Asistir al evento político más importante de Costa Rica cada cuatro años: el traspaso de poderes, requiere un traje especial. Hay quienes se inclinan por un atuendo de diseñador, otros por vestimenta con mensaje y están los que apelan a su cultura y la lucen con orgullo.
El cambio de mando de este 2022 no fue la excepción. La plaza de la Democracia dejó a un lado las ventas ambulantes y los transeúntes distraídos y se convirtió en una larga pasarela al aire libre donde hubo tenis, turbantes, una costosa faja, discretos trajes y llamativos vestidos desfilando con destino hacia la Asamblea Legislativa.
Así, a partir de las 8 a. m. entre las banderas que decenas de niños con su respectivo uniforme de la escuela sostenían y ondeaban a ambos lados, se podía ver a los invitados a la actividad caminando mientras les sonreían a ese montón de estudiantes, quienes no tenían la menor idea de quiénes eran aquellas personas, solo sabían que eran “importantes” y que debían saludarlos con un “buenos días”.
Entre los primeros en llegar al lugar estaban los integrantes de la delegación de Emiratos Arabes Unidos, quienes desfilaron por la Plaza de la Democracia con su vestimenta tradicional, el cual incluía una túnica blanca de manga larga hasta los tobillos, junto con un pañuelo para la cabeza en color blanco que complementaba con un agal (un cordón negro), que les ayuda a que este no se les caiga.
Minutos más tarde, fue la delegación de Arabia Saudita la que desfiló con su respectivo traje tradicional. A diferencia de los anteriores, ellos usaban un pañuelo de cuadros en color rojo.
Pero ellos no iban a ser los únicos que mostrarían con orgullo su cultura en el traspaso de poderes, pues allí estaba una pequeña delegación afrocaribeña de Costa Rica desfilando con pomposos y pintorescos trajes, que incluían llamativos turbantes en tonos rojos, amarillos y celestes; blusas con vuelos y enaguas de colores encendidos.
Era una verdadera fiesta cultural y lo que vendría después sería solo una confirmación de ello.
Un total de 18 personas comenzaron su desfile una detrás de la otra, era una delegación que no llevaba saco, corbata o tacones. Por primera vez, en un cambio de mando se contó con representación de las etnias indígenas tales como ngäbes, cabécares, bribris, chorotegas, borucas, malekus y huetares.
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Todos ellos iban detrás de Idalia Andrade Degracia, la primera mujer cacique. Ella, imponente, lució unas grandes plumas al lado derecho de su cabeza y un vestido típico de la zona en color azul con detalles en rojo y blanco. Además, lo complementó con un collar de abalorios turquesa con dorado y negro.
Familia presidencial
Los trajes sobrios y elegantes fueron el ajuar de la nueva familia presidencial durante el traspaso de poderes. Signe Zeicate, esposa de Rodrigo Chaves, destacó por su vestido hasta debajo de la rodilla en color crema. Sobre este, lucía un blazer largo de cinco botones cerrado de seda con pequeños detalles en cinta del mismo color.
Además, al lado izquierdo del pecho llevaba un llamativo prendedor en forma de flor con perlas, que combinaba perfectamente con sus tacones de punta en color beige y una cartera blanco hueso.
Mientras que Chaves lució su ya icónica faja de marca Hermès, que se le había visto anteriormente en otras actividades durante la campaña electoral. Esta faja llama la atención pues su costo ronda los $1.000.
Pero si hubo alguien que llamó la atención en la familia presidencia, fue la pequeña Isabella Chaves Zeicate, hija menor del mandatario. La coqueta niña, siempre sonriente, llevaba sus uñas pintadas de rojo, mientras entre sus manos sostenía un juguete anti estrés y ansiedad Pop It en forma de corazón.
Isabella llevaba un vestido volado con encaje de flores amarillo y la familia apeló por la comodidad de la niña, quien usó tenis blancas. A su lado, su hermana Tatiana, de 19 años, lucía un vestido elegante de color blanco, zapatos altos dorados, con el cabello recogido y discreto maquillaje.
En detalle
Los atuendos con flores pintadas también llamaron la atención en el traspaso de poderes. Tal es el caso de la vicepresidenta de Perú, Dina Boluarte Zegarra, quien se presentó al evento protocolario con un vestido hasta las rodillas en color blanco con un delicado borde de hojas rosadas pintadas sobre la tela. El detalle también se podía apreciar en el blazer blanco con el que acompañó su atuendo.
Algo similar se pudo apreciar a la ministra de Relaciones Exteriores, Erika Mouynes quien lució una falda blanca con aves y hojas pintadas en la tela en tonos rojos y verdes que se apreciaban gracias al color blanco del atuendo.
La ahora exprimera dama, Claudia Dobles, por su parte, lució un sobrio vestido gris que fue diseñado por la artista costarricense Concepción Miranda.
Aunque se quiso conocer más detalles de los vestuarios de varias ministras entrantes como Natalia Díaz y Laura Bonilla, ninguna de las dos accedió a revelar características de los atuendos que eligieron para su juramentación.