Henning Jensen, rector de la Universidad de Costa Rica (UCR), considera que las faltas graves, como el acoso, deben sancionarse en las instituciones públicas con el despido.
“Yo creo que los procesos que hemos vivido son bastante lentos y diría que las sanciones son inaceptables en cuanto a que, para causas graves, se establecen sanciones que considero leves.
“Las situaciones graves, que de todas maneras no están tipificadas en el reglamento (en contra del hostigamiento sexual de la UCR), deben conducir a un despido, no solo en la Universidad de Costa Rica”, aseguró el líder de ese centro de enseñanza superior.
Jensen expresó ese criterio este lunes, durante una actividad en la escuela de Ciencias Sociales de la universidad que él representa.
Ahí, un grupo de 20 estudiantes de la UCR, de la Universidad Nacional (UNA) y del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), en representación de todas las alumnas de esas casas de estudio, se declaró en estado de emergencia ante la violencia sexual de la cual, aseguran, son víctimas en las aulas.
‘Hay que definir qué es una falta grave’
En la UCR, por ejemplo, por una falta grave, a un profesor se le aplican, máximo, ocho días de sanción. En tanto, para un estudiante, la penalización por un hecho de la misma índole es de entre 15 y 30 días.
La petición de las alumnas de esa universidad es que las sanciones se equiparen y sean las mismas tanto para educadores como para estudiantes.
Sobre ese asunto, el rector de la UCR comentó que las faltas graves ni siquiera están definidas dentro del reglamento contra del hostigamiento sexual de la universidad y, mucho menos, están tipificadas.
“Las faltas no están definidas. No dice qué es una falta grave... Una falta grave podría ser darle un beso a una mujer sin su consentimiento”, explicó Jensen.
Según dijo el rector, al no estar tipificadas las penalizaciones, quedan a la interpretación de la Comisión Institucional contra el Hostigamiento Sexual de esa casa de enseñanza.
"Creo que tenemos que ser mucho más exactos y claros en esas definiciones”, agregó.
De hecho, contó que, este mismo lunes, presentó al Consejo Universitario una solicitud para que revise el reglamento sobre las sanciones. Esa instancia es la encargada de la normativa institucional.
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UNA ha despedido profesores por violencia sexual
Alberto Salom, rector de la UNA, aseguró a La Nación que en esa entidad han despedido profesores por casos de violencia sexual, aunque no precisó cuántos ni en qué momento.
El líder de esa casa de enseñanza enfatizó que es la obligación de las universidades resguardar los derechos del estudiantado y dijo, incluso, que para eso cuentan con una fiscalía que tramita las denuncias por agresiones sexuales y violencia de género.
Esa instancia, amplió Salom, también se encarga de que no se revictimice a las denunciantes, resguardando su identidad cuando presentan las demandas ante las instancias correspondientes en la institución.
Según Salom, este centro de estudios cuenta con una política contra la violencia sexual y en favor de la igualdad de género. Asimismo, tiene una comisión contra el acoso sexual, la cual les da seguimiento a las acusaciones y trabaja en campañas de prevención.
TEC: ‘Tenemos que exhibir valores superiores’
Por su parte, Julio Calvo, rector del TEC, afirmó que las universidades son las primeras que deben velar por el respeto a los derechos humanos.
“Las universidades no somos sitios exentos solo por ser universidades. Por el contrario, tenemos que exhibir una serie de valores superiores a lo que el resto de la sociedad tiene, puesto que aquí estamos, en buena teoría, en el sitio de mejor educación del país”, exhortó.
Asimismo, argumentó que en esa casa de enseñanza intentan capacitar a los profesores y a la mayoría de personas involucradas con la institución.
“Inclusive, cuando se hace la construcción de un edificio, se da la capacitación a los constructores, para que eviten el acoso verbal callejero”, contó Calvo.
Según el rector, uno de los principales retos en el instituto es evitar la discriminación de las mujeres en carreras como ingenierías y tecnologías, donde la mayoría de estudiantes y profesores son hombres.
Desde hace más de dos años, el TEC se declaró un espacio libre de todo tipo de discriminación. Además, cuenta con una oficina de equidad de género, adscrita a la rectoría, da seguimiento a la aplicación de la ley en caso de agresiones sexuales.
La denuncia de las 20 estudiantes de las tres universidades se da una semana después de que el Semanario Universidad publicara un reportaje con los relatos de diez estudiantes, exestudiantes y egresadas de la UCR, quienes aseguran haber sufrido acoso sexual e insultos por parte de Mainor Salas, profesor catedrático de la Facultad de Derecho de la UCR.
Además, este mismo lunes, una docena de alumnas de esa misma universidad dijeron a La Nación que un docente de Estudios Generales de esa institución ,quien imparte un curso artístico, las obliga a ver pornografía en clases.
La jóvenes que plantearon esa acusación forman parte de un colectivo llamado Me Pasó en la UCR.
Esa agrupación fue creada por las alumnas de esa casa de enseñanza, en octubre de 2018, para que las estudiantes pudieran denunciar los casos de agresiones sexuales que sufren en la universidad.