como política del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), del candidato Rodrigo Chaves, Cisneros le compró a esta agrupación bonos valorados en ¢13 millones, pero con un descuento del 40%.
Eso significa que pagó ¢7,8 millones por los certificados y, si el partido capta suficientes votos para cubrir la totalidad de los bonos con dinero estatal, ella obtendría ¢5,2 millones adicionales a lo que invirtió.
Al principio de la entrevista del 2013, Cisneros afirmó: “Desde hace muchísimos años, la financiación de campañas políticas son una gran fuente de corrupción en el país”.
Luego, el entrevistado explicó la propuesta del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para eliminar los bonos de deuda política, a fin de “darle mayor transparencia a las finanzas de los partidos”. Además, habló de las medidas que se habían tomado para atacar los malos manejos.
“Don Héctor, eso no ha servido de mucho porque, igual, las estafas, hay que decirlo así, se han producido por todo lado, charlas que no se efectuaron, partidos que declaran que se hicieron 10.000 banderas y solo se hacen cinco”, le dijo la entrevistadora.
Héctor Fernández alegó que muchos casos se habían enviado al Ministerio Público, pero reconoció que los bonos “sí son algo que brinda opacidad al proceso, porque por ahí se pueden dar donaciones encubiertas”.
“O sea, por un lado se prohibió que las personas jurídicas les puedan dar plata a los partidos, pero por otro lado se les deja comprar bonos y, en algunos momentos, no sabemos exactamente quién está detrás de la compra de esos bonos, si es efectivamente un mecanismo para invertir en el partido o para dar una donación encubierta”, dijo el funcionario del TSE.
Cisneros intervino y dijo: “Que dicho sea de paso, son muy buen negocio para los compradores, generalmente...”.
En la misma entrevista, Pilar Cisneros le mencionó a Héctor Fernández que la deuda política estaba suspendida en aquel momento, a pocos meses de que se iniciara la campaña del 2014, por una acción de inconstitucionalidad.
No obstante, el funcionario le respondió que lo que estaban suspendidas eran las normas de regulación de los bonos de deuda política -como los que en esta ocasión compró Cisneros- y que, eventualmente, eso impediría el uso de ese mecanismo de financiamiento para la campaña del 2014.
“Si de aquí a octubre (del 2014) no se ha aprobado ningún cambio en la legislación y la Sala IV no ha resuelto la acción, o no la resuelve con lugar, los partidos no van a poder utilizar los bonos para captar recursos, solo con donaciones o empréstitos”, le explicó Fernández a Cisneros en ese momento.
Ante ese comentario, la periodista respondió: “Eso va a ser interesante, a ver si por fin hacen una campaña de fondo y de ideas, y no de derrochar dinero”.
Ahora, como financista del partido que busca llevarla a una curul por los próximos cuatro años, Cisneros declaró que hizo la compra de los bonos como una “inversión personal y para colaborar” con su agrupación.
“Obedece a una inversión particular de mi parte, con el deseo de ayudar a las finanzas del partido. Es dinero de mis ahorros personales”, alegó.
Añadió que ese partido nunca le ha pagado nada en los meses de campaña que ha hecho. “Mi participación ha sido absolutamente voluntaria, gratuita, porque creo firmemente en la propuesta del PPSD y en las ideas de Rodrigo Chaves”, apuntó.