El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) considera imposible que en Costa Rica ocurra fraude electoral debido a la cadena de blindaje que se desarrolla desde la impresión de las papeletas electorales hasta la destrucción del material electoral.
“Sobre el particular de fraude electoral, sobre las posibilidades de fraude electoral, yo puedo afirmar categóricamente que el fraude electoral es imposible en Costa Rica; no es que es muy difícil, es que es imposible.
“Entendiendo por fraude electoral torcer la voluntad popular, es decir, que el voto mayoritario sea para el candidato A y el que se declare ganador sea el candidato B, eso es imposible en Costa Rica y es imposible por una serie de controles cruzados que el TSE ha ido incorporando a lo largo de los años y a lo largo de las décadas”, expresó Gustavo Román, vocero del TSE.
Las declaraciones se produjeron este lunes luego de que Pilar Cisneros, diputada electa del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), sembrara dudas sobre la integralidad del sistema electoral nacional al sugerir un posible “chorreo de votos” por parte del Partido Liberación Nacional (PLN) en la segunda ronda.
El sábado, durante una gira por Puntarenas, Cisneros denunció que su rival era capaz de cometer un chorreo de votos. Sin embargo, el domingo, dijo: “Cometí un error al mencionar al TSE, en lugar de citar a los procesos internos partidistas”. Este lunes, negó haberse equivocado y volvió a sugerir que podría haber correo.
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Según el Tribunal, la solidez del sistema electoral costarricense ha posicionado al país como una de las democracias más emblemáticas a nivel mundial, siendo la única en Iberoamérica que, durante 72 años, ha tenido elecciones continuas y sin fraudes.
“Esa experiencia por supuesto que nos ha permitido ir adoptando cada vez mayores controles que son, por cierto, los que hacen que los rankings y los índices internacionales más rigurosos y más prestigiosos califiquen a las elecciones de Costa Rica no entre las mejores de América latina, sino entre las mejores del mundo.
“En el índice de integridad electoral que hace la universidad de Harvard no competíamos con procesos electorales de la región con autoridades electorales o con procesos electorales de la región; no, estábamos en el top 10 con los países nórdicos”, aseguró Román.
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Algunos de los controles que tiene el sistema electoral son la posibilidad de emitir el voto directo y secreto, contar con fiscalización durante el escrutinio, así como el control cruzado entre los electores, participantes y abstencionistas.
“No es por la idiosincrasia costarricense de que tenemos un ADN democrático, ni es por nuestra linda cara; es porque hay una serie de controles verificables y esto es muy importante, que impiden la condición de fraude electoral en el país”, aseveró el experto del TSE.
Sobre los señalamientos realizados por la diputada Cisneros en actos de campaña, Román indicó que, por su política interna e imparcialidad, el Tribunal no entra en debates o discusiones con partidos políticos ni con candidatos.
“Nosotros no estamos compitiendo en la elección; la competencia es entre ellos y estos son los participantes en la elección, los aspirantes.
“La investidura del Tribunal es la del juez y árbitro del proceso; el juez y el árbitro no discuten con las partes, cosa diferente es nuestra responsabilidad ante la ciudadanía a través de los medios de prensa, de dar cuentas del proceso que tenemos a cargo”, agregó Gustavo Román.
En los comicios nacionales de Costa Rica, los observadores electorales internacionales han destacado la solidez del sistema electoral costarricense, así como la convivencia respetuosa y el espíritu de colaboración que predomina entre los distintos actores del proceso electoral.
En particular, las misiones enviadas por la Organización de Estados Americanos (OEA), por ejemplo, señalan el alto nivel de profesionalismo y de pericia técnica con que el TSE organiza los procesos de elecciones nacionales y legislativas.