La partida de salarios en el Presupuesto Nacional del 2022 presenta un decrecimiento histórico, contrario a la tendencia de aumento de los últimos años.
El egreso en remuneraciones propuesto por el Gobierno implica una caída del 0,3% en comparación con el presupuesto del 2021, lo cual equivale a un recorte de casi ¢8.000 millones. Además, de concretarse la aprobación de los presupuestos extraordinarios V y IV de este año, la reducción sería hasta de un 2,1%.
Tales estimaciones fueron hechas por la Contraloría General de la República (CGR) al analizar el Presupuesto Nacional presentado por el Ministerio de Hacienda para el 2022. Según el estudio, el gasto en remuneraciones rompe el comportamiento evidenciado en el periodo 2012-2021, en el que esta partida creció a un ritmo del 5,5% anual.
Del 2012 a 2018 se evidenció un mayor dinamismo para este rubro: el incremento promedio anual rondaba el 7,1% (unos ¢143.842 millones anuales más por año), mientras que para el 2019 apenas creció un 0,4%.
Desde el 2019, cambió la tendencia a causa de un menor dinamismo en las subpartidas de salarios base e incentivos salariales, luego de la aplicación de medidas de contención del gasto como las ordenadas por la reforma fiscal. Tal es el caso de la nominalización de los pluses.
Además, la regla fiscal aprobada en el 2018 establece que, cuando el endeudamiento público sea igual o mayor al 60% del PIB, no se realizarán incrementos por costo de vida en el salario base de los funcionarios públicos, ni en los demás incentivos salariales. Debido al alto endeudamiento que tiene el Gobierno actualmente, esta medida está en aplicación desde este año.
Para el 2022, un 24,1% del Presupuesto Nacional se dirigirá a remuneraciones; de ese porcentaje, más de la mitad se destinará a los salarios que paga el Ministerio de Educación Pública (MEP).
Disparidades se mantienen en pluses
Si bien las subpartidas de remuneraciones presentan una disminución en el monto presupuestado, los incentivos salariales siguen tendiendo al alza mientras que el decrecimiento se enfoca principalmente en la disminución de salarios base.
“La relación entre incentivos salariales y remuneraciones básicas muestra un aumento con respecto a la ley de presupuesto 2021, debido a que el decrecimiento de las remuneraciones básicas es mayor al de los incentivos salariales”, indicó Contraloría.
Para el 2022, por cada ¢100.000 de remuneraciones básicas, el Gobierno planea pagar ¢107.629 en incentivos salariales.
En relación con lo anterior, solo nueve instituciones gastarán menos en incentivos que en salarios base; tal es el caso del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Comercio Exterior.
Por otra parte, hay 15 títulos presupuestarios que gastarán más en pluses que en salarios base, siendo la Defensoría de los Habitantes la institución que encabeza la lista con ¢179.000 en pluses por cada ¢100.000 de salario base.
Le sigue el Poder Judicial que pagará ¢151.985 en incentivos salariales por cada ¢100.000 en remuneraciones básicas.
“Estos esfuerzos de contención no eliminan las disparidades salariales históricamente presentadas en el Gobierno de la República, ya que la relación incentivos salariales/remuneraciones básicas, sigue en aumento si se compara con los índices presentados en los presupuestos iniciales 2008-2021. Lo anterior refleja la necesidad de cambios estructurales que lleven a la uniformidad salarial”, dice el informe.
Salarios e incentivos absorben el 80,9% de los recursos asignados por el Gobierno para las remuneraciones.
Por otra parte, pese a las disparidades de estas subpartidas, se presentó un decrecimiento en el monto presupuestado para el 2022 en remuneraciones básicas e incentivos salariales, producto de medidas implementadas para contener el gasto.
“Este comportamiento es contrario a lo registrado en años anteriores, ya que desde el 2008 estas subpartidas en conjunto, habían presentado un comportamiento promedio creciente de ¢115.998 millones al año”, expresó el ente contralor.
El gasto asociado a salarios base para el 2022 equivale a ¢1.079.200 millones, lo que implica una reducción de ¢12.800 millones en comparación con el presupuesto inicial del 2021 y de ¢13.670 millones con el presupuesto aprobado al mes de agosto 2021.
“Si se compara el comportamiento histórico de los recursos incorporados en los presupuestos iniciales del periodo 2012-2020 para incentivos salariales y remuneraciones básicas, se evidencia que dichas subpartidas presentan un menor dinamismo en su crecimiento desde el año 2019″, agrega el análisis.