El director de Inteligencia y Seguridad Nacional (DIS), Roberto Solórzano Sanabria, dimitió ayer al cargo, tras el escándalo por presuntas estafas bancarias en el cual está involucrado el subjefe de esa dependencia.
Solórzano entregó su carta de renuncia al ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias.
Ambos jerarcas sostuvieron una reunión en la Casa Presidencial y al final, Arias dijo: “Hemos llegado a la conclusión de que era prudente que él (Solórzano) dejara su puesto”.
En su lugar, el Gobierno nombró al viceministro de la Presidencia y de Seguridad, José Torres.
Solórzano estaba al frente de la DIS desde el 8 de mayo del 2006.
El caso. La Fiscalía de Fraudes y la Policía Judicial allanaron el 19 de noviembre la oficina del jefe de operaciones y subdirector de la DIS, Roberto Guillén.
A Guillén las autoridades le atribuyen formar parte de una organización delictiva, que desde el 2007 se dedicaba supuestamente a saquear cuentas corrientes de empresas y personas mediante el robo y la falsificación de cheques.
Los presuntos fraudes ascienden a unos ¢200 millones y la Policía identificó a una 14 personas y empresas perjudicadas. Las autoridades judiciales arrestaron a nueve personas por estos delitos, entre ellos el subjefe de la DIS.
Guillén y otros seis sospechosos estuvieron detenidos 24 horas. El Juzgado Penal de San José los puso en libertad con la condición de que se presenten a firmar cada mes y no se acerquen a las víctimas. Dos continúan presos.
‘Negligencia’. En su carta de renuncia, Solórzano acepta que “hubo negligencia en el manejo de la clave de DATUM”, en la subjefatura de la DIS.
El OIJ acusa a Guillén -suspendido del cargo-, de usar una clave de la base de datos Datum. Net en Internet para obtener información.
Mediante la clave de acceso a Datum. Net registrada a nombre de Guillén se hicieron desde su despacho en la DIS y otras oficinas consultas sobre personas que luego resultaron estafadas por la banda.
Con los datos de residencia, teléfonos, propiedades, vehículos, fotografía y sociedades, los sujetos ingresaban a Internet y suplantaban las identidades en los bancos con el fin de obtener las fórmulas de cheques o sustraer de las empresas las fórmulas.
Luego, el grupo falsificaba las firmas así como los documentos requeridos para sacar el dinero.
Arias calificó de “lamentables” los hechos sucedidos en la DIS.
Solórzano dice en su carta de renuncia que lo ocurrido le ha “mortificado profundamente y ha afectado mi salud, ya de por sí deteriorada por la muerte de mi hijo”.