La crisis económica golpeó con fuerza al mayor régimen de pensiones del país, el de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). En cuatro meses, el sistema perdió 100.718 cotizantes.
La cifra equivale a un 7,3% del total de cotizantes que había en febrero. En el caso de los asalariados del sector privado, la reducción en la cantidad de afiliados es de casi un 10%.
Así lo expuso la mañana de este miércoles a los diputados Ubaldo Carrillo, director de Pensiones de la Caja, quien asistió a la Comisión Especial de la CCSS, foro que tiene como objetivo investigar y rendir un informe sobre las finanzas de la institución, para lograr su sostenibilidad en el tiempo.
El jerarca explicó a los diputados que, entre febrero y junio de este 2020, el IVM perdió esa cantidad de cotizantes principalmente por la pérdida de empleos por despidos o suspensiones de contratos laborales en el sector privado.
A su vez, el salario promedio de los trabajadores se redujo en un 11%.
El régimen también se vio afectado por la baja en los ingresos de los trabajadores independientes e, incluso, por menos contrataciones dentro del sector público.
El sector más golpeado es el privado.
Entre febrero y junio, la cifra de cotizantes privados bajó de 982.180 a 886.333, para una reducción de 95.847 personas que hoy no cotizan al régimen.
En el caso de los cuentapropistas, la cantidad pasó de 200.197 a 197.452 trabajadores; una merma de 2.745 cotizantes.
La disminución en la cantidad de individuos que aportan al IVM se vio, incluso, en el sector público. Ahí, los números se comportaron de la siguiente manera: 203.643 trabajadores en febrero frente a 201.517 en junio, para una disminución de 2.126 personas.
“¿Y por qué hay un millón de personas que piden el bono Proteger? Bueno, porque ahí están las 100.000 personas que perdimos, más todos los (trabajadores) informales, que no cotizan a la seguridad social”, explicó Carrillo.
Salarios más bajos, otro factor
Según el jerarca, el impacto sobre el IVM no se debe únicamente a caída de los empleos o a la reducción de jornadas, sino también a la desmejora del salario promedio de los trabajadores.
Para los del sector privado, por ejemplo, el sueldo promedio bajó de ¢581.426 en febrero a ¢556.225 en junio, al tiempo que muchas empresas se acogieron a la reducción de la jornada laboral.
No ocurrió lo mismo con los empleados públicos, quienes más bien percibieron una mejora: el sueldo promedio pasó de ¢1.108.322 a ¢1.115.962.
En el caso de los independientes, el ingreso promedio reportado bajó de ¢526.246 a ¢132.799 en ese mismo periodo.
Carrillo explicó que esa caída tan significativa en el salario promedio de los trabajadores por cuenta propia se debe a la baja de la base mínima contributiva.
En marzo, la CCSS disminuyó, por tres meses, la base mínima contributiva al 25% de su valor original. Esta base es el salario mínimo a partir del cual una empresa o una persona pueden asegurarse.
La medida tenía por objetivo evitar la fuga de trabajadores independientes, así como facilitar el aseguramiento de trabajadores a los que se les redujo la jornada y su salario quedó por debajo de la base mínima contributiva ordinaria.
En ese momento, el Poder Ejecutivo se comprometió a asumir el costo de la diferencia por concepto de cuotas obrero patronales con un aporte de ¢33.000 millones, los cuales dependen de la aprobación del segundo presupuesto extraordinario discutido actualmente por los diputados.
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Según Carrillo, la meta es recuperar esa disminución de ingresos que tuvo la Caja por la base mínima contributiva, la cual se refleja mucho más en la caída de los salarios de los independientes.
“Eso es lo que se va a recuperar con este presupuesto extraordinario que se va a discutir aquí, en la Asamblea, porque el efecto de bajar de ¢526.000 a ¢132.000 es porque la Caja bajó la base mínima contributiva, para incentivar a que se mantenga activo y cotizando a la seguridad social el trabajador independiente. Esta diferencia es lo que busca cubrir lo que está en el presupuesto extraordinario para el seguro del IVM”, enfatizó.
CCSS recurre a intereses de la reserva
Jaime Barrantes, gerente de Pensiones de la CCSS, explicó que, ante el golpe financiero de la pandemia, fue necesario recurrir a los intereses de la reserva para poder pagar las pensiones actuales.
“En el corto plazo, estamos teniendo el efecto de la pandemia en los ingresos. Vemos cómo las cuotas particulares (aporte de patronos y trabajadores) en los últimos tres meses están disminuyendo”.
“En marzo, las cuotas particulares eran de ¢89.000 millones, en abril caen a ¢80.000, y en mayo, a ¢74.000. Entonces, estamos teniendo un impacto en los ingresos que estamos cubriendo con los intereses de la reserva en este momento”, afirmó Barrantes.
Perder un funcionario público ‘duele el doble'
Carrillo dijo no explicarse a qué se debe la disminución de empleados en la planilla estatal y afirmó que, debido a que se trata de personas con una densidad de cotizaciones muy estable y con salarios altos, representan un pilar muy importante dentro del régimen.
¿Por qué? “Porque el salario promedio del sector público es casi el doble que el del sector privado. Por lo tanto, los 201.000 (trabajadores) que tenemos hoy del sector público, si usted quiere compararlos con el sector privado, hacen como por 400.000 del sector privado”, expresó el funcionario.
Prosiguió: ”Lo que le pase al sector privado, a la seguridad social le duele, y lo que le pase al sector público, a la seguridad social le duele más, porque el salario alto lo que hace es que traslada más solidaridad al que menos tiene. Si perdemos gente de salario alto, la solidaridad va a tener que darse entre los de salario más bajo”.
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Un régimen enfermo
La inestabilidad del IVM se vaticina desde hace décadas.
Un estudio de la Dirección Actuarial de la Caja, con datos al 31 de diciembre del 2018, predijo que el fondo del régimen comenzará a enfrentar los primeros problemas de insolvencia a partir del 2021.
Para ese año, las cotizaciones de patronos, trabajadores y Estado serán insuficientes para pagar las pensiones de 281.000 personas y comenzarán a usarse los intereses de la reserva del IVM.
Además, para el 2030, la reserva comenzará a reducirse y, en el 2037, se agotará, asegura el informe.
Dicho estudio fue elaborado cuando la Caja reportaba 1,7 millones de trabajadores y 88.000 patronos, cifras que no habían sido golpeadas por el coronavirus.
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También para el 2030, solo habrá 3,9 cotizantes por cada pensionado del IVM, con el inconveniente de que el mínimo requerido para sostener cada jubilación de ese régimen es de 6 trabajadores.
Así lo corroboró el Informe Impacto fiscal del cambio demográfico: retos para una Costa Rica que envejece, elaborado por la Contraloría General de la República (CGR), en el 2019.