En solo ocho días, la Asamblea Legislativa reselló dos leyes que el presidente de la República, Rodrigo Chaves, había vetado. El resello es un mecanismo constitucional que los diputados han utilizado en muy pocas ocasiones en los últimos 40 años y que conlleva peculiares señales políticas del poder Legislativo hacia al Ejecutivo.
Por lo inusual de los resellos sobre los vetos presidenciales, procedemos a explicar cómo funciona esta figura y por qué una abrumadora mayoría de legisladores ha recurrido a ella, en dos ocasiones, en menos de medio año de Gobierno.
Primero, la Constitución Política (en el artículo 125 y siguientes) le da al Poder Ejecutivo la potestad de no aprobar un proyecto de ley avalado por el Congreso y, entonces, vetar una iniciativa con razones bien fundadas.
Sin embargo, tal como un presidente puede vetar los proyectos que aprueben los diputados, la Constitución le otorga a estos la posibilidad de emitir la última palabra. Ahí es donde entra el resello.
Resellar es la potestad que tiene el Congreso de rechazar un veto presidencial y votar de nuevo un proyecto para convertirlo en ley, enviándolo a publicación en el diario oficial, La Gaceta. Para ello, eso sí, se requiere de mayoría calificada. Es decir, es necesario el apoyo de al menos 38 congresistas, equivalentes a dos tercios del plenario.
El resello no es una acción muy común. En el pasado, pocos vetos se han revertido, ya sea porque no había apoyo suficiente o porque las razones del Poder Ejecutivo tienen un buen fundamento jurídico y fueron aceptadas.
¿Cuántos resellos se han dado en 40 años?
Desde 1982, la Asamblea solamente ha rechazado seis vetos mediante el resello y dos de estos ocurrieron en este mes de octubre del 2022.
Aunque Chaves dijo que solo se han resellado cinco vetos desde la fundación de la Segunda República, en 1949, lo cierto es que se registran 66 resellos desde ese año.
60 ocurrieron antes de 1981 y los restantes seis, después de este último año.
El primero ocurrió en 1953. Al presidente al que más vetos le resellaron fue José Figueres Ferrer, en el periodo 1970-1974, con 26. Así consta en registros del departamento de Servicios Parlamentarios de la Asamblea Legislativa.
En cuanto al periodo más reciente, los resellos ocurrieron en 1983, 1985, 1986, 2015 y 2022 (en dos ocasiones).
El del 2015 tiene la particularidad de que se revirtió un veto de una presidenta que ya no estaba en ejercicio. El presidente en el poder era Luis Guillermo Solís cuando los diputados decidieron resellar una ley para atender a las personas celiacas vetada por Laura Chinchilla, cuatro años antes, en el 2011.
¿Por qué Chaves lleva ya dos resellos?
A Chaves le resellaron los vetos a la ley que eximió al Sistema de Emergencias 911 de la regla fiscal y a la norma que extendió por tres años las concesiones de los comerciantes del Depósito Libre de Golfito.
Hay razones técnicas y legales, pero principalmente políticas.
Para el jefe del Frente Amplio, el diputado Jonathan Acuña, existe falta de criterio político de parte del Poder Ejecutivo, porque los proyectos vetados y luego resellados se aprobaron con apoyo muy mayoritario en el plenario.
Es más, en ambos casos, los proyectos vetados recibieron votos afirmativos de los diputados del partido de gobierno, Progreso Social Democrático (PPSD).
Acuña también cree que hay una falta de diálogo respetuoso de parte del Gobierno y que, en el momento en que podía hacer observaciones a través de sus diputados, “no lo hicieron”.
Además, el diputado frenteamplista enfatiza que hay graves problemas de comunicación y contradicciones entre la bancada oficialista y el Gobierno. “Eso hace difícil el proceso de negociación.”
Ahora, el subjefe de Liberación Nacional (PLN), Óscar Izquierdo, apunta a que los resellos son un tema político, una señal por el estilo con que Chaves está gobernando.
“El estilo de confrontación todos los días se ve y no es nuevo, es desde el primer día. Fue a golpear la mesa en la Corte Suprema, teniendo pendiente un tema judicial. Ha venido confrontando y dinamitando puentes, al punto de tomar represalias o en sus discursos mencionar a diputados. Es demasiado confrontativo”, afirma.
Izquiedo cree que los resellos son una llamada de atención al presidente, diciéndole que debe cambiar porque ese estilo, nunca antes visto, “no puede ser”.
La vicepresidenta de la Asamblea, Gloria Navas, se manifestó en esa línea en el plenario, cuando aseguró que la decisión del resello es un “estate quieto” para Rodrigo Chaves.
“Parece que están dedicados a sembrar rencores, a dividir la sociedad y, sembrando eso, solo se pueden cosechar tempestades”, añade Izquierdo.
Kattia Cambronero, subjefa del Partido Liberal Progresista (PLP), considera que Chaves tiene que entender las capacidades y potestades de los diferentes poderes y que el Ejecutivo debe tener una mejor lectura de lo que ocurre en los territorios y por qué se están resellando los proyectos.
En criterio de la diputada, al Ejecutivo le debe quedar claro que los congresistas responden a los ciudadanos que los escogieron y que no puede pretender gobernar desde una sola posición, sino como un trabajo en equipo.
Vanessa Castro, de la Unidad Social Cristiana, explicó que el resello es un instrumento político totalmente legitimado y que ya se utilizó dos veces por “la forma de ser del presidente”.
“Es un poquito autoritario y tal vez por no haber estado tanto tiempo en el país no sabe que a los costarricenses nos toca reforzar la democracia, con separación de poderes. Es una forma de decirle que estos temas nos interesan y la Asamblea como un todo tomó la determinación”, acotó.
¿Dónde estaba la ministra de Presidencia antes de los resellos?
Los diputados sostienen que, cuando se iban a resellar los proyectos vetados, la ministra de la Presidencia, Natalia Díaz, no pidió reuniones ni ejerció sus potestades para negociar con las fracciones y evitar la señal política de los resellos.
Ni Kattia Rivera, jefa del PLN, ni Jonathan Acuña, del Frente Amplio, percibieron acercamientos de parte de ella, pues Díaz nunca los buscó; Gloria Navas dice que quizá la vio por última vez hace un mes.
Kattia Cambronero, de la Comisión de Puntarenas que le dio impulso al resello sobre el proyecto del Depósito Comercial de Golfito, no tuvo ninguna conversación con la ministra.
La socialcristiana Vanessa Castro tampoco vio a Natalia Díaz en tema de resellos, pero sí cita mucho protagonismo de Pilar Cisneros, jefa de fracción del PPSD, mediando en el tema.
“Tal vez doña Pilar ha olvidado su función como diputada; no debe jugar ese papel de ministra de la Presidencia. Creo que, por las personalidades, no ha logrado la ministra Díaz realizar su labor de la manera más adecuada”, cuestionó Castro.