San José
"Vea qué tristeza de país: hoy todo el mundo está contento (con la decisión del Gobierno de retirar la agenda fiscal), los sindicatos porque se frena la reforma al empleo público y los empresarios porque no habrá más impuestos. Y al país, que se lo lleve la trampa".
Así reaccionó la diputada Sandra Piszk, de Liberación Nacional (PLN), ante una jornada que quedará marcada en el calendario del gobierno del presidente Luis Guillermo Solís.
Este jueves, el Ejecutivo anunció que desconvocará de la agenda del Congreso su plan fiscal, el cual incluye aumentos en los impuestos sobre las ventas y la renta, así como una propuesta de regla fiscal para limitar el gasto público y castigar a quien viole ese tope.
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De paso, Zapote aprovechó la debacle de su plan tributario para sacar del Congreso la reforma al empleo público que limitaría los pluses salariales.
El retiro será al menos de aquí al 30 de abril, cuando finalizan las sesiones extraordinarias en las que el Ejecutivo maneja la agenda de los diputados.
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La autora de esa propuesta de ley es, precisamente, Sandra Piszk. La diputada no se guardó señalamientos ante la decisión del Gobierno.
Afirmó que el Poder Ejecutivo "agacha la cabeza" ante los líderes de los sindicatos que amenazaron con una huelga general si los diputados seguían discutiendo el plan de empleo público y que Zapote contribuye a debilitar al Parlamento y renuncia al poder de mando que le otorgaron los votantes.
Tampoco escatimó reproches hacia sus compañeros de curul. Piszk fue especialmente dura con los diputados del Frente Amplio (FA), bancada que respaldó a los sindicalistas que alzaron la voz contra el proyecto que pretendía ordenar el empleo público y calificar más rigurosamente el desempeño de los funcionarios estatales.
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Este jueves se hizo pública la carta en la que 22 diputados le solicitaron al Gobierno desconvocar el proyecto de ley y se comprometieron con los sindicatos a no darle vía rápida a ninguna iniciativa de ese tipo. Diez eran del PAC, ocho del Frente Amplio, dos del PUSC, uno de Renovación y una era la independiente Carmen Quesada.
"Es muy triste que 22 diputados se presten a inhibirse de discutir un proyecto por presiones sindicales. El miércoles me advirtieron de que los diputados que son el enlace entre el Gobierno y los sindicatos andaban buscando las firmas para la carta en la que pedían la desconvocatoria del proyecto. Sin embargo, pensé que no era posible que el Gobierno nos impidiera discutir las cosas. Cuando les consulté a varios diputados del FA si ellos se prestarían a firmar una carta que impedía el debate del proyecto, me dijeron que no, aunque estuvieran en desacuerdo con él y hoy me encuentro sus firmas en la carta", reclamó la diputada quien fue ministra de Trabajo durante el Gobierno de Laura Chinchilla (2010-2014).
Piszk afirmó que, como demócrata, considera inaceptable que los líderes del Bloque Unitario Sindical y Social Costarricense (Bussco) comparecieran ante la Comisión de Asuntos Sociales del Congreso, que discute el proyecto de empleo público, para amenazar con una huelga general si los diputados seguían avanzando con el debate.
"Respeto muchísimo la democracia de la calle cuando un proyecto está a punto de aprobarse, pero este apenas empieza su discusión y todavía podría sufrir muchos cambios. De hecho, algunos los hemos discutido con connotados abogados laboralistas cercanos a la izquierda. Es inaceptable, ojalá dejemos de sucumbir ante las presiones sindicales y empresariales", recalcó Piszk.
Pero desde esta última acera este jueves también se lanzaron obuses contra la administración Solís Rivera por su decisión de, prácticamente, renunciar al debate sobre el ahorro en pluses y al aumento de impuestos, condicionados los últimos por la oposición a la aprobación del recorte en beneficios salariales.
Para la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (Uccaep), la movida de Zapote da para calificar al Gobierno de Solís como "incongruente e irresponsable".
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Víctor Ruiz, presidente interino de la Uccaep, dijo que al sector patronal no lo dejan de sorprender las contradicciones en que incurre la administración actual.
"El Gobierno clamó por la aprobación de un paquete de proyectos para paliar el déficit fiscal que enfrentaba el país y su mensaje de amenaza de un panorama 'apocalíptico' de no aprobarse los mismos fue constante y contundente durante todo el 2016. Hoy, el ministro de Hacienda (Helio Fallas) asegura que la economía se mantendrá como el año anterior, contradiciendo todo su discurso", reprochó el vocero del sector empresarial.
Desde la Uccaep también le reclamaron a Luis Guillermo Solís por aflojar ante las amenazas de los sindicatos.
"¿Cómo ceden tan fácilmente a las presiones de sectores sindicales, cuya única propuesta es paralizar el país si se avanza en la discusión del proyecto de empleo público? (...) Hoy nuevamente se contradicen mostrando un mal manejo político, desperdiciando tiempo valioso en discusiones que, al final de cuentas, no tenían ningún norte ¿No es que con Costa Rica no se juega?", cuestionó el dirigente, valiéndose de una de las frases que más utilizó Luis Guillermo Solís durante la campaña política del 2014.
Pese a la decisión del Poder Ejecutivo de hundir el buque que transportaba su agenda fiscal, Sandra Piszk dijo que no se debe dar por muerta la posibilidad de que antes de que acabe el actual periodo constitucional 2014-2018 se logre una reforma al empleo público.