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Una reforma al reglamento de la Asamblea Legislativa presentada por Gloria Navas, diputada del Partido Nueva República (PNR), propone un mecanismo para reducir el número de ocasiones en que se rompe el cuórum del plenario. La propuesta conlleva un castigo económico para los legisladores mediante la pérdida de dietas.
Con la nueva regulación, al romperse el cuórum por tercera vez, el presidente del Directorio legislativo tendrá que ordenar el cierre de las puertas del recinto y pasar lista para corroborar que la totalidad de diputados presentes sumen los 38 necesarios poder continuar.
En caso de que no se cuente con el mínimo requerido de diputados, se dará por finalizada la sesión y a los congresitas que previamente no hayan justificado su ausencia, se les retirará la dieta correspondiente a ese día.
Los legisladores reciben, en promedio, un salario ¢4 millones, que se divide en dos rubros principales: ¢2,9 millones por concepto de dietas y un poco más de ¢1 millón por gastos de representación.
El pago de las dietas depende de la cantidad de sesiones que se realicen al mes, de todos los órganos en los que participen los congresistas. En tanto, los gastos de representación sí corresponde a un monto fijo.
Actualmente, el reglamento no restringe la cantidad de veces que el cuórum se puede ver interrumpido; solo fija un plazo máximo cinco minutos para que se restablezca la presencia de, al menos, 38 de los 57 legisladores.
Para Navas, quien funge como vicepresidenta del Directorio, esta situación es inaceptable pues considera que atenta contra la productividad del parlamento
“En el Poder Legislativo, estamos enfrentado una crisis de eficiencia, que cada vez molesta más a la población, desde luego. Al analizar los factores que inciden en esta situación, el tema de la constante falta de cuórum es un punto medular”, expresó.
La diputada señaló que las sesiones suelen suspenderse a diario, al menos, en cinco o seis ocasiones y que cuando se encuentran en discusiones complejas, la ruptura del cuórum puede ocurrir hasta 12 veces.
“Cuando se rompe, incluso para evitar que un proyecto de ley se apruebe, ello constituye un acto totalmente democrático y antiético”.
“Yo creo que tocando el bolsillo (de los diputados) va a ser un tema importante, para evitar el rompimiento del quórum que es tan lesivo para el principio democrático y para el curso normal de la votación de proyectos de ley”, indicó Navas.
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