Solo siete candidatos presidenciales están a favor de que la vacunación contra la covid-19 sea obligatoria. Cinco de estos aspirantes respaldan la medida al 100%, mientras que dos la apoyan bajo ciertas condiciones. Otros 16 candidatos creen que la inmunización es necesaria, pero se oponen a la aplicación imperativa. Finalmente, algunos políticos del todo no creen en la vacunación.
En cuanto al uso del código QR como herramienta para verificar que solo personas vacunadas ingresen a los comercios, el apoyo entre los candidatos presidenciales es más reducido: solo tres de los 25 dijeron estar de acuerdo con tal disposición.
Al cierre de este artículo respondieron las preguntas sobre vacunación y código QR todos los aspirantes, excepto Christian Rivera, de Alianza Demócrata Cristiana (ADC); y Greivin Moya, de Fuerza Nacional (FN).
Quienes sí están a favor de la vacunación obligatoria son Lineth Saborío, del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC); José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN); Welmer Ramos, del oficialista Partido Acción Ciudadana (PAC); y Rodolfo Hernández, del Partido Republicano Social Cristiano; Luis Alberto Cordero, del Movimiento Libertario (ML); Federico Malavassi, del Partido Unión Liberal (PUL); y José María Villalta, del Frente Amplio (FA). Sin embargo, los dos últimos hicieron salvedades.
Malavassi afirmó que él declararía la obligatoriedad de la vacunación solo para los empleados públicos, no para el sector privado ni para los menores de edad.
Villalta respondió que las autoridades deberían priorizar el diálogo y el acceso a la información entre quienes tienen dudas sobre la seguridad y la efectividad de las inyecciones, para combatir la desinformación.
Vea en este enlace las respuestas de cada uno de los candidatos presidenciales
A favor del código QR
Federico Malavassi, José María Villalta y Luis Alberto Cordero son los tres candidatos que ven con buenos ojos el uso del código QR para controlar el ingreso a los comercios.
Malavassi destacó la posibilidad de que los establecimientos del sector privado decidan a quiénes recibir; Cordero cree que es factible utilizar el código o algún otro mecanismo confiable y Villalta afirmó que puede ser “una medida eficaz si primero se corrigen errores como altos costos, protección de datos, control de falsificaciones y dudas de comercios sobre su aplicación”.
Los demás candidatos desaprueban esta medida por considerar que es burocrática, que no está al alcance de toda la población, que discrimina a algunos habitantes, afecta a los comercios y dificulta la generación de empleo.
Tres alegan ‘desconfianza’ en la vacuna
Tres candidatos argumentaron que se oponen a que la vacunación sea obligatoria porque existe “desconfianza” en las inoculaciones. Se trata de Óscar López, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE); Sergio Mena, de Nueva Generación (PNG); y Óscar Campos, de Encuentro Nacional (PEN).
“Por el criterio experimental que abarca el tema de la producción de vacunas, este asunto no puede ser obligatorio, pues las personas tienen derecho a desconfiar”, alegó López.
En tanto, Sergio Mena justificó su respuesta al decir que, supuestamente, no hay garantía escrita “de quienes la aplican, sobre los efectos y consecuencias” de la vacuna.
Campos arguyó que no confía en la vacunación pues ha visto “mucha evidencia de contracción de la vacuna”. El candidato de Encuentro Nacional y organizador de bloqueos dijo que la “sustancia aún no está registrada como vacuna”, lo cual es erróneo.
Los biológicos contra la covid-19 que se aplican en el país están inscritos como vacunas y tienen el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de las agencias reguladores de medicamentos de Estados Unidos y Europa.
“Conste que me dio covid-19 y lo superé muy bien”, apuntó Campos.
Vacuna sí, pero no obligatoria
Los candidatos presidenciales restantes dijeron creer en la necesidad de que el mayor número de personas se vacunen, pero se oponen a que sea una acción obligatoria.
Para Natalia Díaz, del partido Unidos Podemos (UP), la vacunación es “la ruta correcta”, si se promueve con “incentivos oportunos”. No obstante, calificó de “chantaje” que el Gobierno condicione al sector privado a verificar la condición de sus clientes a cambio de permitirles un mayor aforo en los establecimientos.
Eliécer Feinzaig, del Partido Liberal Progresista (PLP) y Martín Chinchilla, de Pueblo Unido (PU), apelaron al derecho a la autodeterminación de cada persona; mientras que Fabricio Alvarado, de Nueva República, enfatizó en que los pacientes deben dar su consentimiento informado.
John Vega, del Partido de los Trabajadores (PT), dijo apoyar que el esquema de vacunación sea obligatorio, pero insistió en que se opone a despidos o sanciones para los trabajadores no vacunados.
Los demás aspirantes que dijeron apoyar la vacunación contra la covid-19, pero no la obligatoriedad, son Rolando Araya, del Partido Costa Rica Justa (CRJ); Carmen Quesada, del Partido Justicia Social Costarricense; Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático; Rodolfo Piza, del Partido Nuestro Pueblo (PNP); Eduardo Cruickshank, de Restauración Nacional; y Walter Muñoz, del Partido Integración Nacional (PIN).
Maricela Morales, de Unión Costarricense Democrática, dijo estar a favor de la vacunación, pero no especificó si apoyaba o rechazaba la obligatoriedad: “Estamos a favor de la vacunación, aunque como en todo grupo, hay militantes y dirigentes que no la apoyan; sin embargo, la posición general del partido es a favor”.
Roulan Jiménez, del Movimiento Social Demócrata Costarricense (PMSDC), no precisó cuál es su criterio sobre las vacunas. Afirmó que se opone a la vacunación obligatoria y a las restricciones sanitarias para contener el contagio de la enfermedad. Considera que cada persona debe decidir si recibe la inyección: “Que eso no se confunda con el hecho de que somos antivacunas, eso para nada”.
*Colaboraron los periodistas Rebeca Madrigal, Michelle Campos, Natasha Cambronero, Josué Bravo, Juan Diego Córdoba, Fabrice Le Lous y Aarón Sequeira