El excandidato presidencial de la Unidad Social Cristiana (PUSC), Rodolfo Piza, está "anuente" a aceptar un puesto en el Gabinete del presidente electo, Carlos Alvarado.
La única consideración que haría, dijo durante una entrevista con La Nación el jueves pasado, es que ese cargo en el Gobierno sea acorde con sus competencias profesionales. Piza es abogado de profesión. Ha sido magistrado suplente de la Sala Constitucional e integrante de varias comisiones de notables sobre reforma del Estado.
El político socialcristiano afirma que la mayoría de las bases de su partido apoyaron en las urnas a Carlos Alvarado, aunque comparte la tesis de que su acuerdo de 10 ejes y 93 puntos con el futuro gobernante no es "un cheque en blanco".
–Sobre su acuerdo con Carlos Alvarado, ¿en cuál de los ejes o puntos que lo componen usted creyó que no iba a ser posible cerrar una negociación con éxito?
–En ninguno, el diálogo nunca se dificultó. En los 26 puntos económicos hubo un acuerdo prácticamente total. Por ejemplo, nuestra propuesta acerca de la Alianza del Pacífico (bloque comercial y político integrado por Chile, Colombia, Perú y México, del cual Costa Rica es país observador) es que se respeten los acuerdos comerciales bilaterales con esos países (...). No fue difícil un acuerdo ni en esos temas ni en los sociales, de seguridad, en los temas éticos o de familia. Hubo complementos. Hay matices en cuanto si se aplica el matrimonio igualitario o la unión civil.
–¿Está unida la casa de la Unidad Social Cristiana? Hubo críticas de parte de copartidarios por su decisión de negociar y llegar a acuerdos con el Partido Acción Ciudadana (PAC).
–Mire, diferencias puede haber, pero no conflictos. Yo creo que la fracción al final va a trabajar unida para sacar adelante este país y va a ir entendiendo, cada día más, la necesidad de tener un gobierno nacional para llegar a acuerdos que permitan sacar adelante a Costa Rica.
–Le pregunto esto porque un grupo de exjerarcas públicos de su partido, al momento de firmar una declaración conjunta con Fabricio Alvarado, afirmaron que ese sí era un verdadero acuerdo, no como el suyo con Carlos Alvarado, que dependía del nombramiento de personas en puestos públicos.
–El acuerdo es lo que está escrito. A mí me hubiera gustado que ellos llegaran también a un acuerdo con el nivel de detalle de programas, porque hubiera sido más valioso para saber de qué estábamos hablando. En la época de campaña se exacerban los argumentos, obviamente sí hay un acuerdo, por disposición propia de don Carlos. Él me preguntó que si podía incorporar gente nuestra (a su Gabinete) y yo accedí con mucho gusto. A mí me parece que esa es una gran vía, buscar a la mejor gente, venga de donde venga.
–En el plenario del Congreso, durante una intervención, Otto Guevara (Movimiento Libertario) dijo que la diputada socialcristiana Rosibel Ramos le había informado de que usted y Alvarado tienen un acuerdo para que tres cuartas partes del Gabinete las ocupen miembros del PUSC. ¿Es cierto?
–No, eso es parte del discurso político. No, sí hay voluntad de nombrar a la mejor gente que estaba en los equipos de gobierno, pero también hay la voluntad de incorporar a gente de Restauración Nacional, de Liberación Nacional y de otros partidos políticos. Desde que se planteó el tema del gobierno nacional, se suponía que eso es parte de un acuerdo. Entonces, ahí la clave son las personas, quiénes son los mejores músicos para tocar esta partitura.
–El próximo jefe de fracción de su partido, Erwen Masís, dijo que la futura bancada "no le firmará un cheque en blanco al PAC", al referirse al pacto que usted firmó con Carlos Alvarado ¿Esa es una señal de advertencia para usted?
–Creo que ningún acuerdo es un cheque en blanco. Si se cumple, es como miel sobre hojuelas.
–Es la primera vez que un gobernante expresa su voluntad de conformar un gobierno nacional en lo que va de la segunda República. Por lo novedoso del experimento y su trascendencia en la vida política, ¿cuál es la amalgama clave para que ese gobierno se mantenga unido durante los 4 años?
–Lo primero es comprometerse con la agenda, porque si usted no se compromete con esa agenda del presidente, lo demás va a ser un conflicto. Eso no quiere decir que no podrá haber diferencias, podría haberlas. Eso es lo esencial y la clave, y por supuesto, que el director de orquesta, que es el presidente, con el apoyo del ministro de la Presidencia, debe descubrir lo que nos une, dejar de lado lo que nos separa y avanzar decisivamente en aquello que nos une. Los gobiernos se deben echar pulsos, pero hay que escoger cuáles pulsos.
–¿Dan ustedes garantías de que la discrepancia dentro del gobierno nacional va a ser mínima?
–No hay garantías de ausencia de discrepancia. La vida política obliga a ello, lo que pasa es que no se debe sobredimensionar.
–¿Don Carlos le consulta a usted sobre los nombramientos que debe hacer? ¿Le pide consejo?
–A veces me pregunta, y le pregunta a otras personas, a la gente de su propio partido, quiénes podrían ser los mejores para hacer esto. Y esa es la pregunta que yo creo que debe hacerse cualquier presidente.
–Llegado el momento de nombrar al Gabinete, ¿será necesario que el presidente Alvarado someta a debate los nombres con usted u otros aliados en busca de un consenso, o él tendrá la última palabra sin riesgos de veto?
–Al final la decisión depende del presidente de la República. Él entenderá, él sabrá. La Constitución le da esa potestad y uno elige al presidente para confiar en él. Que él pida consejo es una cosa, pero no está sujeto a visto bueno. Un gobernante bueno pide consejo, pero no acepta instrucciones.
–¿Ya recibió alguna oferta formal de parte del presidente electo para que lo acompañe en el Gabinete?
–Todavía formalmente no. Él toma la decisión de acuerdo al equilibrio de su Gabinete. Estoy anuente a aceptar un cargo si yo creo que está dentro de mis competencias y puedo ser de verdad útil y si él considera que puedo ser útil en esas competencias.
–¿Hay algún ministerio en particular que en este momento les preocupe más que otro en cuanto al nombramiento de su jerarca?
–Hacienda, en este momento, es vital. Es vital porque, primero, tenemos que dar una señal de tranquilidad, de que se va a controlar el déficit fiscal de verdad.
"El Ministerio de Educación es muy importante y él lo ha señalado. La Presidencia Ejecutiva de la Caja Costarricense del Seguro Social es muy importante, Relaciones Exteriores, el Ministerio de la Presidencia son importantes, así como Seguridad Pública, por los niveles de inseguridad que tenemos".
–¿Hubiera dado su apoyo a Carlos Alvarado sin un acuerdo de agenda de por medio?
–Yo no creo en acuerdos políticos que simplemente son para la fotografía. En los países europeos, lo primero que se hace cuando se llega a un acuerdo de coalición es tener una agenda común.
–Usted señaló, hace cerca de un año, que estaba de acuerdo con el pacto de gobierno nacional que promovió Ottón Solís (PAC) entre nueve partidos ¿Por qué?
–Porque a este país no lo puede gobernar un partido solo. Y ese mismo concepto tengo que expresarlo ahora, porque esto es lo que yo creo conveniente para el país.
–¿Por qué pacta con Carlos Alvarado y no con Fabricio Alvarado, si usted conversó con ambos aspirantes presidenciales?
–No soy muy amigo del gobierno de un partido confesional. Creo que este país necesita equilibrios y creo que don Carlos los garantizaba de mejor manera en este momento y creo que así va a ser en el Gobierno. Don Fabricio es un buen hombre. Su discurso de aceptación del resultado electoral me parece admirable. Lo respeto mucho.