El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) se comprometió a garantizar la seguridad y confiabilidad en la implementación del sistema de voto electrónico, que será introducido como un plan piloto en las elecciones municipales de febrero próximo.
Este proyecto abarcará las elecciones de alcaldes, regidores y síndicos, consolidando los votos en una única papeleta en lugar de tres, y se implementará en 499 juntas electorales distribuidas en 25 cantones a lo largo del país, representando menos del 10% del total de mesas en todo el territorio nacional.
Cerca de 320,000 electores tendrán la oportunidad de participar en esta nueva modalidad, con un costo estimado de $1,9 millones.
Héctor Fernández, magistrado suplente y director del Registro Electoral y de Financiamiento de Partidos Políticos del TSE, explicó que el propósito de este plan piloto es facilitar el cierre de la votación por parte de las juntas receptoras de votos, al agilizar el conteo preliminar y la emisión de las actas de cierre, reduciendo significativamente el tiempo necesario para comunicar los resultados electorales.
Este enfoque no solo genera eficiencia en el proceso, sino que también mitiga posibles riesgos asociados a errores en el llenado de las actas, según dijo.
El sistema, conocido como papeleta única electrónica, implica el uso de una máquina de votación para registrar digitalmente el voto, que luego se imprime en una papeleta con un chip que almacena la elección.
La máquina de votación no tiene dispositivos de almacenamiento del voto ni está conectada a ninguna red, cumpliendo únicamente las funciones de digitar, imprimir y contabilizar el voto. Los resultados pueden ser verificados mediante el conteo manual.
El resto del proceso electoral, incluyendo la recepción de tulas y la fiscalización de los partidos políticos, permanecerá en gran medida inalterado.
Tradicionalmente este proceso podría llevar hasta tres horas, pero con este proyecto, se espera que, en el mejor de los escenarios, se reduzca hasta un tercio.
Este avance posibilitaría una comunicación más ágil con el público, especialmente durante el primer corte de cada elección, que suele anunciarse alrededor de las 8 p.m., según explicó Fernández.
En las elecciones de 2018, el Tribunal solo pudo procesar el 94% de los votos nacionales el día de la elección, y este porcentaje disminuyó aún más en las elecciones de 2022, llegando al 89%.
Fernández atribuye esta disminución, en parte, a las crecientes dificultades de los partidos políticos para reclutar colaboradores para las mesas electorales, así como al aumento en la participación de partidos políticos, un desafío que el nuevo sistema de voto electrónico busca abordar.
En 2010 fue la última ocasión en que hubo al menos un representante partidario en todas las juntas receptoras de votos (JRV). No obstante, para el 2022, más del 38% de las mesas carecieron de representación partidaria.
Así funcionará el voto electrónico
Tras verificar su identidad y confirmar su inscripción en la junta específica, se les entregará a los electores una papeleta con las firmas de los miembros de la mesa en el reverso.
Posteriormente, los votantes se dirigirán al recinto secreto para sufragar. La papeleta estará equipada con un chip de radiofrecuencia que, al insertarse en la máquina de votación, activará la visualización de la imagen de la papeleta en una pantalla táctil, mostrando las agrupaciones políticas según el sorteo de posiciones.
Para emitir el voto, el elector seleccionará la casilla correspondiente al partido y candidatura, repitiendo el proceso para cada cargo a elegir. Al finalizar, el sistema mostrará las opciones seleccionadas para que el votante las verifique o corrija según sea necesario.
En caso de conformidad, el votante presionará “imprimir”, y las opciones se imprimirán en la papeleta y se registrarán en el chip. La papeleta, doblada para preservar la confidencialidad, se depositará en la urna.
Al cierre de la votación, las JRV llevarán a cabo el conteo provisional utilizando el chip. Posteriormente, en el escrutinio definitivo, se realizará el recuento de votos como una medida de control cruzado. La máquina no registra ni almacena información, no se conecta a internet y solo puede ser activada por los miembros de la mesa con credenciales y un PIN.
Los votos válidos serán aquellos impresos en las papeletas, siguiendo protocolos de seguridad similares a las papeletas tradicionales, garantizando confiabilidad y transparencia en el sufragio, según el TSE.