Los diputados pierden recursos públicos y espacios de maniobra política, en la Asamblea Legislativa, cuando se declaran independientes del partido por el que fueron elegidos.
El tema cobró relevancia debido a la crisis que vive el gobernante Partido Progreso Social Democrático (PPSD), el cual llevó a Rodrigo Chaves a la Presidencia de la República y colocó a diez diputados en el Congreso.
Nueve de esos legisladores decidieron apoyar a otro partido político llamado Aquí Costa Rica Manda (ACRM) de cara a las elecciones municipales del 2024, pero se niegan a renunciar a la fracción del PPSD.
El miércoles 16 de agosto, la presidenta de la agrupación y legisladora por San José, Luz Mary Alpízar, proclamó que ella es la legítima representante del PPSD y pidió al Directorio legislativo declarar independientes a los demás, quienes son liderados por Pilar Cisneros.
Estas son las consecuencias de una declaratoria de independencia de un diputado:
Derechos que perderían en el ámbito administrativo del Congreso:
- Acceso a las plazas de asesores y el presupuesto asignados a la fracción legislativa.
- Plazas para jefatura administrativa y jefatura de asesores, así como ciertos cargos en la administración de la bancada.
- La oficina de la jefatura de fracción que actualmente ocupan en el piso sexto del edificio legislativo.
Derechos políticos que perderían:
- Su condición de fracción política.
- Espacios de uso de la palabra en los debates reglados (como en la liquidación del Presupuesto Nacional, del análisis del mensaje presidencial de cada año y el discurso de cada fracción del 1.º de mayo)
- Espacio de control político en las sesiones del plenario, tanto en el periodo de 3 p. m. a 3:30 p. m. los lunes, martes y jueves, como en el espacio ampliado de los miércoles.
- Derecho de participación en reuniones de jefaturas de fracción y voto en ese espacio (por cortesía, se les deja participar con voz, pero sin voto).
- Derecho a solicitar espacio en la agenda de proyectos de consenso, según lo establecido en el artículo 36 del Reglamento legislativo, y en las mociones de posposición diarias con agenda de proyectos que aprueban los diputados.
- Derecho a solicitar recesos durante las sesiones del plenario legislativo, pues esa es una prerrogativa exclusiva de una jefatura de fracción.
- Incidencia en la negociación para conformar las comisiones permanentes, especiales y plenas.
- Incidencia en la toma de decisiones en el plenario, en general.
Incidencia en discusiones políticas
Cuando un grupo de diputados se separa de la fracción del partido político que los llevó al Congreso, para efectos legales y administrativos a cada uno se le considera un legislador individual, aunque actúen como un bloque.
Por esa razón, el Reglamento les impide solicitar recesos o espacios para sus reuniones, pues legalmente no pueden fungir como una bancada, sino que se trataría de un bloque de facto, con intereses comunes.
Lo anterior podría acarrear problemas para que el gobierno de Rodrigo Chaves tenga incidencia en las discusiones legislativas, durante los periodos de sesiones ordinarias del Congreso, en los cuales los diputados controlan la agenda parlamentaria.
En caso de que los nueve legisladores chavistas den el paso hacia su declaratoria como independientes, la pérdida de los espacios físicos y los puestos de asesores podría ser el menor de sus males frente a las implicaciones políticas que podría tener la decisión.
Desde que se hizo pública la decisión de estos legisladores, Pilar Cisneros ha rechazado que la negativa a dejar la fracción del PPSD obedezca al temor a perder prerrogativas políticas y administrativas.
El pasado miércoles, después de que Luz Mary Alpízar elevó su reclamo al Directorio y se proclamó jefa del PPSD, Cisneros alegó que esa congresista tiene una actitud egoísta y cobarde.
“Hay un proceso en curso, ella hizo su petición. El Directorio tendrá que tomar una decisión. Esto es un asunto de organización interna del Congreso. Si al final, el Directorio toma la decisión y nos obliga a declararnos independientes, lo haremos, pero seguiremos siendo la fracción oficialista”, alegó Cisneros.
Negó que haya algún problema en perder el voto en la reunión de las jefaturas de fracción, y enfatizó que seguiría asistiendo a esa foro. “Mientras yo tenga el respaldo de nueve compañeros, quién representa la fracción oficialista”, cuestionó.
Cisneros respondió a La Nación que ella cree tener “muy buena voluntad de varios diputados” para pedir favores a otras fracciones.
“Yo he hecho una excelente relación, yo le diría que por lo menos con 50 diputados (de los 57 totales) y no tendría problema en solicitarles el favor de que avancen proyectos de nuestro interés”, manifestó.
‘El control político lo puedo hacer desde mi Facebook’
Cisneros sostuvo que los privilegios que podrían perder no son insalvables. “¿El control político? Lo puedo hacer desde mi Facebook, y tiene más repercusión que hacerlo ahí en el plenario”, arguyó.
Sobre perder el voto en la reunión de jefaturas, dijo que tampoco le preocupa.