La noche del sábado, la Fuerza Pública detuvo una fiesta de 15 años que se celebraba en la localidad de Los Pinos, en Alajuelita, en donde participaban unas 70 personas.
La intervención obedece a la necesidad de evitar aglomeraciones que faciliten el contagio del coronavirus.
Alajuelita es, en este momento, uno de los cantones con alerta naranja debido a un incremento de casos de covid-19.
“Como ha venido ocurriendo los fines de semana, aumentan los llamados al sistema 9-1-1 por fiestas, especialmente en casas o residencias privadas. En el momento en que la policía se presenta, las personas se empiezan a retirar”, dijo Daniel Calderón, director general de la Fuerza Pública.
El fin de semana anterior, se detectaron 17 contagios producto de una fiesta a la que asistieron unas 50 personas.
Según ha explicado el ministro de Salud, Daniel Salas, si una persona infectada con el virus asiste a una fiesta con tanta gente, el contagio se comporta como un “terremoto” con réplicas. “El asunto de las burbujas sociales no es broma”, dijo a principios de esta semana.
Por eso, Salud ha llamado a respetar el distanciamiento social.
El artículo 277 del Código Penal establece: “Será reprimido con prisión de uno a tres años, o de 50 a 200 días multa, el que violare las medidas impuestas por la ley o por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.
En la misma noche del sábado, en La Carpio, en La Uruca, San José, la Policía intervino en otra fiesta de unas 30 personas, pero allí los oficiales fueron agredidos con puñales, botellas y golpes.
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