El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) calificó de mito la creencia de que en Costa Rica existe una sobrepoblación de cocodrilos. La institución afirmó que no hay registros que sustenten un supuesto exceso de estos reptiles. Los números, más bien, muestran una recuperación de la especie.
Así lo indica un documento remitido por el Minae a La Nación, luego de que este medio solicitara los resultados del estudio ordenado por el presidente Rodrigo Chaves, desde el 16 de agosto del 2023, sobre las poblaciones de cocodrilos en el territorio nacional y su distribución.
Cuando anunció el estudio, el mandatario argumentó que el tema de los cocodrilos “se nos está saliendo de las manos”. Le encomendó la tarea al ministro de Ambiente, Franz Tattenbach.
El resultado fue publicado en el folleto número 24 de la iniciativa Costa Rica Silvestre, una plataforma digital desarrollada por el Minae, en conjunto con la Humane Society International/Latin America (HSI/LA) y otras instituciones estatales, así como no gubernamentales.
El proyecto ofrece información sobre cómo las personas pueden prevenir, atender y resolver algunas interacciones con la fauna silvestre. Asimismo, contiene materiales educativos, videos y otros recursos que pueden ser consultados por la población.
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El documento señala que “los cocodrilos y caimanes son parte de los animales más incomprendidos y temidos, y son a menudo el centro del sensacionalismo”.
“Desgraciadamente, las ideas sumamente negativas que se tienen de ellos provocan que algunas personas les hagan daño o los maten, produciendo una gran alteración en nuestros ecosistemas”, dice el texto.
La oficina de Prensa del Minae indicó que, para la elaboración del estudio, se contó con el apoyo de expertos de la Universidad Nacional (UNA). Asimismo, se tomó en cuenta información generada durante 40 años de investigación en el país, así como publicaciones científicas y datos actualizados.
“Se determinó que hay lugares en donde confluyen comunidades humanas y población de cocodrilos que implican un mayor riesgo de interacciones negativas, por lo que un grupo de trabajo está desarrollando una hoja de ruta, que estará lista en este 2024, para prevenir y atender las interacciones negativas con esta especie”, añadió la oficina ministerial.
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El estudio fue solicitado luego que Jesús López Ortíz muriera el 29 de julio de ese año, al ser atacado por un cocodrilo mientras se bañaba en el río Cañas de Santa Cruz, en Guanacaste.
Si bien Chaves dijo que no iba a prejuzgar el resultado, indicó que, en caso de que este concluyera que hay que controlar las poblaciones, sería una conversación muy difícil porque “aquí hay grupos extremistas”
Por su parte, el jerarca de Ambiente aseguró que el análisis permitiría determinar “las avenidas que hay, técnicas y legales, para el control de su población y disminuir al mínimo la posibilidad de accidentes que impliquen vidas humanas”.
“Vamos a tener un menú de opciones de cómo lidiar con el problema, si es que hay un problema y si hay sobrepoblación, que probablemente en algunos lados los habrá, en otros no. Hay medidas de control de poblaciones; otros países las tienen, desde captura, movimiento y relocalización de animales, hasta, en algunos casos, sí puede haber lo que llaman cierta eliminación de poblaciones o eliminación de poblaciones”, expresó Tattenbach.
En junio pasado, el canciller Arnoldo André dijo que, en los ríos del país, existe una sobrepoblación de cocodrilos y cuestionó la prohibición absoluta de la cacería de animales silvestres en Costa Rica.
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Especies son importantes para la economía del país y los ecosistemas
El folleto elaborado por el Minae explica que, en Costa Rica, existen dos especies de crocodílidos: el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y el caimán, cuajipal o guajipal (Caiman crocodilus). Estos especímenes habitan a lo largo de las costas del Caribe y Pacífico de nuestro país y en la zona norte.
La información destaca la importancia que estos animales tienen para la economía nacional y la sostenibilidad del medio ambiente. Por ejemplo, indica que traen muchos beneficios a la economía del país, principalmente a comunidades costeras, “ya que muchos turistas nacionales e internacionales se trasladan a las zonas donde habitan para admirarlos mediante tours de observación”.
Sobre el rol de los cocodrilos y caimanes en los ecosistemas, el estudio explica que constituyen un factor clave para ayudar a mantener entornos ecológicamente equilibrados.
“Aunque son los depredadores más importantes de los hábitats en donde viven, están amenazados, ya que sus actividades han empezado a traslaparse con las de los humanos, en lo que denominamos interacciones negativas, que son aquellas situaciones que generan alguna consecuencia negativa para los animales de fauna silvestre o para el ser humano”, advierte.
Entre las interacciones del ser humano que más impactan a los caimanes y cocodrilos, el folleto señala la pérdida de hábitat, la contaminación de las aguas, la cacería, el tráfico de sus partes (como su carne, colmillos o pieles) y las actividades inapropiadas que se pueden presentar en el sector turismo, como proporcionarles alimento.
Igualmente, el informe recuerda que matar, capturar y trasladar a estos reptiles —sin autorización— constituye un delito según la Ley de Conservación de Vida Silvestre.