En el 2005, el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) restringió el incentivo que se otorga a las personas que deciden aplazar su fecha de jubilación, lo que se conoce como postergación, con el objetivo de darle más rentabilidad al sistema.
En vez de pagar hasta un 10% extra del salario de referencia por cada año laborado, el sistema pasó a pagar un 1,6%.
No obstante, un cálculo elaborado por La Nación expone que, en las condiciones actuales, una pensión sin premio por postergación puede salirle más cara al IVM que una con el incentivo.
El cálculo se hizo con una persona que empezó a trabajar a los 25 años y que obtiene un salario de referencia de ¢1 millón a los 65 años, edad para retirarse, con 180 cuotas más de las 300 necesarias.
Sin postergación, la pensión de esta persona queda en ¢744.000. Si aplaza cuatro años la jubilación, el monto subiría a ¢848.000, tomando en cuenta el premio por postergación y las cuotas de más que se ganaría.
¿Por qué entonces le sale más caro al IVM pagar la pensión sin postergación? Por la expectativa de vida. Suponiendo que la persona viva hasta los 80 años, que es la esperanza de vida en Costa Rica, el Estado tendrá que pagarle pensión durante 15 años a una persona que no postergue, es decir que se retire a los 65.
Entonces, pagar ¢744.000 mensuales durante 15 años tiene un costo de ¢145 millones. En cambio, si la persona posterga su pensión por cuatro años y se jubila a los 69 años, el sistema le pagaría solo por 11 años. Aunque el monto mensual subiría a ¢848.000, el costo total sería mucho más bajo: ¢121 millones.
El objetivo de la postergación es que, al trabajar más años de la cuenta, el régimen deba pagarle su pensión al beneficiario por menos tiempo, considera Rodrigo Arias López, actuario de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Sin embargo, dado que las actuales leyes pagan un porcentaje mucho menor por postergar que las anteriores, los afiliados optan por no hacerlo.
En el IVM, antes de de la reforma al reglamento, en el 2005, se pagaba hasta un 34% sobre el salario de referencia, el cual es el promedio de sus últimos sueldos.
“Tomando en cuenta la expectativa de vida, por mes, una persona de unos 60 o 62 años consume un promedio del 7% de todo lo que aportó para su pensión… Si la Caja me está diciendo que por eso me va a devolver solo un 1,6%, no tiene sentido”, explica Arias.
Luis Guillermo Fernández, matemático actuario, concuerda en que los regímenes actuales no incentivan la postergación, cuando debería hacerlo.
“El objetivo de que exista la postergación es para que actuarialmente haya una reducción del costo de la pensión a pagar, eso de da porque la persona, al postergar, se retira con mayor edad y, además, en lugar de pagarle, ella está cotizando”, argumenta.
No obstante, asegura el experto, las nuevas condiciones no mejoran el monto de pensión, razón por la cual las personas deciden no postergar.
En tanto, el IVM y Jupema argumentan que los cambios pretenden darle más sostenibilidad a los regímenes.