Desde diciembre del año pasado, el presidente Carlos Alvarado pasó de recibir un salario bruto de ¢5.043.000 a uno de ¢4.793.000; es decir ¢250.000 menos por mes, tras la aprobación de la reforma fiscal.
El rebajo obedece a que Casa Presidencial dejó de reconocerle a Alvarado los gastos de representación que los mandatarios solían recibir y que él percibió entre mayo del 2018 y noviembre del mismo año, según consta en su historial de pagos facilitado por Zapote a La Nación.
Pese a que la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas incluyó un transitorio que señala que ningún salario podría ser disminuido con la entrada en vigencia de la reforma fiscal, el mandatario solicitó que se aplicara estrictamente lo que indica el artículo sobre el salario del presidente.
El recorte se hizo sin consultas al rector de empleo público, el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplán).
El artículo 41 de la reforma fiscal prohíbe el pago de gastos de representación y gastos confidenciales para el presidente de la República.
Además, se establece que el salario del mandatario no puede superar 25 salarios de la categoría más baja de la administración pública, lo cual equivaldría el día de hoy a unos ¢6,9 millones; sin embargo, ese tope no aplica para el cual presidente, sino para los posteriores.
Alvarado solicitó personalmente la exclusión del rubro de gastos de representación el 13 de diciembre de 2018, nueve días después de la entrada en vigencia de la ley fiscal. Lo hizo en un oficio dirigido al jefe de Recursos Humanos de Casa Presidencial, Miguel Goñi.
"Respetuosamente, me permito solicitarle que, a partir de la segunda quincena del mes de diciembre, se excluya de mi salario el pago por concepto de gastos de representación.
“Asimismo, considerando que la norma citada entra en vigencia posterior a la fecha establecida para el cierre de la quincena del año en curso, solicito se realice un análisis correspondiente para aplicar lo establecido en la norma respecto a gastos de representación y gastos confidenciales”, indica la nota firmada por el mandatario.
Según confirmó Casa Presidencial, Alvarado recibió el salario completo con gastos de representación en la primera quincena de diciembre, por lo que el mandatario devolvió 11 días correspondientes a ese rubro del 5 al 15 de diciembre.
Para la segunda quincena de diciembre, el componente fue eliminado del todo.
Con este rubro menos, salario de Alvarado quedó compuesto por una base de ¢2.842.000 más el pago por prohibición de ¢1.882.000. Este último plus está definido en la Ley contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública y es de un 65%.
Su salario, al igual que el resto de los funcionarios públicos, está sujeto a los rebajos de ley, como impuesto de renta y seguro social.
El impuesto de renta, de hecho, aumentó para los sueldos superiores a ¢2,1 millones.
Para un salario de ¢4.793.000, como el del presidente, el impuesto de renta subió de ¢577.300 a ¢741.200, es decir, casi ¢164.000 más.
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Mientras el salario del presidente se vio afectado, otros mantienen sus complementos intactos, como los diputados, que reciben por mes ¢4 millones, de los cuales ¢1 millón son por gastos de representación y el resto por dietas.