Rodolfo Piza Rocafort, excandidato presidencial del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), tendrá un papel preponderante en el gobierno de Carlos Alvarado al asumir una posición incómoda como ministro de la Presidencia, desde la cual tendrá que negociar acuerdos con partidos políticos y grupos de presión, lo que, a su vez, lo puede convertir en blanco fácil de críticas y ataques.
Piza, quien sirvió de puente entre los socialcristianos y el Partido Acción Ciudadana (PAC) para ofrecer una opción conjunta en la segunda ronda electoral, sostiene que no le interesaba estar "donde sea fácil" ahora que puede concretar la idea del "gobierno nacional" que promovió junto al hoy presidente electo.
Pasada la primera ronda, Piza, de 59 años, envió a los candidatos que disputarían la segunda ronda, Carlos Alvarado y Fabricio Alvarado (candidato de Restauración Nacional), una lista de 10 ejes temáticos con 96 puntos que quería negociar con ellos.
El excandidato socialcristiano reclamaba compromisos en ética y lucha contra la corrupción, defensa de valores familiares, libertad, igualdad, empleo, desarrollo económico y medidas rigurosas para frenar el crecimiento del gasto público, así como concesión de obra pública e impulsar la primera línea de un metro.
Luego de conversar con ambos aspirantes e intercambiar cartas, principalmente con el candidato del PAC, Piza se decantó por firmar una alianza con Carlos Alvarado, una alianza en la que ambos debieron ceder.
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El candidato de Gobierno, por ejemplo, se comprometió a suspender, para revisión, ciertos contenidos de los programas del Ministerio de Educación Pública (MEP) para la Sexualidad y Afectividad, los cuales habían sido blanco de críticas en la campaña. Además, renunció por escrito a su idea de impulsar un IVA superior al 13%.
Días después, ambos dieron a conocer que la economista Edna Camacho, excandidata a vicepresidenta de Piza, sería la coordinadora económica del gobierno. Camacho fue además viceministra de Hacienda en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) y presidenta de la organización de pensamiento económico, Academia de Centroamérica.
Asimismo, dieron a conocer que el empresario André Garnier sería el ministro de coordinación con el sector productivo.
Era evidente que ambos debieron ceder y que Piza cuajó un acuerdo político con Alvarado, el cual se plasma en el gabinete anunciado este 26 de abril.
A partir de allí, Piza subió a las tarimas de campaña junto a Carlos Alvarado, pronunció discursos, efectuó actos para pedir votos e, incluso, transmitió una cadena nacional para explicar su decisión, aunque ello le costara cierta división en el PUSC, pues otra parte de la dirigencia apoyó a Fabricio Alvarado.
Ahora, a las puertas de ser el ministro de la Presidencia, Piza afirma: “Yo espero ayudar donde pueda aportar algo de puente entre la sociedad y los distintos sectores, que el gobierno salga adelante y pueda cumplir las metas, hay muchos espacios donde se puede lograr ese objetivo”.
Rodolfo Piza es un abogado constitucionalista. De hecho, es hijo del expresidente de la Sala Constitucional, Rodolfo Piza Escalante (fallecido en el 2002), una persona que marcó su vida y su derrotero.
Según reseñó La Nación hace poco más de cuatro años en una semblanza, el magistrado Piza Escalante se apoyaba con frecuencia en su hijo, quien incluso tuvo el particular privilegio de revisar sus borradores de sentencia. “A él le gustaba que yo le hiciera de sparring para prepararse para la gran batalla”, recordó en aquel momento Piza Rocafort, quien a la vuelta de los años también seguiría la ruta paterna hacia el tribunal constitucional, al cual llegó como magistrado suplente en el 2009.
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“Quisiera calzar los zapatos de él. Yo podría haber dejado esta batalla, pero no me atrevería a darle la cara a papá, no podría”, declaró en ese momento el hoy ministro de la Presidencia designado.
Piza también fue presidente de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) entre 1998 y el 2002, en el gobierno de Miguel Ángel Rodríguez.
Casi 10 años después de los escándalos de los expresidentes del PUSC del 2014, que le valieron a ese partido una fuerte derrota en el 2006 y un cuarto puesto en el 2010 con solo un 3,8% de los votos, Piza se presentó como precandidato presidencial para el 2014.
Aunque perdió la convención interna frente a Rodolfo Hernández, este último renunció a su candidatura y Piza asumió entonces el puesto, obteniendo un quinto puesto con el 6% de los votos.
En el 2017 le ganó la convención al diputado Rafael Ortiz y en la primera ronda electoral de febrero pasado quedó en cuarto lugar, con un 16% de los votos. De ahí, saltó a la alianza con Carlos Alvarado.