Vecinos del cantón de Santa Ana, en el oeste de San José, se organizan para defender que el Parque Natural Urbano Lorne Ross se destine a proteger los recursos naturales y culturales que hay en el Centro de Conservación Santa Ana, una finca de 54 hectáreas que está a nombre del Estado.
Líderes comunitarios expresaron a La Nación su oposición a la propuesta de la diputada de gobierno, Pilar Cisneros, para que en ese lugar se construya un “Parque del Agua”, similar al de Lima, Perú, con fuentes hechas de concreto, chorros y luces artificiales. Para ellos, esta zona de bosques secundarios debe servir para promover la conservación del medio ambiente, así como la educación y recreación de la ciudadanía.
Además, consideran que se debe respetar la voluntad expresada por los últimos dueños de la propiedad, Lorne Ross y Agnes May, quienes lo donaron al Estado, en febrero de 1975. Su única condición fue que las tierras debían destinarse a la conservación de la naturaleza y la creación de un nuevo Parque Zoológico y Botánico Nacional. Sin embargo, casi 50 años después, sus deseos están en disputa.
Uno de los vecinos de Santa Ana que ha liderado estos esfuerzos es Ronald Valverde, expresidente de la Asociación de Desarrollo Integral (ADI) del distrito Uruca, donde se encuentra el bosque. Él explicó que la población santaneña ha unido esfuerzos, sin importar su ideología política, en torno a otro proyecto de ley, del Partido Liberal Progresista (PLP). Este texto plantea mantener el sitio como un parque ambiental mediante un convenio de 20 años, renovable, con la Municipalidad de Santa Ana.
“Este es un proyecto cantón, por lo tanto, se han elaborado volantes, se visita a los vecinos para exponerles el proyecto que está en la Asamblea Legislativa. Por redes sociales, se difunden videos e imágenes con información, participamos en la Feria del Agricultor, en la salida de las misas, especialmente en los parques que ya existen, que son dos muy visitados. Es un tú a tú repartiendo información, organizando al cantón y concientizando a la comunidad”, declaró el líder comunal.
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Valverde destacó que la iniciativa para crear el Parque Natural Urbano Lorne Ross ya cuenta con el proyecto consolidado y presentado ante la Asamblea Legislativa por la fracción del PLP, bajo el expediente 23.645.
“Hemos visitado la Asamblea y coordinado con prácticamente todas las fracciones, exceptuando la oficialista, que no está apoyando este proyecto porque Pilar Cisneros está liderando lo que ella dice que es un proyecto, pero no ha presentado nada. Esto sería una destrucción, sería un problema vial, sería un problema de contaminación, afectaría la flora, afectaría la fauna, o sea, en total serían un caos, porque la propiedad se convertiría en un centro de eventos”, declaró el santaneño.
Por su parte, Cisneros argumentó a La Nación que no ha presentado la propuesta, porque es una iniciativa del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), que la fracción oficialista “apoya de lleno”.
“Ese terreno es del Minae y el que quiere impulsar el Parque de Agua es el Minae, dentro de un programa de parques urbanos donde quiere abrir varios por el país. Los vecinos quieren toda la extensión solo para ellos, pero no dicen cómo la van a mantener, cómo la van a hacer, cómo van a pagar los guardas que se necesitan, el mantenimiento, toda la infraestructura”, declaró la diputada.
La idea detrás del Parque de Agua, según la legisladora, es que, por medio de este, se generen los recursos necesarios para mantener el resto de la propiedad.
Igualmente, la vocera de gobierno mencionó que existe una promesa de parte del Minae de que “no se va a tocar un solo árbol” y que es falso que toda la propiedad esté compuesta de bosque secundario o primario, “hay cualquier cantidad de terreno en esa propiedad que son potreros”, agregó.
La Nación también entrevistó a Gastón Vargas, presidente de la Asociación de Vecinos del Residencial Valle del Sol, complejo habitacional cercano al Centro de Conservación Santa Ana. Él explicó que la población del cantón josefino desea tener un “pulmón verde” que sirva no solo como reserva ecológica, sino también como un área de recreación y esparcimiento.
“Los santaneños, durante 30 años, hemos observado un proyecto de zoológico a espaldas del pueblo; el 80% de ese inmueble no lo conocimos en tres décadas. Hoy, se nos presenta una oportunidad para que crear el primer Parque Natural Urbano promovido por ley de la República. Nosotros soñamos este anhelo de don Lorne Ross y su esposa de que aquí se tuviera un pulmón verde de 54 hectáreas”, declaró Vargas.
Gastón Vargas explicó que él, junto con sus vecinos, decidieron tomar la iniciativa ya que, en el pasado, solamente abogaron por proyectos de obra pública e inversión municipal. Sin embargo, al enterarse de que el Centro de Conservación Santa Ana pasaría a manos del Estado, decidieron movilizarse en defensa del proyecto del Parque Lorne Ross.
“Los legisladores y legisladoras están en una oportunidad grandísima de demostrar, primero, que las municipalidades son capaces para administrar un área de esta naturaleza. Segundo, que esto es una lucha ciudadana que viene desde hace más de 25 años, y que estamos a punto de que se concrete. Y tercero, que se debe proteger el espacio natural que tiene este lugar, donde hay bosque secundario, humedales, animales”, declaró el líder comunitario.
La Nación visitó esta propiedad para observar la magnitud del bosque secundario que rodea los ríos Uruca y Corrogres en plena Gran Área Metropolitana (GAM). De acuerdo con investigaciones técnicas y cámaras trampa colocadas en el parque, este es hogar de pizotes, monos carablanca, pájaros carpinteros, martillas, osos hormigueros, garzas, chocuacos, patos, mapaches, ocelotes y un sinfín de especies de aves, mamíferos, árboles e insectos.
Esta enorme biodiversidad es uno de los principales activos de la finca que, en criterio de Gastón Vargas, puede servir como un “aula interactiva” para que estudiantes de escuelas y colegios aprendan qué es un árbol de chicle, cómo se ve un nido de garza, por qué el musgo es señal de un ambiente limpio, y cuál es la simbiosis entre la planta cornizuelo y las hormigas que la habitan.
La exregidora de Santa Ana, Marianela Lobo, considera que la construcción de un “Parque del Agua” destruiría los humedales que son hogar de insectos y aves, que a su vez son alimento de monos, ocelotes y mapaches. En suma, construir capas de concreto rompería el delicado equilibrio de este ambiente.
“Un proyecto de fuentes de agua implica mucho cemento para poder retener el agua, y eso implicaría que el humedal se elimine. Además, el proyecto que se quiere traer es muy similar a uno que hay en Perú, que tiene vida de día y de noche, tiene actividad nocturna, donde trabajan con luces láser y música para atraer visitación. Eso es bonito, pero choca contra el bienestar animal, los animales no van a venir porque les va a estorbar el ruido”, indicó Lobo.
“Este es el último reducto. Principalmente la gente nos dice que los niños necesitan conocer un poco los ríos y lo que es la naturaleza, darle participación a la comunidad. Por supuesto que están de acuerdo, porque Santa Ana se ha desarrollado de forma muy acelerada, y nos estamos convirtiendo en un territorio de cemento, techos y vehículos”, expresó Valverde.
Incluso, un informe técnico realizado por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) en 2023 respalda estas afirmaciones: “Se debe destacar que la organización comunitaria alrededor de los deseos por contar con un Parque Natural Urbano es de importancia, ya que evidencia un tejido social que confluye intereses y motivaciones comunitarias alrededor del sitio, lo que reafirma su importancia a nivel cultural para la comunidad”.
Finalmente, Marianela Lobo recalcó que la propiedad no puede dividirse, al contrario, debe funcionar como un solo proyecto con visitación controlada.
“La propiedad está compuesta por dos partes, el sector norte y el sector sur. El sector sur es donde se encuentra el recurso cultural, donde está la casona, la antigua capilla, el trapiche; el sector norte es el que presenta la mayor biodiversidad. Los vecinos queremos una combinación que sea accesible para las personas, un espacio económicamente importante para mantener toda la propiedad, siempre protegiendo la fauna y la flora autóctona del Valle Central”, concluyó la exregidora.
Colaboró la periodista Lucía Astorga.
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