El Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) sostiene que, si el impuesto único a los combustibles se reduce hasta quedar en porcentajes similares a los del resto de Centroamérica, la economía del país se dinamizará y generará unos 40.000 empleos adicionales.
Así lo aseguró el subjefe de fracción del PUSC, Pedro Muñoz, al explicar un proyecto de ley que rebajaría entre un 31% y un 45% el tributo a los combustibles.
Sin embargo, el Ministerio de Hacienda se opone a la iniciativa porque, en su criterio, impactaría de forma negativa los ingresos del gobierno y el plan de descarbonización (reducción de emisiones contaminantes), aseguró Nogui Acosta, viceministro de Ingresos.
Además, Acosta advierte de que la recuperación de recursos para el Estado, a través del consumo, tardaría mucho en llegar.
Si el proyecto se aprobara, por ejemplo, el impuesto a la gasolina regular bajaría de poco más de ¢246 a ¢160 por litro. Con ello, un consumidor se ahorraría casi ¢3.900 a la hora de llenar un tanque de 45 litros. Pagará ¢25.970 en vez de ¢29.830.
De concretarse la iniciativa, el Estado dejaría de percibir ¢195.000 millones (34% de lo recaudado el año pasado) por la reducción del impuesto.
No obstante, el diputado Muñoz sostiene que, al dejar de pagar menos por el tributo, los costarricenses destinarán a su consumo propio un 80% del dinero que se liberan y un 20% al ahorro, debido a la mejora en su poder adquisitivo.
El diputado basa sus cálculos en la relación histórica que hace el Banco Central de Costa Rica (BCCR) entre el ingreso disponible y el consumo.
Dijo que según el Banco, cuando hay más ingresos, el 87% de ese valor se termina destinando al consumo y su efecto multiplicador en la economía aumenta 7,69 veces.
Muñoz, quien asegura que hace un uso conservador de esa relación, bajó a 80% la posibilidad de que el ahorro por la rebaja sea destinado al consumo y, en vez de un 7,69 de efecto multiplicador, utilizó un 5.
“Por cada ¢100 de ahorro en el pago del impuesto, se consumen ¢80 (se llama consumo autónomo por ser directo). Esos ¢80 se consumen, conservadoramente, 5 veces, es decir, ¢400 (consumo autónomo multiplicador).
"El 13% de IVA (impuesto al valor agregado) de ¢400 son ¢52. O sea, de los ¢100 reducidos al impuesto a los combustibles se reponen ¢52 con IVA”, explicó Muñoz.
De una forma más sencilla, el legislador dijo que, con el ahorro obtenido al pagar menos impuestos a los combustibles, el ciudadano puede comprar un par de zapatos. A su vez, la tienda aumenta sus ventas y, luego, contratará uno o más dependientes.
La zapatería generará más empleos y el trabajador, al mejorar sus ingresos, podrá adquirir otros bienes. Así sucesivamente se multiplicaría la cadena de valor hasta por cinco veces, según el legislador.
Por su efecto multiplicador, el aumento del consumo y de la demanda agregada, Muñoz cree que la producción aumentará en ¢780.000 millones (aproximadamente el 2% del PIB) y, por ende, repercutirá en el empleo.
Hacienda: impacto será negativo
No obstante, el viceministro Acosta fue claro al explicar que el impuesto al combustible es el tercero en importancia en el país y, por consiguiente, habría un impacto negativo inmediato en la finanzas públicas al disminuir la recaudación.
Añadió que, a pesar de que la propuesta plantea la eliminación de subsidios a otros combustibles, no propone aplicarlas de inmediato.
“En ese sentido, no podríamos saber el impacto que podría tener esa eliminación del subsidio en la recaudación.
“Y, desde el punto de vista práctico, el país está involucrado en un proceso de descarbonización y disminuir el precio del combustible iría en contra de esta prepuesta. Con esa disminución sería más rentable mantener los vehículos de combustión y perdería razón de ser la exoneración a los vehículos eléctricos”, expuso Acosta.
Citó otro ejemplo por el cual, en su criterio, no se reactivaría economía. “El efecto que podría tener sobre el consumo no se vería de manera inmediata. Incluso, ya el Banco Central bajó las tasas de interés y esto no ha hecho que se incremente el consumo”, consideró Acosta.
Muñoz sostiene que, mediante el IVA, el Estado recuperaría el 52% (¢101.000 millones) de los ¢195.000 que dejó de percibir por la reducción al impuesto a los combustibles.
De acuerdo con el texto, otro 10% del tributo (unos ¢20.000 millones) se recuperaría por la eliminación de subsidios a los consumidores de gas licuado (LPG) y al combustible de los pescadores artesanales.
En la actualidad, el impuesto a los combustibles se ajusta con base en la variación del índice de precios al consumidor que determina el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
LEA MÁS: PUSC propone amnistía para deudores de CCSS y rebaja en impuesto a combustibles
La propuesta de Muñoz sugiere que, en ningún caso, el ajuste trimestral sea superior al 3% y que, en el cálculo, se use como referencia el precio internacional de los combustibles para que el impuesto nunca pase del 40% de ese costo, incluso, durante épocas de mayor inflación.