La cantidad de personas que cotiza para un plan voluntario de pensiones se recupera después de haber sufrido una fuerte caída en los primeros años de la década pasada.
Para diciembre del 2020, el número de cotizantes era de 63.900, el punto más alto en los últimos 16 años.
En el 2012, en cambio, la cifra era de apenas 34.400 personas, según datos de la Superintendencia de Pensiones (Supén).
Luego de un periodo de declive de casi seis años, entre el 2006 y el 2012, la población empezó a recuperar el interés por estos planes de jubilación, lo que generó un crecimiento sostenido hasta la fecha.
El año pasado cerró con 4.000 personas más en comparación con el 2019.
Aun así, los especialistas en la materia opinan que es necesario ampliar la cobertura de los planes voluntarios, aunque coinciden en que hay una mayor conciencia de ahorro en la ciudadanía, al tiempo que las operadoras de pensiones han intensificado sus estrategias de relación con los clientes.
La cifra de 63.900 cotizantes aún es muy baja si se compara con las 1,4 millones de personas que actualmente aportan dinero de su salario para un plan básico de pensión, sea con el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) o con algún régimen del Estado.
Un complemento a la pensión
Como ocurre en otros países principalmente de Latinoamérica, en Costa Rica, cualquier esquema de pensión distinto al básico, como el complementario o el voluntario, es una opción para garantizar un mejor ingreso en la vejez.
Los expertos prevén que las jubilaciones básicas se irán haciendo más pequeñas con los años, debido a la presión de factores como el envejecimiento de la población y una mayor esperanza de vida (80,6 años en el 2020).
El régimen básico más grande del país, el de IVM, que administra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), encara serios problemas de sostenibilidad. Su reserva empezaría a reducirse en el 2030 y se agotaría en el 2037.
A la vez, para el 2040, los adultos mayores de 65 años, que hoy representan el 7% del total de la población, pasarán a representar el 14%.
De ahí la importancia de fortalecer los esquemas jubilatorios adicionales.
Mucho mercado por captar
Hermes Alvarado, presidente de la Asociación Costarricense de Operadoras de Pensiones (ACOP) y gerente general de BN Vital, la operadora con más aportantes, considera que, aunque el sector ha venido creciendo, debe ir más allá.
“No estamos satisfechos porque los aportantes periódicos representan apenas el 2,5% de la población económicamente activa. Eso es demasiado poco. O sea, tenemos un océano azul para seguir creciendo exponencialmente. Entonces, estamos felices, pero no satisfechos”, expresa.
BN Vital reportó 22,659 aportantes en diciembre de 2020.
Del mismo criterio es Ana María Brenes, gerente general de BAC Pensiones, operadora que registró 7.873 aportantes para esa fecha.
“Uno esperaría ver un mayor crecimiento. Desde luego, vemos con muy buenos ojos este aumento que se viene dando, pero quisiéramos que fuera mucho más”, comentó.
Para ello, explican los representantes de las operadoras, estas entidades echan mano de diversas estrategias para ganar afiliados.
Respaldo en las empresas
BN Vital, por ejemplo, le apuesta mucho a promover la afiliación en el ámbito empresarial, cuenta Alvarado.
Los asesores visitan a los patronos para convencerlos de que adquieran un plan colectivo de pensión voluntaria.
“Les explicamos las bondades de ello para el patrono y para los trabajadores, aparte de generar un buen clima laboral. Si el patrono no quiere aportar, que sirva de recaudador, que nos permita afiliar a los trabajadores”, agrega.
Alrededor de 300 empresas se han sumado al formato en el cual el patrono no aporta a la pensión voluntaria ningún porcentaje sobre el salario del trabajador, sino que solo funge de recaudador, es decir, permite que se rebaje de planilla el dinero que destina su empleado a ese fondo.
En tanto, 24 firmas se han inscrito en la modalidad en la que el empleador también aporta a la pensión voluntaria del trabajador y, además, sirve de recaudador, asegura el gerente de BN Vital.
La novedad de los multifondos
Por su parte, BAC Pensiones se enfoca, por ahora, en la modalidad de multifondos, una figura que permite al trabajador optar por un fondo de jubilación con inversiones más rentables pero de mayor riesgo, o quedarse en uno más conservador, dependiendo de su edad.
Recién en febrero de este año, Supén aprobó la creación de los primeros multifondos en Costa Rica y, en marzo, BAC Pensiones los sacó al mercado.
A diferencia de los planes que ofrecen el resto de operadoras, estos son más flexibles, afianza Brenes.
“El cliente escoge el tipo de plazo. Incluso, automáticamente, puede ir haciendo la transición. Por ejemplo, si una persona joven arranca a los 25 o 30 años de edad, entonces arranca en el fondo de largo plazo y, cuando cumple los 42 años de edad, automáticamente, pasa al fondo de mediano plazo. Luego, cuando cumple 52 años de edad, automáticamente, pasa al fondo de corto plazo”, argumentó la gerente de BAC Pensiones.
En el 2020, una encuesta de Supén entre los pensionados que han podido retirar la totalidad del ROP, reveló que los afiliados demandan a las operadoras capacitación e información que las prepare para el retiro.
Para resolver el problema, BAC Pensiones creó pensiones.baccredomatic.com, un landing page donde las personas encuentran material educativo sobre el tema de pensiones.
Tanto esa operadora como BN Vital afirman que cuentan con intensas estrategias de capacitación a sus asesores de ventas, para que den un buen acompañamiento a los afiliados.
“Nosotros ni siquiera les llamamos promotores de ventas. Les llamamos asesores patrimoniales, porque juntamos el patrimonio que usted está armando en el IVM, lo sumamos al patrimonio que usted ya tiene en el ROP y, ahora sí, ¿qué brecha le queda? Eso usted lo puede llenar con una pensión voluntaria”, concluyó el gerente de BN Vital.
Para Nogui Acosta, de la Supén, es necesario establecer esquemas que permitan a los ciudadanos “construir su pensión”, área en la cual considera que las operadoras “han sido omisas”.
“Los (planes) voluntarios son una buena opción por dos razones: tienen beneficios fiscales y, a diferencia del ROP, que es complemento del régimen básico, usted lo puede retirar a los 57 años”, comentó.
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Una historia de altibajos
El actual repunte de aportantes a los planes voluntarios de pensiones está precedido por una caída, entre 2006 y 2012, ocasionada por varios factores.
La primera de las causas de ese descenso fue una crisis de los fondos de inversión en el 2004, la cual se originó debido a que uno de los títulos emitidos por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) se negoció en la Bolsa Nacional de Valores a un precio menor al de referencia.
Eso provocó que los inversionistas optaran por retirar sus recursos, entre ellos muchas de las personas que tenían planes voluntarios de pensiones.
Adicionalmente, en el 2008, por disposición del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), se separaron los planes voluntarios en dos: planes A y planes B, división que rige en la actualidad.
Los planes A son los que ya están maduros y sus dueños pueden retirar los recursos en cualquier momento, pues ya cumplieron 66 meses de haberse suscrito, el tiempo mínimo de acumulación .
Los planes B no han superado los 66 meses. Están en proceso de maduración y, por lo tanto, todavía no se pueden retirar.
Esa división generó una disminución en la rentabilidad y, de nuevo, muchos corrieron a retirar sus planes de pensiones voluntarias.
A ello se sumó la recesión iniciada en Estados Unidos en el 2008, que tuvo impacto en este tipo de fondos entre ese año y 2009, principalmente.
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