El presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, tildó de ‘Judas’ a la diputada Luz Mary Alpízar, presidenta del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), que lo llevó al poder, por dar el voto decisivo a favor del resello de la ley para sacar a Costa Rica de la lista de países no cooperantes en materia fiscal con la Unión Europea.
“Marquen mis palabras, lo que hizo Luz Mary Alpízar Loaiza es una traición que yo repudio, que siento rechazo, que me avergüenza, porque eso es ser Judas”, expresó este martes, durante una conferencia de prensa.
“Lo que usted dice que había que actuar, es como justificar un crimen, porque había que actuar y usted hoy se quitó la máscara ante el pueblo de Costa Rica”, continuó diciendo.
El apoyo de Alpízar permitió al Congreso alcanzar los 38 votos necesarios para rechazar el veto parcial que emitió el mandatario, por lo que ya no será necesaria su firma para publicar la ley.
“Perdimos esto por doña Luz Mary; por un voto, hubiéramos ganado; esa es una traición de esa señora en particular que nunca me olvidaré”, expresó.
“La traición es uno de los pecados más grandes (...) que Dios la perdone”, agregó sobre la legisladora, a quien calificó como su “excompañera de batalla”.
En sintonía con Pilar Cisneros
De manera similar se había expresado Pilar Cisneros, jefa de bancada del PPSD, en el plenario legislativo, al gritarle “traidora, traidora” a su compañera de fracción, una vez que se dieron los resultados de la votación.
Cisneros admitió y justificó que llamó traidora a su compañera y presidenta de partido, pues adujo que en ningún momento les avisó que votaría de esa forma y finalmente lo hizo contra la línea del resto de la bancada.
Notable distanciamiento
Esta no es la primera vez que el presidente arremete contra la presidenta del partido de gobierno, de quien se mantiene distanciada.
El pasado 16 de agosto, Chaves dijo que no conversaba con Alpízar y que, si bien la diputada le había solicitado una reunión, él no veía razón para otorgarle el espacio.
“Me la encontré el 25 de julio en Guanacaste, me dijo que tiene mucho de estarme pidiendo una cita, yo no tengo razón para dársela. No hay ningún interés común, no la he visto, no me he reunido con ella ni pienso en reunirme, porque mi tiempo es valioso”, había indicado.
Asimismo, el presidente respaldó la decisión de los otros nueve parlamentarios que integran la bancada del PPSD de no renunciar a la fracción oficialista, aunque hayan manifestado un apoyo público a la agrupación política Aquí Costa Rica Manda.
“Yo no vi a los nueve diputados que sí representan los intereses del gobierno en la Asamblea decir que ellos están fuera del partido. Ellos dijeron que, fundamentalmente, no apoyan los objetivos electorales de ese partido (el PPSD), está bien”, indicó.
Esta situación generó que el pasado domingo la Asamblea Nacional del PPSD pidiera al grupo de los nueve presentar su renuncia, por considerar que están incurriendo en doble militancia, para lo cual fijaron un plazo de una semana; de no acatar la solicitud, se iniciarán los procesos administrativos en los órganos internos para su correspondiente separación.
En marzo, el presidente también apoyó el voto de censura que emitieron ocho compañeros de la bancada Progreso contra Alpízar, por considerar que con sus votos se ha apartado de la línea del Poder Ejecutivo.
“Tengo que reconocer que, en lo personal, nos hemos distanciado cada vez más por temas como los que se mencionan: votar en contra de cosas del movimiento, del Gobierno, de los que queremos cambiar el país. A mí me ha parecido bastante extraño, para usar palabras diplomáticas”, declaró Chaves en esa ocasión
Señalamiento contra los 38
Chaves calificó de “cínico”, “vergonzoso” y “antipatriótico” el voto de los 38 diputados a favor del resello y aseguró que, con dicha actuación, los legisladores perdieron la autoridad moral para seguir hablando sobre el combate contra la evasión y la elusión fiscal.
El mandatario vetó del proyecto de ley una reforma al artículo 1 de la Ley de Impuesto de Renta, que imposibilita a Tributación el poder cobrar el impuesto a personas y empresas reales por ganancias obtenidas en el exterior, aunque el capital invertido haya sido generado en Costa Rica.
Según el Gobierno, este cambio generaría una pérdida ¢36.000 millones que están en disputa con contribuyentes que generaron recursos en el exterior.