EscucharEjercer el voto a 1.924 kilómetros de su país natal, Venezuela, genera una mezcla de emociones para Jorge Azmouz Mezerhane, de 59 años.
Por una parte, reconoce estar alegre de tener este derecho en la nación que lo acogió desde el 2008, pero por otra, deja ver un poco de nostalgia al no contar con el mismo privilegio en tierra venezolana.
Este domingo, Azmouz ingresó con una sonrisa a la escuela Presbítero Yanuario Quesada, en San Rafael de Escazú. Llegó acompañado de su hijo menor, Jorge Azmouz Chacín, quien también votó por primera vez en estos comicios, solo que a diferencia de su padre, lo hizo en la escuela de Guachipelín.
Sofía Tanner asistió a Azmouz Merzarhane en la entrada del centro educativo y le indicó que su número de mesa era 458.
Con cédula en mano, este odontólogo de profesión caminó hasta la mesa y aguardó en la fila hasta que llegó su turno, a las 12:38 p. m.
"Votar en Costa Rica es un privilegio y su democracia es un ejemplo para el mundo, porque en un mismo carro se ven banderas de distintos partidos, hay respeto y las elecciones no están controladas. Muchas naciones quieren tener este privilegio", manifestó Azmouz Mezerhane.
El hombre asegura que el hecho de que el voto sea manual y no automatizado da una garantía más a los electores, ya que considera que de esta forma la posibilidad de que se dé una trampa es menor.
Destacó que votar un 4 de febrero tiene un significado especial para él porque en esa fecha de 1992 “comenzó la debacle en Venezuela” con la llegada al poder de Hugo Chávez Frías.
"Tener la oportunidad de dar un granito de arena al país en el que vivimos, en una fecha tan importante, es lindo", afirmó.
Al igual que su padre, Jorge Azmouz Chacín celebra la democracia que se vive en Costa Rica y reconoce, por lo compartido con sus compañeros de universidad, que la juventud tiene un papel protagónico en los comicios.
"Es mi primer voto de adulto y lo hago en Costa Rica. Vi debates, donde se da una pelea de bandos, eso no existe en Venezuela", recalcó el joven de 21 años.
La familia Azmouz llegó a suelo costarricense en el 2008 y, desde entonces, Jorge y su esposa hicieron los trámites necesarios para acreditarse como odontólogos en el país, al tiempo que sus dos hijos cursaron sus estudios en centros educativos locales.
En diciembre del 2016, con ocho años de vivir en Costa Rica, recibieron sus cédulas de ticos y este domingo los cuatro celebraron la fiesta democrática con el voto.
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